Un ingrediente más para el diccionario

Una de las lectoras de la columna se interesa por saber si se dice sancocho o salcocho. Ambas palabras existen, y son correctas, así como sus relacionadas salcochar y sancochar. Proceden de la misma raíz latina, combinada con dos prefijos distintos. La confusión entre ellas, que puede provocar dudas, es la cercanía de sus significados y el hecho de que estos varíen de un lugar a otro del amplio territorio hispanoparlante.
El sancocho es uno de los protagonistas de nuestra cultura gastronómica aunque su receta sea distinta de la que los canarios en España usan para cocinar el suyo. En el sur de España el sancocho es lo que se obtiene cuando se cuece hasta reducirlo el mosto del vino. Sancochar era originalmente ‘cocer poco y sin sazón cualquier alimento’; de aquí deriva posiblemente su uso despectivo en Cuba para significar ‘cocinar mal’. Para nosotros es ‘cocer en agua’. Cuánta razón tenía Ángel Rosemblat cuando escribía que el habla familiar «no puede ser incolora, inodora e insípida. Tiene que ser rica, emotiva, evocativa, familiar. Le cambian el sabor al sancocho si nos obligan a llamarlo salcocho».

El recorrido por los recovecos de nuestros diccionarios es siempre enriquecedor. Pero los que trabajamos con ellos y en ellos siempre encontramos un detalle que mejorar. En esta ruta lexicográfica por el sancocho he encontrado que al Diccionario de la Real Academia Española le falta añadir los usos dominicanos de sancochar y de sancocho en su acepción de ‘conjunto de cosas sin orden’. Dos nuevos ingredientes para la próxima edición.

Envíe sus comentarios o preguntas a la Academia Dominicana de la Lengua en esta dirección: consultas@academia.org.do

© 2010 María José Rincón
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