Academia de la Lengua valora aporte de Manuel Patín Maceo

La Academia Dominicana de la Lengua celebró un acto de recordación de uno de sus miembros fundadores de la ADL y uno de los pioneros en publicar estudios sobre el habla de los dominicanos. Se trata del lexicógrafo y gramático Manuel Patín Maceo, quien se distinguiera como intelectual preocupado por los asuntos del español dominicano.

La lingüista María José Rincón dijo que don Manuel Patín Maceo demostró su patriotismo con la redacción de su obra lexicográfica Diccionario de dominicanismos,  obra fundacional de la producción lexicográfica dominicana y fundamental para emprender estudios de lexicografía del español dominicano. Es una obra producto de la toma de conciencia de las variantes del español americano respecto al español peninsular, ya que destaca entre las restantes obras dedicadas al léxico dominicano por sus rasgos de descripción general del léxico diferencial, sin aplicación de criterios restrictivos.

María José Rincón explicó el aporte de este pionero de los estudios lexicográficos a la bibliografía lexicológica del español dominicano, puesto que su obra se ha constituido en un antecedente valioso para los investigadores del habla de los dominicanos.  Haciendo gala de la gracia y el donaire que la distinguen, María José comenzó su disertación con una anécdota jocosa sobre la personalidad de Patín Maceo, así como del trazado novelesco que recorrió el cuadro al óleo del intelectual que este día engalanó la mesa de honor de este acto, cortesía de Mary Loli Pérez de Severino. Nuestro académico era un contertulio habitual de una conocida peña literaria que se celebraba en la cafetería de El Conde.

La académica explicó que las obras de Patín Maceo, tituladas Dominicanismos y Americanismos en el lenguaje dominicano, fueron los primeros textos publicados en nuestro país sobre materia lexicográfica, antecedido por «un glosario rudimentario» de Rafael Brito, quien en 1931 publicó en San Francisco de Macorís, su Diccionario de criollismosCon relación a Patín Maceo, nuestra filóloga y lingüista consideró que es «Un diccionario restringido que se centra en el estudio léxico de la variedad dominicana del español, como variante diatópica, al que, a su vez, se aplican distintos criterios para producir la diferenciación de dominicanismos y americanismos en uso en la República Dominicana». Así se constituye su obra en un diccionario dialectal en dos partes, claramente definidas: a) las palabras y expresiones, o sus acepciones, que se reconocen como de uso exclusivo de la variedad dominicana -es decir, lo que hoy conocemos como dominicanismos léxicos-; y b) las palabras y expresiones, o sus acepciones, cuyo uso no se considera exclusivo en la República Dominicana, sino que aparecen también en otras variedades del español -los dominicanismos semánticos-, porque en nuestro país adquieren otras acepciones diferenciadas del resto de los hispanoparlante.  Rincón González destacó la ponderación que hizo la comisión académica de la Academia Dominicana de la Lengua para evaluar la pertinencia de publicar esta obra, consignada en el Boletín no. 2 de esta corporación y que precisaba lo siguiente: «La abundancia de palabras y frases del léxico vernáculo que forman el libro; la autenticidad de ellas; el método empleado; la correcta y sencilla forma adoptada; el delicado gracejo con que en muchos casos se disipa la natural aridez de la materia tratada; la fácil concepción que forma el lector de lo que va hojeando y por encima de todo la necesidad que había de un libro de este género, lo hacen harto recomendable a la protección más decidida».

La obra Dominicanismos fue publicada por primera vez en 1940, con los auspicios de la Academia Dominicana de la Lengua. Rincón González explicó la clasificación tipológica de un diccionario atendiendo a la obra de Patín Maceo, que compone un diccionario de lengua dedicado al vocabulario dominicano. Describió el diccionario Dominicanismos como un híbrido entre el diccionario de uso y el diccionario prescriptivo. En él aparecen las dos tendencias tradicionales en los diccionarios dialectales del español de América: la inclusión de términos y acepciones diferenciados geográficamente y el interés preceptivo de corregir las palabras o giros considerados incorrectos por su falta de apego a la norma que en ese entonces se consideraba directriz: la norma del español hablado en España.  La académica concluyó su alocución ilustrando la manera como Patín Maceo definía, ponía ejemplos o hacía sus recomendaciones sobre las palabras recogidas en su diccionario.

La actividad continuó con la intervención del director de la Academia, Bruno Rosario Candelier, quien puntualizó que la obra de Patín Maceo reviste gran importancia por cuanto es un pionero en los estudios lexicológicos, pues nos dio una materia prima esencial para que los lingüistas posteriores a él podamos realizar un trabajo de investigación más profundo. Ponderó la labor de tres escritores del siglo XX que fijaron su atención en las palabras: Ramón Emilio Jiménez, Emilio Rodríguez Demorizi y Manuel Patín Maceo.

Resaltó de manera especial la labor de Patín Maceo cuyos textos fueron publicados en el Boletín no. 2 de la Academia Dominicana de la Lengua. Estos autores ponderaban el habla criolla porque consideraban que el caudal de expresiones contribuía al enriquecimiento del idioma. Sus estudios ofrecían a los hablantes nuevas posibilidades de expresarse, pero también de captar e interpretar el mundo circundante, su realidad sociocultural, cuyo dinamismo se refleja en la lengua.

