Con propiedad
Veámoslo con ejemplos. Encontramos con frecuencia el adjetivo «abrumador» aplicado a sustantivos que tienen un matiz positivo. Leemos a menudo sobre victorias o éxitos abrumadores. Sin embargo, abrumador significaba originalmente ‘que producía agobio, tedio o hastío’ y aportaba un matiz negativo que no casa con los matices positivos de las victorias o los éxitos.
Cuántas veces habremos oído que un representante político o una autoridad religiosa dirigen una alocución a sus seguidores. El sustantivo alocución significa según el DRAE ‘discurso breve dirigido por un superior a sus inferiores, a sus secuaces o súbditos’. Lleva en sí también un matiz negativo que impide que pueda usarse en lugar de sermón o de discurso. Ojo con lo que decimos porque, sin darnos cuenta, habremos transformado en secuaces a todo un auditorio que pudiera ser, o parecer, de lo más respetable.
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