Toletero – rango en movimiento – cartel (cártel) – corredera – palé

TOLETERO

“Los estadios se llenaban de fanáticos que acudían a aplaudir a los numerosos TOLETEROS de moda”.

En esta sección el propósito manifiesto desde el principio es adentrarse en el estudio de la palabra toletero. No obstante, porque esta deriva del vocablo tolete también hay que conceder un espacio a este. Ha de tenerse en cuenta que el toletero de esta cita no es uno conocido desde hace largo tiempo, sino uno más reciente nacido al amparo del béisbol.

El tolete original que conoce el DRAE es el escálamo que es la estaca pequeña y redonda que se fija en el borde de una embarcación menor y a la que se ata el remo. Las únicas características que son comunes a este tolete antiguo y al moderno es que ambos son fuertes. Este tolete está documentado en español desde el año 1587. Según J. Corominas es derivado del francés que a su vez lo tomó de una lengua germánica.

El tolete más conocido en la actualidad hispánica es el garrote corto americano. Aparte de ese significado el garrote lleva sobre sí muchas otras significaciones en los países hispanoamericanos.

El tolete es un vocablo que ha tenido una evolución interesante. En general es el garrote corto, que Santamaría calificaba ya en 1942 también como grueso. Pero varios países de Hispanoamérica han ensanchado el significado para denominar otras realidades de la vida cotidiana.

Con los avances de la tecnología el tolete es también la porra policial que está provista de un dispositivo que produce descargas eléctricas. En Cuba se llama tolete a la persona torpe y de corto entendimiento.

En otros países una persona corpulenta es un “tolete de hombre”, como se dice en la República Dominicana, donde no solo es tolete el corpulento, sino también el valiente. En RD se utiliza la voz tolete como un eufemismo para mentar el pene, así como en Cuba. En Puerto Rico también se ha documentado este uso aunque no lo consigne el DAA. Está documentada en la obra de L. R. Sánchez, La guaracha del Macho Camacho, así consta en la obra Diccionario de hispanoamericanismos (1997). No hay que extrañarse si a través del tiempo algunas significaciones de tolete han pasado al olvido o caído en desuso.

Una vez abandonado (no agotado) lo relativo al tolete,  debe hacerse honor al título y comenzar con el toletero. El toletero no es simplemente el “bateador” como consigna el DAA, sino el “bateador de gran poder” como lo define Orlando Alba en la obra Lengua y béisbol en la República Dominicana (2006). Por el “gran poder” ha de entenderse que conecta la pelota con frecuencia y con fuerza.

El último escritor citado asevera que es de uso en Costa Rica, Cuba, Estados Unidos, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Puerto Rico y Venezuela. Cuando el toletero golpea fuerte la pelota en el béisbol se dice que dio un “toletazo”, aunque lo produce con el bate. El toletazo también ha criado prole, pues se usa también para “golpe”, sea este propinado con tolete o no. Hasta para una caída brusca y aparatosa el golpe que de ella resulta recibe el nombre de toletazo.

Con lo explicado más arriba no se agota la cantera del tolete, mas no puede abusarse de la paciencia del lector.

 

RANGO DE MOVIMIENTO

“Los ejercicios de RANGO DE MOVIMIENTO (también llamados de estiramiento o flexibilidad) ayudan a mantener la función normal de la articulación. . .”

En una ocasión anterior se verificó la oportunidad de utilizar la palabra “rango” empleada en el español de los Estados Unidos de Norteamérica. En esta ocasión se va a avanzar más, se llevará ese estudio al uso impropio que a menudo se hace en el campo de la medicina.

Toda la confusión viene porque interpretan con el vocablo rango la traducción del inglés range. No reparan estos desprevenidos en que rango es solo una de las opciones con que se cuenta en español para trasladar el sentido de la voz del inglés. No se enumerarán todas las posibilidades en español en las distintas ocasiones que pueden presentarse con la voz del inglés. Se centrará el examen al ejemplo de la cita.

En las ocurrencias en que en inglés aparece la expresión range of motion se lleva al español traduciéndola con la ayuda de la palabra alcance, para que termine de esta manera: “alcance de movimiento”. Este alcance se refiere al espacio o distancia que se recorre, de un extremo a otro, de principio a fin, a la amplitud recorrida.

Más específico aun. En la hipótesis de range of movements se dice y escribe en español general: amplitud de movimiento, amplitud de los movimientos. Se refiere como es natural a la distancia que separa los dos extremos en el movimiento.

En otras oportunidades en el campo de la medicina la traducción para range varía, por ejemplo: Para el oído se afina con “campo auditivo”. Para la vista se echa mano de campo de nuevo para que termine: “campo visual”. Con respecto de la temperatura es: “margen de temperatura”. En cuanto a las terapias se utiliza: “margen terapéutico o intervalo terapéutico”.

Con la actividad de la traducción no puede improvisarse. Traducir es una profesión que requiere de estudio y dedicación. Al traducir hay que esforzarse para dar con el vocablo más conveniente en el caso específico.

