Pautas para el empleo de la coma, el punto y el punto y coma (1 de 2)
Por Tobías Rodríguez Molina
Es bien sabido que, por la estructura sintáctica de la lengua española, hay aspectos de ella que nos resultan dificultosos cuando de aplicar las normas se trata. Uno de ellos es el que tiene que ver con el empleo de la coma, el punto y el punto y coma. En lo que respecta al uso de los signos de puntuación en general, encontramos en www.divulgaciondinamica.es lo siguiente: “Los signos de puntuación permiten jerarquizar el texto e influir de forma decisiva en el ritmo narrativo además de aportar claridad al mismo eliminando ambigüedades o malentendidos cuando aparecen mal colocados.” De ahí la importancia del buen empleo de los signos de puntuación y, en concreto, de la coma, el punto y el punto y coma.
No hay dudas de que muchos usuarios tienen serias dificultades con el uso de esos signos de la lengua, y de que es bastante frecuente en ellos el empleo de la coma en lugar del punto y coma y aun del punto. Mi experiencia docente del área de redacción y de corrector de estilo de libros y tesis, me lleva a afirmar que es un usuario excepcional de la lengua aquella persona que en una página de texto no escriba, más de una vez, una coma en lugar del punto y coma o del punto.
En esta ocasión trataré de contribuir a que esta situación se revierta en su caso si usted es de los que tienen dificultad con esos signos de puntuación.
Mi opinión con respecto al mal empleo de la coma, el punto y el punto y coma, es que los textos que tratan ese tema no son precisos al presentar las normas a aplicar para el acertado empleo de esos signos, y dejan al que lee las normas, lleno de dudas e inseguridades. Al respecto, un alumno que hizo un curso de español conmigo y que tenía serias dificultades con la puntuación, me confesó que antes no se atrevía a enviarle ni un papelito a nadie, pero que ya le podía enviar una carta a cualquiera, pues aprendió a usar los signos de puntuación y eso lo llenó de confianza y seguridad en sí mismo a la hora de redactar cualquier texto.
En esta ocasión trataré de quitarles dudas e inseguridades a quienes me lean, presentándoles el uso de cada signo en particular con la parte teórica y ejemplos de cada caso.
Usos de la Coma. Iniciemos diciendo que la coma tiene varios usos obligatorios y otros que son opcionales, como aparece detallado a continuación.
Usos Obligatorios:
- Un uso obligatorio es aquel en que se emplea la coma para indicar la separación de cada uno de los componentes de una serie de elementos análogos (semejantes), sean palabras, frases o proposiciones. Ejemplos: a. Naranja, cajuil, piña, melón y guanábana son frutas muy nutritivas. ; b. Por la mañana, al mediodía, por la tarde y por la noche tocaba sus canciones preferidas en su guitarra. ; c. Escribía cuentos, leía novelas, escuchaba música clásica y también jugaba tenis.
- También se emplea la coma en forma obligatoria para separar partes oracionales que tienen carácter incidental, es decir, aclaratorio del sentido principal de la oración. Ejemplos: a. Los jóvenes, si los orientan bien, tendrán una conducta correcta. ; b. Tus notas, eso era de esperarse, no fueron tan altas como las del cuatrimestre pasado. ; c. Estudió muy poco y, sin embargo, obtuvo una nota excelente en su examen de Matemáticas II.
Es bueno saber que los incidentales se pronuncian desligados, en cierto modo, del resto de la oración y normalmente en un tono más bajo, y si se suprimen se mantiene una oración completa. Hagamos la prueba con esta sencilla oración: Eso, según parece, tú no lo sabías. Por supuesto, si quitamos el incidental “según parece”, nos queda la oración completa, que es “Eso tú no lo sabías”.
- Además de los casos anteriores, se debe marcar la coma delante de “sino” cuando esa palabra aparece en medio de ideas o contenidos contrapuestos. Ejemplos: a. No estaba concentrado en su tarea, sino distraído dibujando muñequitos. ; b. Este diseño no lo realizó Pedro, sino la arquitecta Lucía Medrano.
- También se usa la coma en forma obligatoria en el caso del vocativo. Veamos unos ejemplos: a. Pamela, pásame esa mascota. ; b. Pásame esa mascota, Pamela. ; c. Pásame, Pamela, esa mascota. Fíjense que hay que tener en cuenta la ubicación del vocativo, pues de eso puede depender la cantidad de comas y dónde se escribe(n).
- Escribiremos coma, también obligatoriamente, delante de “ya que”, “puesto que”, “en vista de que”, etc., con carácter o sentido consecutivo, es decir, que expresan, en las proposiciones de una oración compuesta, una relación de causa-consecuencia y que no permiten el empleo del punto y coma o del punto por el nexo que las relaciona, y porque, por el sentido que expresan, la una necesita de la otra. Ejemplos: a. Deja de estudiar tanto, ya que has estado muy débil últimamente. ; b. Seguro que obtendrás buenas notas, puesto que has estudiado muy bien el material que te asignaron.
- También se usará coma obligatoria delante y después de “es decir”, “o sea”, “esto es”, “por consiguiente”, “en efecto”, “por lo tanto”, “sin embargo”, etc., cuando estas expresiones relacionan partes de una oración simple. Ejemplos: a. Esa joven, es decir, Matilde, trabaja en una empresa de Bonao. ; b. Y Agustín Pérez, en efecto, renunció como contador de esa compañía. ; c. No le aplicaron correctamente lo que estipula el contrato. Y ella, por consiguiente, reclamó sus derechos.
- Se usará también coma obligatoria después de “en afecto”, “es decir”, “o sea”, “esto es”, “por consiguiente”, “por lo tanto”, “sin embargo”, etc., cuando estas expresiones unen partes (o proposiciones) de una oración compuesta. Veamos ejemplos de este caso 7: a. El maquinista está muy cansado; en efecto, los duros trabajos realizados lo afectaron fuertemente. ; b. Renato es un empleado muy competente; es decir, lo que le toca resolver lo realiza a la perfección. ; c. Ella estaba muy cansada; sin embargo, media hora más tarde siguió preparando su examen. (Continuará)
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