Industria cultural con presente y futuro

Decía Octavio Paz: «Para todos los hombres y mujeres de nuestra lengua la experiencia de pertenecer a una comunidad lingüística está unida a otra: esa comunidad se extiende más allá de nuestras fronteras nacionales».
El extendido uso internacional del español tiene la ventaja de tratarse fundamentalmen-te de un uso como lengua materna propia, y no de una presencia como lengua franca, como le ocurre en muchas ocasiones al inglés, con el riesgo de empobrecimiento y simplificación que esto conlleva. Nuestra lengua nos aporta la ventaja, no lo suficientemente valorada a veces, de podernos comunicar sin intérprete con uno de cada veinte habitantes de la tierra.

Su condición de lengua unitaria con una gran cohesión geográfica afianza su proyección internacional, puesto que nueve de cada diez hablantes de español viven en territorios contiguos, en estados americanos fronterizos. El área lingüística del español es una de las más extensas del mundo. Sólo España y Guinea Ecuatorial quedan fue-ra de este dominio territorial.

Esta destacada unidad, que no uniformidad, del español y su proximidad geográfica, se ha convertido en una de las grandes bazas económicas de Hispanoamérica. La cercanía de grandes países no hispanohablantes, como los Estados Unidos, Brasil o Canadá, nos brin-da la oportunidad de ofrecer la enseñanza del español como segunda lengua como una industria cultural con presente y futuro. Para lograrlo debemos mejorar la preparación lingüística de nuestro profesorado y la valoración que todos nosotros tenemos de nuestra propia lengua materna.

Envíe sus comentarios o preguntas a la Academia Dominicana de la Lengua en esta dirección: consultas@academia.org.do

© 2010 María José Rincón
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