*ESTRATEGIZACIÓN – *DEPENDENCIAL – *CONFRONTACIONAL
La familia de palabras a la que pertenece “estrategia” y sus derivados se ha modernizado mucho, pero no hasta el extremo de permitir que *estrategización sea una de sus descendientes.
Cuando se leen algunos artículos firmados por personas que con muchos títulos calzan sus escritos, parece que es uno de los signos de que el lenguaje les queda pequeño. No les basta el léxico autorizado ni el que está en uso, y ellos a veces tienen que recurrir a crear sus propios términos para poder expresarse cabalmente.
Si se logra interpretar lo que el autor trató de comunicar -en el texto copiado- quizá quería dar a entender que la miseria nacional se manipula con arte para convertirla en un asunto capital. Esta aventurada interpretación es la única que se le puede ocurrir al lector, después de leer entre líneas. Otra posibilidad es, “la miseria nacional como estrategia”. Se hace aquí obligatorio regresar al origen de la palabra.
Al principio la estrategia era el arte de dirigir las operaciones militares. Más adelante pasó a aplicarse a todos los asuntos, es decir, amplió su campo de acción. El estratega era “la persona versada en estrategia.” Durante mucho tiempo sólo existió el término “estratega” con la terminación en -a, y se le aplicaba igual a las personas de sexo masculino. El uso, y sobre todo el mal uso, impuso el masculino “estratego”, que la Academia aceptó como la definición para el “hombre versado en estrategia”. Los demás vocablos de la familia son, estratégicamente y estratégico. Ni siquiera el verbo *estrategizar existe.
Como se nota, la familia no es numerosa, pero hay quien desea hacerla parir aunque no haya razón legítima para hacerlo. De estos inventores, ¡protéjame Dios! Éstos son quienes si encuentran una brecha luego no conocen reposo en su labor creadora.
*DEPENDENCIAL
“…como sustento de un programa de totalitarismo DEPENDENCIAL sobre el suelo cubano.”
Esto de *dependencial es otro disparate. Para las funciones que se le pretenden atribuir al vocablo, ya hay otro muy adecuado en español, “dependiente”.
La palabra “dependiente” está definida en el Diccionario de las autoridades de la lengua como era de esperarse, “que depende”. Es un adjetivo, y sus funciones como tal son las de acompañar y modificar a los sustantivos.
Por el sufijo que le añadió el articulista creador, es decir, -AL, se deduce que es un adjetivo que se trata de hacer aceptar con el significado de “relativo a, con referencia a”. Eso es lo que significan los adjetivos formados de este modo. En los casos en que ese sufijo se usa añadido a sustantivos, entonces es un aumentativo del sustantivo que se encuentra en la raíz.
Es de prudentes refrenar los deseos de inventar nuevos vocablos en la lengua. Sólo las personas muy versadas en etimología, y con un agudo sentido del genio de la lengua española, pueden divertirse con la tarea de acuñar nuevos términos para incorporar al léxico de la misma. El padre Feijoo aseguraba que esa labor le estaba reservada a los “poetas príncipes”.
Los recursos de la lengua son casi infinitos. Con un buen manejo de las palabras ya existentes es suficiente para saciar al más hambriento de los escritores.
*CONFRONTACIONAL
“…pone en peligro de muerte a la antes exitosa estrategia de victimización CONFRONTACIONAL de más de cuatro décadas.”
Este vocablo exagerado en el texto todavía no ha encontrado su inclusión en el vocabulario general de la lengua. No es la primera vez que se le encuentra en el español, sobre todo en el que se escribe en los Estados Unidos de América del Norte. Se alude a este último porque es el que está más directamente sometido a la influencia del inglés.
Del inglés es de donde se desprende el término del título. Es una adaptación que han hecho al español de la palabra “confrontational” del inglés. En inglés así como en español, existe el vocablo “confrontación” con larga historia en las dos lenguas. En ambas lenguas se le utiliza con significados que no siempre son coincidentes. En la lengua de Shakespeare existe el adjetivo que se escribió más arriba que deriva del nombre.
