Amores
En España se pela la pava y en República Dominicana se come gallina. No hace tanto, aunque a muchos nos parezca un mundo, los enamorados no podían conversar a su amor (‘holgadamente’) sino que debían estar supervisados por los chaperones de turno. Existía entre nosotros los que se dedicaban a cuidar el altar para que estas charlas amorosas no pasaran a mayores. Las cosas han cambiado, unas mucho y otras no tanto, unas para bien y otras… Las palabras han cambiado o han permanecido con ellas pero seguimos usándolas y ojalá que no nos falte nunca la ocasión de hacerlo, señal de que tendremos cerca un buen amigo o un buen amante.
Envíe sus comentarios y/o preguntas a la Academia Dominicana de la Lengua en esta dirección: consultas@academia.org.do
© 2011 María José Rincón
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