AGARRE – RETRACTABLE – SOBRECARGO – *IMPORTACIONES QUE LLEGAN – EXPERIENCIA

“Todos consiguen ese AGARRE que impresiona, y que va presentando los múltiples rostros de la muerte.”

No es la primera vez que se encuentra un “agarre”. En otras ocasiones se le había encontrado empleado con mayor o menor sentido. En este caso por el entorno no aparece claro lo que el “agarre” significa, porque para los no iniciados es solo una conjugación verbal.

El agarre del diccionario oficial de la lengua se limita a la acción de agarrar o agarrarse. Las otras dos acepciones no guardan relación –en lo más mínimo- con el tema tratado en la cita, por lo tanto, quedan descartadas de plano.

En la lengua de todos los días, en el uso, el agarre es la “influencia o recomendación, o excusa”.

En el mundo de los deportes el agarre es el abrazo que le da un pugilista al otro cuando lo engancha como parte de su estrategia de pelea. Eso es lo que durante muchos años en español se conoció con la voz angloamericana clinch. Claro, este abrazo no tiene sitio en el texto.

Es probable que en algún o algunos países la utilización del agarre sea conocida. Hay que esperar pacientemente a que suceda una cosa de las dos que se enumeran. Primero, que trascienda a los diccionarios u obras de consulta. Segundo, que ceda el uso por impropio.

RETRACTABLE 

“Tiene cinco piscinas, una de ellas interior bajo un techo RETRACTABLE.”

En la cita se emplea una palabra del español –legítima por cierto- que no cabe acompañada de las demás que forman la oración. Como en muchos casos analizados en estas secciones, al error se llega por el parecido de la palabra leída o escuchada en inglés, con la elegida en español.

De acuerdo con las autoridades de la lengua y con el uso, el vocablo del título indica, en sus funciones normales de adjetivo, “que se puede o debe retractar”. Como se acostumbra a hacer en estos casos, hay que revisar lo que retractar significa.

Retractar es “revocar expresamente lo que se ha dicho, contradecirse de ello”. En el ámbito jurídico es “ejercer el derecho de retracto”. Cabe enseguida que se pregunte, ¿cómo se hace entrar aquí el techo de la cita?

La solución ni es difícil ni está lejos. Lo que debió escribir el redactor fue  “retráctil” que es “traer o llevar hacia atrás”. Es un adjetivo que aplicado a una pieza  o a la parte de un todo significa “que puede avanzar o adelantarse, y después, por sí misma, retraerse o esconderse”. Ahora sí se está escribiendo en español con sentido, con propiedad. El techo, que es una parte de la estructura que cubre la piscina, es capaz de retraerse o esconderse. El nombre que le asienta a la acción de retráctil es “retractilidad”. Se adelanta lo último para evitar malas interpretaciones.

Las voces del angloamericano se parecen más a las correctas del español que a la elegida en el texto, son retractile para las funciones de adjetivo que indica que es capaz de retraerse, como sucede con las uñas o garras de algunos animales; y retractility que es el nombre correspondiente.

SOBRECARGO 

“Ambos restaurantes tienen un SOBRECARGO de $20 por persona, pero bien lo valen, tanto por la comida como por el esmerado servicio.”

El “sobrecargo” es el hombre que en los buques mercantes lleva a su cuidado y bajo su responsabilidad el cargamento. En el avión es el tripulante que tiene a su cargo supervisar diversas funciones auxiliares.

Una vez despejado el camino se puede comenzar la explicación con relación a lo del texto. Es posible que algún desaprensivo le haya unido los dos elementos de “sobre cargo” para hacer que el texto apareciera con el error.

Todo se podía evitar al emplear otra palabra que no fuera “cargo”, como por ejemplo, “pago”. Un pago adicional de. . . Un pago extra de. . . Con esas soluciones se evitaría que alguien al copiar o al revisar el texto se lo malograra.

Como acostumbraba a decir el chusco, el sobrecargo es el masculino de la azafata. Hay que tener en cuenta que la definición que la Real Academia redacta para el sobrecargo lo hace “supervisar diversas funciones auxiliares”, con lo cual sale de las funciones puramente auxiliares y se convierte en un supervisor.

*IMPORTACIONES QUE LLEGAN 

“. . .donde las flores colombianas constituyen el mayor volumen de las IMPORTACIONES QUE LLEGAN.”

A menos que hayan “importaciones que no llegan”, lo del verbo llegar después del sustantivo femenino importación en plural no tiene razón de ser.

En la idea de “importar” está contenido el concepto de llegar. La imposibilidad de que sea de otro modo aumenta si se piensa que se está hablando desde el país del destino.

