CIERTO/A
La edad a la que se refiere el articulista es una que no es precisa en número, es decir, que no corresponde a la suma de los años en todas las personas; por lo tanto, quien alude a este período de la vida de una persona no puede hacerlo de un modo absoluto para todos los seres humanos.
Podría alegrase que el recurso a la utilización de “cierto/a” en casos como el del ejemplo constituye un eufemismo porque así se evita la palabra con que se designa algo molesto e inoportuno como es la vejez, que es una etapa de la vida del humano poco agradable según parece.
Aquí parece que se atenúa la evocación penosa de la edad avanzada con sus achaques como muy bien asienta el redactor de la columna. Lo que se persigue en el texto copiado es endulzar el hecho de la vejez para no herir con la crudeza del término. La sustitución que se nota en la oración es más agradable a los sentidos porque tiene menos connotaciones infortunadas para las personas “envejecientes”.
En el caso sometido a estudio puede decirse que al eufemismo se ha llegado por medio de una alusión por medio de una palabra -cierta- que evoca un sentido distinto del que esta posee de manera manifiesta.
En el habla y en la redacción cierto/a sustituye al artículo “un” que precede al nombre sobre todo en los casos en que la cosa de que se trata es determinada aunque desconocida del que escucha (o lee) y a veces desconocida también de quien emplea ese recurso. Otras veces lo que ocurre es que quien emplea el vocablo no puede establecer con relación al nombre la determinación que evita enunciar.
Cada vez más en los escritos y en las conversaciones se utilizan los eufemismos por decencia, por no herir susceptibilidades o para mostrar mejor actitud respecto de ciertas limitaciones humanas. No puede criticarse el eufemismo siempre y cuando no sea usado con ironía.
VILLA
“La pequeña VILLA de Bal Harbour, más conocida por sus tiendas de lujo, ha tratado durante años de ser reconocida como algo más que una parada en la tarde para compradores. . .”
Como todas las palabas de las lenguas la del título ha pasado por el proceso de cambio natural. Durante largo tiempo el primer lugar en el diccionario mayor de la lengua entre las acepciones -para este vocablo- lo ocupa la casa de recreo situada aisladamente en el campo. La segunda acepción es la correspondiente a la población.
Para que se considere “villa” una población debe tener ciertos privilegios con el que se le distingue de las aldeas y lugares. Estos privilegios son caracteres que distinguen a algunos poblados de los demás de su especie o a poblados parecidos entre sí. Hay mucho de histórico en cuanto a este asunto de los privilegios.
Una de las razones principales por la que se trae a consideración el vocablo del título es porque la reseña de la que se extrajo esta oración menciona una población en territorio norteamericano que lleva un nombre en inglés; por lo tanto, esta villa es una traducción. De lo que se trata es de determinar si esa era la mejor selección en este caso.
El nombre original de este “pueblito” es Bal Harbour Village. Se ha escrito aquí pueblecito con toda la intención de destacar que la extensión superficial es muy reducida y porque la cantidad de habitantes es muy poca.
Se sospecha que quien tradujo o produjo la reseña al leer en inglés village le pareció muy acertado elegir villa para ese tipo de poblado. En realidad un village es un pueblecito, un lugar o, si es más grande: un pueblo. Es más, algunos diccionarios aseguran que corresponde a aldea.
Una de las formas que tiene el diccionario en inglés para definir al village es que su tamaño es mayor que la aldea y menor que una ciudad. Eso es lo que se llama un asunto de proporciones inexactas. Un rasgo que distingue esta división territorial de otras es que la dirige un consejo municipal, lo que equivale a decir que tiene un gobierno propio con lo que eso conlleva. Es una ciudad por su organización, pero de menor tamaño por extensión y población.
Otra de las razones por la que se aborda aquí este tema es porque una vez más se encuentra el lector ante una traducción hecha sin consideración, sin miramiento, sin cuidado. Muchas veces cuando se procede del modo ya mentado el producto trae consigo la inexactitud. La entrega que se hace es deficiente por la ligereza con que se produce. La calma es la mejor consejera para las traducciones.
CIVIL
“. . .somos una sociedad CIVIL y tenemos que comportarnos como tal, dijo.”
De inmediato hay que señalar que lo aquí vaciado es una cita extraída de una traducción del inglés al español. No cabe duda de que quien habló en inglés usó la voz civil de esa lengua.
Este tipo de traducción es un ejemplo de lo que se ha comentado muchas veces antes como responsable de malos ejemplos de español. La trascendencia de este tipo de error o desliz no termina ahí.
Esta manera de expresarse en español el traductor en muchas ocasiones se convierte en modelo que siguen los lectores y terminan hablando o escribiendo de ese modo porque recogieron ese ejemplo en una fuente escrita. Es decir, al final acaba como un modelo con todo su defecto.