El lío no se detiene aquí, porque entre el español y el inglés, en la mayoría de los casos, los dos términos parecidos, “confrontación-confrontation” no coinciden. Merecen estudio detallado. Este es un caso de falso cognado, de parecido engañoso, eso que los franceses llaman “falsos amigos”.
Al principio de todo el problema lo que se encuentra es una falsa similitud entre el español y el inglés, que arranca desde los verbos “confrontar-to confront”. Confrontar es enfrentarse a; también es comparar (to compare), cotejar (to collate). De aquí es de donde arranca el problema.
En español “confrontación” es careo; cotejo; la acción de ponerse una persona frente a otra. Esos son los significados fundamentales en nuestra lengua. Menciona además la Academia que tenía un significado ya caído en desuso, “simpatía, conformidad natural entre personas o cosas”. En inglés es enfrentar, especialmente en desafío, reto; en el sentido de oponer.
Un fenómeno muy parecido al que se produce entre el español y el inglés, se repite entre el último y el francés. En francés el verbo “confronter” equivale a carear; a darle la cara a; encontrarse frente a. Como en tantos otros casos parecidos, en italiano ocurre otro tanto. “Confrontare” es comparar en el sentido de contrastar.
Estos trasplantes no siempre son afortunados. Cuando se lleva una palabra de una lengua a otra hay que actuar con prudencia, porque no siempre coinciden en todos sus significados aunque la palabra proceda del tronco común a ambas lenguas. Estas diferencias las ocasiona la evolución de las lenguas. El uso que no siempre es racional es el que modela los sentidos de los vocablos en muchas instancias.
*GOBERNATURA
“Los republicanos pueden perder varias GOBERNATURAS.”
Ése era un título, nada menos que un título que ocupaba el ancho de dos columnas del periódico. Este desacierto no es exclusivo de América, también en España se deja caer la palabreja, y se ha notado que casi siempre se hace cuando se refiere a noticias o comentarios que tienen que ver con los gobiernos de los Estados de la Unión Americana.
Con este invento se trata de mencionar los gobiernos que mandan en los diferentes estados norteamericanos. Como es natural, el empeño está puesto en diferenciar el gobierno de los estados, del gobierno nacional o central (federal).
En algunos países, para referirse a los gobiernos locales, sobre todo a las autoridades civiles de un estado o provincia lo hacen con ayuda del término “gobernación”, que es la “acción y efecto de gobernar o gobernarse; el ejercicio del gobierno”.
En algunos países con la palabra “gobernación” se alude al ejercicio. Si se desea mentar el asiento de este gobierno local, entonces se habla del edificio o del asiento de la gobernación. La persona que desempeña las funciones es el gobernador, y a su gestión se la denomina mediante giros más largos y hasta penosos, “ejercicio de gobernación, período en la gobernación”.
Si se fuera a dotar a la lengua de un nuevo vocablo para nombrar el ejercicio del gobierno de un estado federado, entonces debería formárselo sobre la base de GOB-, porque todas las palabras referentes a gobierno que se usaban antiguamente que comenzaban con GUB- cayeron en desuso.
ABNEGADA – ABNEGACIÓN
“La labor ABNEGADA de los agentes de la Agencia de Lucha contra la Droga (DEA) se desarrolla en los frentes más diversos…”
Como abnegado es el que tiene abnegación, por fuerza se empuja la búsqueda en ese sentido. La abnegación es el “sacrificio que alguien hace de su voluntad, de sus afectos o de sus intereses, generalmente por motivos religiosos o por altruismo”.
En la transcripción que se hace más arriba de la definición de la Academia de lo que es la abnegación, se destacaron algunos rasgos para que se note enseguida lo que existe en ella que no se encuentra en la labor remunerada de empleados.
Lo primero es que hay “sacrificio de la voluntad, de los afectos y de los intereses”. Una labor abnegada supone un desinterés, la ausencia de pago. Desde el momento en que media una indemnización desaparece la abnegación. Si fuera un trabajo voluntario con las características de la definición, se estaría en disposición de aceptar el calificativo.
