SERIAS PENAS – ESCUADRA – CAMELAR – APARATO

“. . .de ser hallados culpables, podrían recibir SERIAS penas.”

Es un asunto muy serio eso de entrar en consideraciones con respecto a la oportunidad de emplear el calificativo “serias” para penas privativas de libertad y accesorias, tales como multas y pérdida de la capacidad para desempeñar ciertas funciones durante un período determinado.


Desde que se lee la frase hay algo que llama la atención. En general no se emplea serio(a) para anteponérselo o posponérselo a las condenas que aplican los tribunales.

Está convenido en el uso inveterado que una pena es grave por oposición a leve. Una pena puede ser también larga, onerosa, pesada o cualquier otro calificativo que convenga en el caso. En el lenguaje jurídico se acostumbra a llamar penas aflictivas a las más graves.

En nuestra lengua casi siempre se reserva serio(a) para aplicáselo a la persona o a la situación por la que esa persona atraviesa. El último caso se utiliza para denominar así a la serie de percances que ocurren a una persona. Un hombre serio es el que cumple con todas las obligaciones que se le imponen en la vida.

Cuando a una persona se la tilda de seria se dice con ello que esa persona es poco propensa a la risa, a la alegría o al regocijo. Si se llama “no seria” una cosa se señala con ello que los colores son llamativos o que está recargada de adornos.

En el caso de algunos hechos de la vida, como enfermedades, se los califican de serios porque son importantes, dignos de consideración. Una labor pendiente de realizar es seria cuando es intensa o ardua.

No se trata aquí de saber si constituye una falta grave o seria la de usar uno u otro adjetivo para calificar a una condena. Aunque sea accesorio, muchas veces es importante saber de donde procede la confusión.

En inglés, se llama “serious” lo que es impresionante en cantidad, extensión o grado. Esta es solo una de las acepciones, entre otras, de las que posee el adjetivo. No hay que llevar este matiz a la lengua española, porque en la lengua común no se le emplea con ese valor.

ESCUADRA 

“Los peces y los patiblancos habían llegado el 11mo capítulo 1-1 y con apenas seis imparables por cada ESCUADRA, que apelaron a varios lanzadores para contener las ofensivas rivales.”

No hay sorpresa, hay que despejar en esta sección el caso correspondiente al uso de la palabra “escuadra” para aplicárselo a un equipo de deportes.

Antes de descalificar el uso objeto de escrutinio, se impone la revisión de las diferentes acepciones que soporta el vocablo en español.

La primera acepción es la marítima, en la cual la escuadra es un conjunto numeroso de buques de guerra reunido para ciertas operaciones tácticas. En italiano colocan a un almirante al mando de estos buques.

En el campo de las fuerzas militares de tierra, es un corto número de soldados a las órdenes de un cabo. De nuevo, en italiano es diferente, son mandados por un sargento. Por traslación del significado, también se llama escuadra en español a la plaza o puesto de cabo de este número de soldados.

Se llama escuadra, además, a la cuadrilla que se forma de algún concurso de gente.  El último significado que se consignará aquí es el de plantilla de madera, plástico u otro material, en forma de triángulo rectángulo isósceles, que se utiliza en delineación.

Según parecen indicar las pistas, en este caso se está en presencia de una extensión que se hace del concepto original. Como se trata de un grupo de personas que operan con un fin definido, y cuentan con organización, se lleva la noción hasta el ámbito de los deportes. Los equipos deportivos son limitados en número de personas y se les coloca bajo la tutela de un director, orientador o dirigente que los orienta en la consecución de un fin.

Estos equipos poseen la disciplina de grupo que hace falta para conseguir el fin perseguido. El obstáculo a la generalización del concepto es que en los diccionarios solo se reconoce el término aplicado a grupos de personas; en un caso a los militares; y en el otro a la cuadrilla de gente.

En italiano se llama “squadra azzurra”, que significa equipo azul, a la selección nacional italiana de fútbol, así llamada por vestir camiseta azul. Lo simpático del asunto es que en los diccionarios italianos que se compulsaron, ninguno justificó el empleo de “squadra” para este caso.

En inglés un “squad”, en una de sus acepciones, es un grupo reducido de personas comprometidas en un esfuerzo u ocupación común. Lo curioso es que el concepto primitivo lo tomó el inglés del español antiguo y del viejo italiano.

En resumidas cuentas, la intromisión puede reclamar paternidad doble. Viene del italiano, a través del fútbol, y del inglés en su acepción moderna.

En nuestra América una escuadra es una pistola, por oposición al revólver. Recibe el nombre por la forma angular. Es una lástima que no se haya incluido todavía esta acepción en el lexicón oficial de la lengua. Con este valor se la usa en México, Guatemala, Honduras, Colombia, El Salvador, Costa Rica, Panamá y República Dominicana.

