Yo manejo bien, si no…

Las largas horas que nos vemos obligados pasar en los tapones, aunque ustedes no lo crean, tienen su consecuencia lingüística también. Dejemos para otro día las frases lapidarias con las que guagüeros y choferes inspirados nos premian desde sus vidrios. Ellos solos producen material para toda una serie de artículos, que les debo.

Voy a centrarme en esa pequeña plaquita adherida a la parte trasera de los vehículos pertenecientes a las flotillas de muchas empresas en la que se nos anima a dar parte de una posible mala conducción. Es evidente que se trata de una buena idea aunque, a los hechos me remito, no sé si produce muchos resultados. Es evidente también que estas plaquitas no son idea particular de cada chofer sino que son producto de una política de empresa.

Si prestan atención, y créanme que tendrán muchas oportunidades, observarán que la mayoría de estos avisos ostentan sin reparo, al menos, un error ortográfico y de sintaxis: «Yo manejo bien, *sino llame al…». ¿Cómo es posible que nadie, desde el que encargó la plaquita, pasando por el que la hizo, y terminando por el que la puso, lo haya notado? En esta frase lo correcto es la aparición de la conjunción condicional si, seguida por el adverbio de negación no: «Yo manejo bien; si no, llame al…». Una amiga concluye que estamos perdidos si escriben como manejan, o si manejan como escriben.

María José Rincón

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© 2010 María José Rincón
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