No hay lugar a duda de que en inglés lo que la persona dijo fue que “somos una sociedad CIVIL, pero usando la última palabra en inglés, civil. Como se señaló antes, apareció en este caso una vez más un traductor improvisado o, un periodista falsamente revestido de traductor que sin miramiento alguno tradujo el término del título por la misma palabra del español.
Muchas veces antes se ha insistido en que la solución más fácil no es la más acertada. Este civil del español en el contexto “no tiene nada que buscar” para conferirle sentido español a lo que dijo la persona en inglés.
En esta traducción al español debió colocarse “moderna” para imprimirle sentido a la frase o, en su defecto “civilizada” para que cobre sentido la declaración del sujeto. Este criterio se basa en lo que consigna el diccionario del inglés Merriam-Webster´s que de modo claro asegura que cuando la voz civil del inglés se aplica a sociedad es equivalente de civilized. Esta referencia con la fuente y las voces copiadas en inglés se hace para que no se dude al respecto.
CARPETA
“Estaba entre las mejores ubicaciones playeras que teníamos en nuestra CARPETA en todo el mundo.”
El vocablo del epígrafe ha ido aumentando su capacidad de representar diferentes ideas. Vale esto para decir que cada vez tiene más acepciones aceptadas en los diccionarios, no solo en el oficial de la lengua.
En la vigésima tercera edición del DRAE traerá la palabra carpeta diez acepciones, de las cuales cuatro salen del español americano. En esa edición viene consignada la acepción que pertenece a la informática con el valor de “subdirectorio”.
Para esa acepción en el Diccionario Larousse de neologismos de 1998 se había avanzado esta noción como sinónima de directorio con el sentido de “lugar donde se guardan archivos, programas o bien otras carpetas en algunos sistemas operativos”. (La negrilla es mía, RG porque incluyeron en la definición el vocablo definido que es algo que llama la atención.)
Como el propósito en esta sección no es solamente analizar el uso que se hace del término en el ejemplo de la cita, se anuncia que se estudiará la palabra con las significaciones americanas que aparecen ya recogidas en el DAA.
La utilización del vocablo sometido a estudio en esta sección, en la cita lo utilizan con el significado con que se conoce en algunos países de América, específicamente: República Dominicana, Chile, Paraguay, Argentina y Uruguay. Corresponde a la locución adjetiva o adverbial “en carpeta” y el DAA la registra así: “referido a un proyecto o asunto, previsto para ser considerado en breve”.
En República Dominicana usan los hablantes el vocablo carpeta para nombrar a un individuo generalmente de corta edad que molesta mucho. Con ayuda del verbo “dar” en el nivel familiar se entiende que la locución verbal es “molestar” y se emplea generalmente para los niños revoltosos. De allí que el adjetivo carpetoso sirva para expresar: molestoso. No contentos con todo lo anterior los dominicanos conocen el diminutivo “carpetosito” que puede aceptarse como afectiva o peyorativa designación.
Al final de esta sección se desea dejar bien establecido que el uso en el texto citado no se critica porque refleja una tendencia que acabará tarde o temprano por ser aceptada por los hablantes. Todavía no ha alcanzado el grado de generalización que debe esperarse para usarlo en la prensa escrita pero se tolera la utilización.
UNIPERSONAL
“Como represalia, sus carceleros lo enviaron a una celda UNIPERSONAL de castigo, sin ropa ni provisiones de agua.”
La lengua española, como todas las lenguas, disfraza todo lo que es doloroso, destaca lo que es agradable y los asuntos indecentes los atenúa. Los eufemismos varían de país a país y hasta en el seno de un mismo país sucede a veces que se encubren las palabrotas con otras menos crudas que difieren dependiendo de las regiones.
El habla popular desempeña un papel destacado en la creación de estos eufemismos adornando palabras comunes con nuevas connotaciones y grados de significado que se desarrollan en este nivel del habla.
La inventiva popular recurre a muchas formas diferentes para denominar algo que es tabú con otro término más suave, ya sea por omisión de la palabra ofensiva, ya por deformación de esta o por sustitución de la voz misma.
En algunos casos, como en el de la oración transcrita, se usa un vocablo más delicado para mencionar la celda de castigo en la que se coloca al prisionero en estado de aislamiento. Se adecenta la mención de la “celda solitaria”.
Con el eufemismo se obvió la utilización del término que ya ha adquirido connotación desagradable. En el nivel culto el eufemismo se emplea más por razón de urbanidad, decencia y hasta de hipocresía. En este nivel del registro de la lengua la creación de términos eufemísticos obedece a normas arregladas, aceptadas por la cultura a que pertenece quien crea o utiliza la voz y con ese vocablo se trata de llegar al más amplio círculo de lectores.
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