El único inconveniente que tiene este significado es que casi ha caído en desuso. Ya los hablantes tienen muchos conocimientos acerca de las armas y saben distinguir muy bien un tipo de otro. La primera vez que escuché este uso fue de labios de un analfabeto hace más de cuarenta años.

Muchos de los mejores escritores de nuestra América han utilizado el vocablo con este significado. Entre otros se puede mencionar a García Márquez, en Cien Años de Soledad; M. Guzmán en El águila y la Serpiente; D. Liano en El hombre de Monserrat y M. Rosa en Tío Margarito. Casi todos los diccionarios de americanismos recogen la acepción americana de escuadra; que apareció ya en 1942 en el Diccionario General de Americanismos de Santamaría.

CAMELAR 

“Quizás tratando de imitar muy de lejos la hazaña multiestelar de Mike Todd –que CAMELÓ a Fernandel, Dietrich y Sinatra- se han conseguido a algunos actores que, honestamente, no son comparables luminarias. . .”

En el diccionario de las autoridades de la lengua, en el año 1992 todas las acepciones asentadas para este vocablo iban precedidas del rasgo “familiar” que es el término que acompañaba a las voces de una lengua que solo aparecen en la conversación entre personas que se dispensan una mutua confianza.

En la edición de 2001, el término colocado antes de cada una de las acepciones es “coloquial”, que caracteriza la modalidad lingüística que utilizan los hablantes de una lengua en sus relaciones cotidianas.

En las dos palabras recién analizadas, el factor común es el carácter hablado del nivel de la lengua coloquial y familiar. Una en el seno de la familia, y la otra –más liberal- de los hablantes en sus relaciones cotidianas.

Se echa de ver de inmediato que no es un vocablo que se encuentra en la categoría de lengua escrita. No pertenece al conocimiento general o no ha escalado todavía a la clase de español que es frecuente y apto para aparecer en prensa.

Un problema que se encuentra con este término es que sus significaciones son muy diversas, va desde galantear hasta ver, mirar y acechar; pasando por seducir, engañar adulando. Aún en el contexto del pasaje copiado en esta sección se hace difícil asignarle un valor único sin riesgos de ambigüedad.

La posibilidad de ambigüedad no tiene importancia en la lengua hablada porque la entonación, los ademanes y el conocimiento directo del tema hacen de fácil comprensión el mensaje. El contacto directo facilita que cualquier duda se disipe.

En la lengua escrita la distancia que existe entre quien escribe y los lectores hacen muy difícil que se despejen las dudas en caso de oscuridad en el significado de una o más expresiones usadas. Esto obliga a que la selección de palabras sea una tarea cuidadosa en el arte de escribir.

APARATO 

“. . .ex oficial de las Fuerzas Armadas que procede del Grupo Gaviota, el cual es operado por el APARATO militar cubano.”

Los “aparatos” que interesan por su aspecto definido son los que se examinarán aquí. Los demás se dejarán fuera por no revestir importancia para los propósitos de esta sección.

En su quinta acepción para el vocablo sometido a estudio, la Academia asienta lo siguiente, “conjunto de quienes dirigen una organización política o sindical”. Esta es una de las últimas incorporadas al diccionario mayor; sin embargo, es de amplio uso en literatura política.

Si se observa con cuidado se notará enseguida que se refiere a personas que dirigen dos tipos de organizaciones, las políticas o las sindicales. Cualquier aplicación fuera de este ámbito que se haga del concepto, es un estirón que se le da. El campo de acción está limitado a las dos clases de organizaciones que se mencionaron antes.

Hay otra acepción registrada en la segunda posición, que merece mención. Dice así, “prevención o reunión de personas o cosas preparadas para algún fin.” Tan pronto se lee lo de reunión de personas queda eliminada la organización, pues la diferencia esencial entre una y otra es la permanencia.

En la última acepción el vocablo que produce dudas es “prevención”. Se le revisará para dilucidar cualquier vacilación con respecto a su significado cierto. La prevención es la preparación o disposición que se hace anticipadamente para evitar un riego o ejecutar algo.

Llegado a este punto hay que regresar al de partida. Se puede aseverar que el empleo de “aparato” en la cita no es pertinente. Se ha leído y escuchado en otros casos el uso de “aparato militar”, pero en esos casos se trata del conjunto de materiales, utensilios y otros de los cuales dispone la fuerza militar para cumplir con sus fines. En otras circunstancias se refiere con estas palabras al conjunto de cosas de valor que acompañan al despliegue de fuerzas militares y que contribuyen para darle brillantez o mostrar importancia.

No está fuera de lugar que se mencione que las acepciones para el término “aparato” han sufrido modificaciones que por el carácter del diccionario de la Academia pueden considerarse de envergadura. Algunas de ellas son en cuanto al orden de las acepciones. Las otras modificaciones conciernen a la forma de redacción. Estos cambios se operaron entre las dos últimas ediciones del repertorio general de la lengua. Si se comparan las últimas ediciones con las anteriores se verá que las inclusiones y mutaciones son importantes.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *