Apodos y Alias
Si elegimos esta modalidad, el apodo debe distinguirse del nombre mediante el uso de las comillas o de las cursivas: el pelotero José el Mambo Lima o el boxeador Fausto «Ceja» Rodríguez. A veces lo que distingue al personaje no es su apodo, sino su hipocorístico. No se me asusten: no es una mala palabra. Así se llaman los nombres abreviados o afectivos que usamos a veces como sustitución del nombre de una persona: Pepe por José, Tatica por Altagracia. La regla es la misma; así en Retiraron el número 31 como reconocimiento a Guillermo Memo García (o Guillermo «Memo» García). Los apodos, familiares, populares, deportivos o históricos, merecen también su minuto de gloria ortográfica.
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© 2011 María José Rincón
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