El importador es la persona que “introduce” mercancías en un país. Es posible que se vea más claro si se compara la noción con la de exportar.

Exportar es vender géneros a otro país. En la acción de exportar la acción conlleva la idea de enviar hacia otro país, desde el país de origen. El país que recibe “importa”; el país que envía “exporta”. Las mercancías, géneros o costumbres que llegan son importados; mientras que los que salen –a su vez- son exportados.

Para que sea tolerable utilizar “las importaciones que llegan”, después de eso hay que añadir algo más. Tiene que existir otro tipo de complemento que haga legítimo el uso. Es posible que se haga en un ejemplo como este: “Las importaciones de flores que llegan por el puerto de Miami, procedentes de Colombia, son las de mayor volumen en los Estados Unidos”.

Lo que se hizo con el complemento fue conferirle certeza al uso. Se justificó la utilización del verbo llegar.

EXPERIENCIA

“El plan de Ted es ofrecer una experiencia más tranquila y relajada.”

Ya es hora de que se tome más en serio lo que una experiencia es. De la misma forma en que se reclama mayor respeto para la experiencia, se puede hacer otro tanto para el verbo experimentar.

El verbo experimentar ha sufrido algunos abusos en los últimos tiempos. Ya las personas no quieren admitir que se cayeron, sino que experimentaron una caída. Con la ayuda del mismo verbo la economía no mejora, sino que experimenta una mejoría. Los enfermos por su parte ya no sienten dolores, sino que experimentan dolores.

La cita que se menciona al principio de esta sección fue tomada de una reseña acerca de una nueva empresa de transporte aéreo y lo que desea la aerolínea es que el pasajero “viaje más tranquilo y relajado”.

Se propone que se utilice menos el verbo y el nombre correspondientes, porque ambos describen una situación o una acción que deja una sensación más duradera que un simple viaje.

La experiencia es el “hecho de haber sentido, conocido o presenciado alguien algo”. También es la experiencia la “práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo.”     Sin prisa, reflexiónese sobre el hecho de que se considera experiencia el “conocimiento de la vida adquirido por las circunstancias o situaciones vividas”. Por último, la experiencia es “circunstancia o acontecimiento vivido por una persona”.

En español, la experiencia es un proceso, es más que un simple acto. Hay que tener en cuenta que es algo de larga duración. Es una noción que toma tiempo acumular.

Lo que se constata aquí es un fenómeno que ha sucedido también con otras palabras. Los publicistas, los profesionales de la comunicación social y la publicidad han popularizado algunas palabras. Una que se puede retener como ejemplo es “literatura”. Muchas veces se escucha y se lee que se recomienda al paciente que lea la “literatura” que acompaña al medicamento que se receta. Cualquier instrucción o información que se le suministra recibe el nombre de literatura, y por ende, adquiere mayor carácter de veracidad y seriedad.

ARGUYEN – *ARGULLEN 

No es un proyecto para crear ghettos palestinos, como ARGULLEN los dos corresponsales señalados al comienzo de este artículo.”

Hay que tener “agallas” para escribir este *argullen. Si se piensa un poco, para escribir o conjugar el verbo de modo correcto basta con recordar que su infinitivo es “argüir”.

El verbo argüir es irregular en su conjugación. Para conjugarlo correctamente debe seguirse el ejemplo del verbo huir.

En la cita se emplea el verbo con el significado de alegar, argumentar. Se utiliza el verbo para señalar que alguien expone ciertas razones para sostener su opinión contra la de otros. Se usa para exponer una justificación.

*CROUP 

“Enfermedades como el enfisema y en casos extremos el CROUP, podrían causar el neumotórax.”

La palabra del título se delata a sí misma como extraña a la lengua española por la forma de su ortografía. El vocablo se ha adecuado al español con la grafía crup, que la Real Academia anota que desciende de la voz inglesa croup. Como equivalente del vocablo ofrece la misma autoridad la palabra española difteria.

En la entrada correspondiente al término difteria, las autoridades de la lengua la definen como una enfermedad específica, infecciosa y contagiosa, caracterizada por la formación de falsas membranas en las mucosas, comúnmente en la garganta, en la piel desnuda de epidermis y en toda suerte de heridas al descubierto, con síntomas generales de fiebre y postración.

En la edición de 1992 del diccionario de la Real Academia de Madrid, se leía que el “garrotillo” era el crup y una coma más adelante aparecía la difteria. En la edición de 2001 desapareció el garrotillo de la acepción del crup.

Si se comparan las definiciones del garrotillo y de la difteria, en la edición de 2001, se verá que las dos no tienen la misma definición como enfermedad, conforme con lo que el consejo madrileño de la lengua entiende.

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