La abnegación es sinónima de la caridad y la generosidad. Es también sacrificio y altruismo, renunciamiento y generosidad de alma. Por favor, búsquense esos rasgos en los trabajos investigativos de una agencia del gobierno que se encarga de atrapar delincuentes.
Lo que le ocurrió al periodista que redactó la nota es que se le excedió la pluma. Quien dio muestras de caridad en su juicio fue él, o ella.
CONCEPTO – CONCEPCIÓN
“…la misma no era compatible con la visión degradada del dominicano que matizaba su CONCEPCIÓN del poder…”
Con sólo echarle un vistazo al texto que se copió al principio de esta sección, se percata el lector de que al autor “se le cruzaron los cables”, como dicen en el lenguaje popular, para indicar que hubo un cortocircuito en las altas esferas del pensamiento.
Lo de la concepción es lo que se le atribuye a la virgen, por antonomasia, y en ese caso, la Academia manda y ordena que se escriba con C (ce) mayúscula inicial. No es otra cosa que la acción y efecto de concebir. Naturalmente se refiere a la acción de procrear en el seno, “concebir” como lo escribe la Academia, se refiere a la de Jesucristo.
La palabra que se le quedó en el teclado (por aquello del tintero) al escritor fue “concepto”, que es una cosa muy distinta de la anterior. A este vocablo se le acepta como sinónimo de “idea”. Es la representación mental de un objeto. Entre los otros sinónimos del término figuran “juicio, pensamiento.”
No andaba muy lejos el autor del artículo cuando escribió una palabra en lugar de la otra. Las dos salieron del mismo árbol. Por evolución cada una se perfiló para usos diferentes. Quizás, si no hubiese mediado el significado religioso, habrían compartido los significados.
ESTABLISHMENT
“Vamos a llevar una nueva voz que no sigue necesariamente lo que diga el establishment.”
Esta es una de esas palabras que la mayoría da por imposible de traducir. Esa mayoría piensa que no hay ningún vocablo en la lengua española que pueda compendiar el concepto de la misma manera que lo hace el término del inglés. No hay que ser derrotistas. Lo que hay que hacer en casos como éstos es tener un vocablo preparado para cada una de las situaciones en que se usa la palabra del inglés. Es preciso revisar lo que entienden en inglés por “establishment”.
Como en tantas otras ocasiones, cada diccionario trae una definición diferente, pero hay que conformarse con lo que es común a todas las definiciones. En los usos de la lengua española hay quienes tratan de adaptarlo al español y escriben “establecimiento” con el (o los) significado(s) del inglés. Hay otros que escriben la palabra sin la E inicial en la creencia de que así es más correcto, porque de este modo la palabra les parece más inglesa.
Para no abundar demasiado, se aceptará la definición del diccionario Merriam-Webster’s. Para lo que se trata aquí es “grupo de líderes que imponen las reglas en las actividades sociales, económicas o políticas (en el seno de una sociedad.)” También la define como “grupo que controla”. En el lenguaje llano son “los que mandan”, “los de arriba”.
En algunas situaciones, la palabra que resume mejor el concepto del inglés es “plutocracia”, que nada tiene que ver con Walt Disney, sino con “la preponderancia de los ricos en el gobierno del Estado”. Se puede recurrir también a “la clase dirigente”, en otros casos para evitar el vocablo del inglés o para traducirlo si es necesario hacerlo.
En los casos en que se use de manera despectiva el contenido del término del inglés, se puede emplear en español “camarilla”, que tiene un rasgo de negatividad innegable. Algunos diccionarios en español recogen el término, y lo ofrecen como equivalente de “poder, grupo de líderes”. Aceptarlo como “sector o grupo dominante” es una buena solución que en los campos sociológico y político refleja muy bien la idea.
Las personas que integran el grupo del establishment son quienes dirigen de hecho la sociedad. Algunos autores han usado la palabra semejante del español -establecimiento- para traducir el contenido de la inglesa; entre los autores que lo han hecho así se encuentran Vargas Llosa y Salvador de Madariaga. Esa no es mala compañía.
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