Rosario Candelier consideró positiva esta concepción de la lengua, puesto que mediante las palabras los hablantes pueden testimoniar el grado de cultura que han alcanzado, y el habla criolla contribuye a forjar los valores de nuestra idiosincrasia cuyo lenguaje articulan los hablantes: «Patín Maceo fue un atinado cultor de los dos objetivos primordiales de la Academia Dominicana de la Lengua: el conocimiento de la lengua, así como su cultivo y divulgación. Fue un trabajador de la palabra con conciencia lingüística y disciplina académica, legado que debemos continuar para perfeccionamiento de nuestra lengua y enaltecimiento de nuestra condición humana».

Acto seguido, el Director de la Academia exhortó al auditorio a valorar el privilegio de la palabra que poseemos los humanos tal como lo hizo el académico que hoy nos ha convocado para que podamos hacer un aporte a las presentes generaciones. Recordó que  Mariano Lebrón Saviñón reconoció la triple condición de Patín Maceo como filólogo, profesor y poeta, lo que proyectaba la trascendencia filológica de su obra para el estudio del español dominicano y la conformación de los diccionarios de nuestras voces.

Rosario Candelier dijo que una conmemoración como esta es una manera de festejar el 90 aniversario de la Academia Dominicana de la Lengua. Contó que la fundación de la Academia Dominicana de la Lengua se hizo justamente con un fin muy específico: el de que los escritores no solo se dediquen a estudiar la lengua, sino que también comiencen a escribir sobre el uso que nuestros hablantes hacen de la lengua, porque normalmente los escritores cuando usan la palabra la usan para escribir poesía, narrativa, teatro, ensayos y textos científicos, filosóficos o didácticos. Explicó que para hablar de la lengua hay que prepararse y hacer un estudio especializado del idioma, y dijo: “Entre los primeros integrantes de esta institución aparecieron tres escritores que le pusieron atención al idioma: Manuel Patín Maceo, Ramón Emilio Jiménez y Emilio Rodríguez Demorizi”.

Comentó que Manuel Patín Maceo prestó especial atención a las palabras aunque también escribió una obra de gramática, pero fundamentalmente su atención estaba centrada en las palabras. Subrayó que Patín Maceo tuvo un singular interés lexicográfico: “En 1940, cuando dio a conocer sus Dominicanismos, esta Academia publica el Boletín no. 2 y en ese órgano de publicación aparece la primera producción de Manuel Patín Maceo”, relató el director de la ADL.

También explicó que además de miembro fundador de la Academia Dominicana de la Lengua, Manuel Patín Maceo es el primer académico de la lengua en abordar la investigación lexicográfica: “Un importante aspecto en la obra de Patín Maceo es el hecho de que él enfatizaba la raíz hispana de nuestro léxico y le puso atención a las dos vertientes fundamentales de los dominicanismos léxicos y los dominicanismos semánticos. Patín Maceo ponderaba con mucho interés el habla del pueblo dominicano y lo hacía de una manera especial, porque decía que nuestro lenguaje enriquecía el legado hispánico, lo que es una peculiaridad de cada uno de los países de América”, destacó.

Rosario Candelier expresó que nunca ningún idioma se divorcia de la realidad histórica, social y cultural, ya que es una evidencia cabal de cómo es la vida de sus hablantes, de cómo piensan los usuarios de la lengua, de su visión del mundo, de la idiosincrasia del pueblo y, sobre todo, del talante cultural de los hablantes, y en eso la lengua es riquísima en sus manifestaciones, no solamente en el campo del léxico, sino también en el campo fraseológico, pues hay refranes, adagios, sentencias, máximas, proverbios, locuciones, frases y giros idiomáticos que inventan los hablantes y todo eso enriquece la lengua, y eso era lo que llamaba la atención a Patín Maceo: se consagró a estudiar lo que hacíamos como hablantes, y dio un testimonio a partir del legado que dejó no solo como profesor, sino como escritor y, sobre todo, como lingüista.

Para finalizar, Rosario Candelier señaló que Patín Maceo entendía que enriquecer la lengua era enaltecer no solamente nuestra condición de hablantes, sino nuestra condición humana, que viene enaltecida por nuestra condición de hablantes, y dijo: “Fue justamente aquí, en este suelo antillano, en esta isla quisqueyana cuando por primera vez se habló la lengua de Berceo y comenzó a cultivarse y a expandirse por toda América. Ese es un privilegio de nuestro país y por esa razón esta Academia Dominicana de la Lengua valora el aporte de Manuel Patín Maceo y le da seguimiento a esa tradición y a esa trayectoria”.

La Academia Dominicana de la Lengua recibió de doña María Loli Pérez de Severino una pintura al óleo sobre Manuel Antonio Patín Maceo (1862-1959), lingüista, literato y pedagogo dominicano, que fuera uno de los miembros fundadores de la ADL. Según consta en un artículo publicado en la página electrónica de esta corporación, Mariano Lebrón Saviñón escribió sobre el ilustre académico: “Fue Patín Maceo el que con mayor autoridad llegó al recinto donde nuestra habla debía preservarse en su prístina brillantez, porque él era en aquel momento -y lo fue hasta su muerte- el primer gramático y filólogo de nuestra Patria y uno de los más destacados en nuestro mundo hispánico. Como maestro Manuel Patín Maceo fue insustituible, había en su enseñanza no sólo la flor de la sabiduría, cultivada con amoroso rigor, sino también la sal de una fecunda alegría que le retozaba en el alma y sabía comunicar a sus discípulos”.

Entre las publicaciones idiomáticas de Manuel Antonio Patín Maceo figuran Ortología de la lengua castellanaApuntaciones gramaticales, Americanismos en el lenguaje dominicano Dominicanismos.

Santo Domingo, ADL, 26 de septiembre de 2017.