*BIRMANÉS – BIRMANO
“. . .los checos deberían prestar sus voces a los pedidos de ayuda de BIRMANESES, tibetanos, coreanos del norte, chinos y cubanos.”
Es un hecho de los tiempos presentes que muchos países han cambiado de nombre. En algunos casos esos cambios obedecieron al acceso a la independencia del territorio. Los nombres adoptados tienen relación con las denominaciones de origen de las islas, zonas, territorios o naciones.
Como resultado de lo mencionado en el párrafo anterior, los periodistas y agencias de noticias tienen que someterse a una actualización casi constante para no quedarse a la zaga. En muchos de los casos unos y otros, periodistas y agencias de noticias, recurren a la denominación en inglés para de allí derivar una en español. En otras ocasiones españolizan un nombre directamente de la lengua del país.
El gentilicio equivocado del título se lo aplica el analista de noticias internacionales a los oriundos de un país conocido con el nombre de Birmania. De esas dos palabras del título de esta sección la primera es desconocida de la RAE, con lo cual se expresa que no es reconocida por el español culto.
En lugar de la primera voz el título lo que se reconoce para el natural de Birmania es “birmano, birmanos”. La Academia de la Lengua de Madrid entiende que birmano es el “natural de Birmania”. No contenta con eso, la RAE añade más abajo que en funciones de adjetivo, birmano/na es perteneciente o relativo a este país de Asia, hoy Myanmar.
El Diccionario panhispánico de dudas recomienda que se continúe con el nombre de Birmania al lado del que es hoy oficial Myanmar. El gentilicio reconocido es birmano que deriva de la denominación tradicional del país y designa la etnia principal de ese país, así como su lengua.
Errores de este tipo se evitan si la persona que escribe se mantiene al día en sus lecturas y tiene a mano las obras de consulta para despejar las dudas. Ya no hace falta una rica biblioteca porque la Internet permite las consultas gratis y con facilidad.
DARSE CUENTA DE QUE
“. . .y bajo amenaza se vieron obligados a darles una gran cantidad de dinero a cambio de su propia vida, lo que les hizo DARSE CUENTA QUE en Venezuela. . .”
No es la primera vez ni será la última en que uno tiene que ocuparse de asuntos de preposiciones. Como en tantas otras ocasiones hay que señalar lo que es aceptado o correcto en la lengua.
Estas preposiciones antes de conjunciones o pronombres relativos no son asuntos que obedecen a una regla que pueda explicarse sin excepciones.
La mayor sanción con respecto a este punto la establece el uso que en el nivel culto ha impuesto que entre cuenta y que figure DE. Como en esta locución verbal hay muchas otras en español que piden –a gritos- que le coloquen la preposición para expresar mejor la idea.
El DPD escribe muy claro que esta locución va siempre seguida de un complemento precedido de la preposición DE. En funciones pronominales -como en la cita- significa advertirlo o percatarse de ello.
El DPD prescribe que: “Debe evitarse en el habla esmerada, la supresión de la preposición DE cuando el complemento es una oración subordinada introducida por la conjunción QUE”.
AJEDREZADO/A
“La pequeña mujer, vistiendo una camisa AJEDREZADA y pantalones oscuros, con el pelo peinado hacia atrás en una cola de caballo. . .”
En general cuando se encuentra en la lengua española un adjetivo del género del título este deriva de un infinitivo. En esos casos se llama este adjetivo verbal porque no ha perdido su naturaleza verbal.
El adjetivo funciona generalmente como complemento nominal adjunto, de allí que se le considere un término secundario. A veces se trata de un participio pasado del verbo en situación que desempeña funciones de adjetivo. La gramática tradicional considera el adjetivo como una palabra que se añade al sustantivo para expresar una cualidad de este o para determinarlo. De allí
que existan los adjetivos calificativos y los determinativos.
Una vez terminado con esta introducción acerca de este tipo de adjetivo puede procederse al meollo del asunto de esta sección. Lo central aquí es determinar dónde está el verbo que dio lugar a este adjetivo con características de participio pasado o activo.
La definición para ajedrezado es que presenta cuadros de dos colores dispuestos como las casillas de un tablero de ajedrez. En arquitectura tiene otro significado parecido. De nuevo vale que uno se pregunte por el infinitivo del verbo cuyo participio se utiliza aquí con funciones de adjetivo.
