EMBASAR

Sería muy fácil solamente acusar a la leal corporación de la lengua española de menospreciar las preferencias deportivas de nuestra América porque no ha incluido este verbo aún en su inventario de palabras.

Es cierto que muchas palabras de lenguas extrañas han encontrado su aceptación e inserción en el Catálogo autorizado de palabras de esa famosa junta madrileña de la lengua. Entre esas palabras extrañas al español hay muchas que pertenecen al campo del balompié o fútbol.

Con la jerga del béisbol, el paso mantenido por la Supervisora madrileña de la lengua ha sido de hicotea. Mas en desagravio de la entidad mayor de la lengua de Madrid, vale decir que en algunos casos su reticencia quizás se deba a la formación, a la palabra que sirve de base a la formación del verbo por ser espuria. Es probable que eso sea lo que sucede en el caso del título de esta sección.

Con el verbo del título lo que se significa es que el jugador consigue acceso a una “base”, de las cuatro almohadillas que existen en el cuadro interior del campo de juego. El verbo se forma con el prefijo EN delante de “base”. La razón por la cual no sale con la ene (N) delante de la be (B) es porque hay una regla en la lengua nuestra que lo prohíbe y hace que el sonido se represente mediante la eme(M.).

En el béisbol es también el verbo embasar “dar el lanzador al bateador una base por bolas”. En el nivel coloquial, en Cuba, embasarse es “quedarse una persona mucho tiempo en un lugar”.

Como sucede con el vocablo del título, acontece con muchos otros en la lengua del béisbol que sólo se usan en la América Morena para expresar jugadas o situaciones de ese deporte que quizás sólo los países del Caribe pueden entender completamente. Quizás un día, cuando la lengua salga de los cenáculos y se dé la mano con el pueblo, se logrará que se incluyan muchos términos propios de este deporte en el catálogo oficial.