ORILLAR
“…no me creo que sólo un vídeo haya ORILLADO a Fujimori”,
Este verbo tiene diferentes significados según el país en que se le emplee. La Academia en su diccionario le reconoce el significado de “concluir, arreglar, ordenar, desenredar un asunto. Llegarse o arrimarse a las orillas. Dejar orillas al paño o a otra tela. Guarnecer la orilla de una tela o ropa”.
Por la fuerza que ha cobrado la lengua española en América, a la Academia no le ha quedado más opción (remedio, decimos en Dominicana) que incluir los usos americanos para el verbo sometido a estudio en esta sección.
En la vigésima segunda edición de su diccionario oficial, 2001, la autoridad de la lengua de Madrid incluyó los significados de los diferentes países de nuestra América.
En Argentina es “acercarse, aproximarse”. En Cuba es “eludir, evitar una dificultad”. En el nivel coloquial, en el último país es “bordear la costa”, y puede usarse para personas o embarcaciones.
ORILLAR en América es “En un discurso o disertación, no tocar o tocar sólo muy superficialmente el meollo del asunto”.
En México es “estrechar un cerco, encerrar a alguien en su último reducto”. Acepté inmediatamente la última porque el periodista es mexicano y porque de esa manera tiene sentido lo que leí.
Como comprenderán ustedes, esa es una de las ventajas que se tiene cuando se vive en una aldea global que conduce a un mayor contacto entre los nacionales de diferentes países. Con toda naturalidad cada periodista escribe en el español de su país y se lee en otras latitudes.
El problema lo tendría quien no tenga diccionario, quien no sea mexicano, o aquel que tenga el diccionario y no lo use. Ésas son las reales desventajas.
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