La búsqueda por el infinitivo terminó infructuosa. No se encuentra ese verbo en los diccionarios. No obstante todo lo anterior, el ajedrez es una realidad. Los cuadros dispuestos a semejanza del tablero de este juego son reales también. Lo que no existe es la acción y efecto de disponer los cuadros imitando el tablero de ajedrez. Quizá no haya necesidad de contar con un verbo por la exigüidad de la acción en el uso que se mencionó. Aun así llama la atención la ausencia del infinitivo.
SENSIBLE
“El puesto de C. era uno de los más SENSIBLES y de mayor confianza en el cuadro administrativo y de contenido de. . .”
Leída esta frase de acuerdo con lo que la lengua española entiende por la palabra destacada viene a significar que el puesto era conocido por los sentidos; que se sentía física y moralmente; que era perceptible, manifiesto, patente al entendimiento.
Cuando la palabra se aplica a una persona expresa que ella se emociona con facilidad, vale decir que es emotiva, impresionable. Las cosas son sensibles cuando son exactas, capaces de registrar variaciones mínimas. Hay que detenerse aquí.
Lo que se enumeró antes son algunos de los significados del vocablo “sensible” en la lengua común. Esto se hace para demostrar que ese no es el término que debió incluir el periodista. Más abajo se ofrecerán las palabras convenientes para imprimirle sentido a la oración.
En el caso de la cita el vocablo que debió colocar la persona que redactó es “delicado”, un puesto delicado, un puesto de absoluta confianza, o simplemente de confianza. En algunas hipótesis se salva la redacción si se escribe que el puesto es “de importancia”, de considerable importancia o sencillamente: importante.
Aquí un puesto delicado hay que tomarlo por uno en que hay que actuar con cuidado, con tacto porque es complejo.
Como se comprueba con la lectura de lo expuesto más arriba es mucha la distancia que separa lo extractado del periódico y la realidad de lo que deseaba comunicar quien escribió.
CARIDAD
“. . .una investigación en marcha en el uso cuestionable del dinero de una CARIDAD relacionada con la policía y el arresto en septiembre de un policía. . .”
El habla deforma en muchas ocasiones los significados esenciales de algunos términos; los ensancha, los aplica en situaciones que no constaban en su sentido primero. Al hacer esto en la mayoría de los casos lo que hace el habla es que alimenta el lenguaje escrito pues le mete nuevos matices a algunas palabras.
Al vocablo caridad en el pasaje copiado se le ha dado un estirón como resultado de un parecido superficial con un uso que proviene de una lengua extraña al español. Más abajo se entrará en detalle con respecto a lo enunciado aquí.
En el diccionario de vocablos seleccionados de la lengua común, es decir los que son usados y reconocidos por los hablantes cultos, la palabra del título recibe unas acepciones que tienen larga data en el seno de la lengua.
En ese diccionario conocido como DRAE las primeras acepciones son las que corresponden a los conceptos religiosos. Luego viene la noción de limosna que se da o auxilio que se presta a los necesitados. Después de lo anterior sigue el concepto abstracto de la actitud solidaria con el sufrimiento ajeno. Las otras acepciones no vale la pena mencionarlas porque no tienen relevancia para los fines de esta evaluación.
En su cualidad gramatical la caridad es un sustantivo femenino que encierra lo que se enunció más arriba en el párrafo inmediatamente anterior a este. Por lo tanto, cuando se habla o escribe acerca de la caridad se menciona una de las nociones enumeradas allí.
Cuando las autoridades del resguardo de la lengua desean referirse a la obra que se hace en bien del prójimo la llama de “obra de caridad”, esto es, una obra de benevolencia hacia el prójimo. Ahora bien, hay que detenerse sobre el hecho de que en español la forma de expresarse acerca de la organización encargada de dispensar los donativos o las acciones con que se ayudan a los desvalidos recibe el nombre de “obra de caridad”, no se la llama caridad sin más.
Llegado a este punto hay que delatar al culpable del error. En lengua anglosajona una fundación creada para promover el bien público o una institución instaurada para promover la ayuda a los necesitados se llama charity o charities, sin otra voz que trace pista acerca del concepto. Esto así porque el uso así lo ha determinado.
En la cita de esta sección lo propio del español era que se escribiera que “del dinero de una obra de caridad o de unaorganización o institución de beneficencia”.
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