 

CARTEL – CÁRTEL

“. . .los ciudadanos denuncian que no se está haciendo lo suficiente para contener un mal endémico en la región: el de la inseguridad ciudadana y la proliferación de los CÁRTELES de la droga”.

Desde el comienzo se hace necesario advertir que el autor de estas apostillas está de acuerdo con la forma en que la articulista ha escrito la palabra del título.

Acontece que en el español moderno hay dos cosas completamente diferentes que de acuerdo con las autoridades de la lengua pueden escribirse iguales. Una es el famoso póster o afiche (dos voces ajenas al carácter de la lengua española); y la otra es la organización de narcotraficantes o el convenio de empresas.

Durante largo tiempo se pensó que era muy buena idea que el material de anuncios se escribiese sin tilde. El otro, el de la organización ilícita o no, que en su grafía se marcara la tilde para destacar su diferencia, la sílaba tónica y su origen foráneo.

En la actualidad el Diccionario panhispánico de dudas recomienda la acentuación etimológica aguda cartel. No olvida esa obra consignar que las dos formas de escribir y pronunciar la palabra son válidas.

Los plurales, como es natural resultarán: cárteles y carteles, respectivamente. El DPD asevera que la acentuación aguda es mayoritaria en el ámbito hispánico.

 

CORREDERA

“. . .es como unos hombres me meten en una furgoneta con puertas CORREDERAS, como las que usa la Seguridad del Estado. . .”

Hay que reconocer, ante todo, que el conjunto “puertas correderas” forma una unidad. El comentario incrementará sus esfuerzos sobre corredera para “sacarle filo” porque se espera que así resulte más interesante.

Con respecto a las puertas, el DRAE trae modificaciones. Del primer sitio que ocupaba la puerta, la edición vigésima tercera ha movido la “puerta corredera” a la última posición bajo corredera y la cataloga como una locución adjetiva. Además la redacción es “puerta de corredera”. En la nueva presentación amplió el concepto con una definición más detallada.

En algunos países prefieren llamar “corredizas” a este tipo de puertas. Pues está pensado para que corra; lo que se diseña, hace o construye de ese modo se desliza con facilidad. El ejemplo que trae el Gran diccionario de la Lengua Española de Larousse es este: “Es una puerta corrediza, ha hecho un nudo corredizo”.

Lo interesante sobre la “corredera” ocurre en América. El DAA recoge que en siete países de América ese término es equivalente de cagadera. En otros tres países es una actividad intensa, un correcorre. En la República Dominicana, además de correcorre es huida. En tres países es trajín, ajetreo ocasionado por tener muchas actividades.

En la República Dominicana se ha oído la expresión “tener corredera” para señalar que quien eso tiene padece diarrea. Esta corredera se sitúa en un grado más decente con “estar de carreritas” que significa lo mismo. El colmo de la decencia para este padecimiento intestinal es llamarlo “velocidad intestinal” que es un eufemismo muy refinado.

 

PALÉ

“. . .es una odisea porque las bolsas de 100 libras de peso fueron cargadas en C. sin usar PALÉS”.

La palabra que figura a manera de título se ha integrado en fecha reciente al idioma oficial español. Apareció en el inventario de la Real Academia en el diccionario de esa corporación por primera vez en la edición vigésima segunda, es decir, en el año 2001.

La definición que ofrece ese colegio madrileño es: “Plataforma de tablas para almacenar y transportar mercancías”.

Algo que resulta curioso es el origen que le atribuye la Academia a la voz. Escribe la corporación antes citada que procede del francés palée. Ese podría ser el origen remoto, pero el inmediato es el que menciona el Diccionario Clave de uso del español actual, 2012, cuando escribe sobre la etimología: “Del inglés pallet”.

Las definiciones de ambos diccionarios se quedan cortas al incluir el DRAE que es de “tablas” y el Clave que es de “tablas de madera”. En la actualidad los palés se fabrican no solo de madera, sino de plástico, de metal, y hasta de acero galvanizado. La acepción que incluye el Clave es más larga: “Plataforma de tablas de madera sobre la que se colocan las mercancías para su transporte y almacenaje”.

El diccionario Clave asegura que es innecesario el uso de la voz pallet del inglés. La solución que se ha ofrecido al uso del anglicismo es quizá salomónica porque se elaboró un término de terminación española con una pronunciación muy parecida a la voz del inglés que ya era conocida en las esferas del comercio internacional.

Existe un palé dominicano. Hasta fecha muy reciente no aparecía en los diccionarios de dominicanismos. Lucy Gómez Marín en su Diccionario para comprender al dominicano (2009) lo incluyó.

Es “un juego de lotería que consiste en combinar dos números”. Así aparecerá definido en la obra Diccionario del español dominicano, libro que será puesto en circulación el 21 de noviembre de 2013 en Santo Domingo. Viene con su debida referencia de uso en la obra Musiquito de Enriquillo Sánchez.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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