RESPETAR – *REFERENCIAR – BRICLÍ

“Es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas y no RESPETA condiciones económicas, étnicas o sociales.”

El uso que se hace en esta cita del verbo respetar es conocido del autor de estas apostillas. Recuerda que lo ha oído muchas veces en su vida. Es posible que hasta lo haya empleado en sus conversaciones.


Muy a pesar de lo que se vertió en la oración anterior, los diccionarios no incluyen una definición para el verbo que sirva de apoyo para la utilización que se hace en casos como el del texto citado.

El verbo respetar tiene bien delineadas las fronteras de su ejercicio. Es un verbo antiguo en el seno de la lengua. No obstante eso, se verificará con un cotejo del verbo en el diccionario mayor de la lengua, así como en el uso común admitido.

El verbo respetar en esencia significa “tener respeto, veneración, acatamiento. Tener miramiento”. Este miramiento vale por respeto, atención. De inmediato se pueden descartar algunos de estos vocablos porque poseen sentidos obvios.

Después de expresado lo que consta en la oración última la única voz que vale la pena examinar, para despejar su sentido es “miramiento”, porque puede prestarse a interpretaciones que confunden.

El miramiento es el “respeto, atención y circunspección que se observan al ejecutar una acción o se guardan a una persona”.

En el concepto respeto, en sí mismo, tampoco hay ninguna noción que permita explicar el uso que se hace del verbo en el ejemplo que se copió al principio de esta sección. El respeto es la atención y consideración especial que se hace a una persona. Consideración, deferencia y miramiento son formas exteriores con que se manifiesta el sentimiento de respeto. Es este un sentimiento moral.

Se podría alargar casi al infinito este ejercicio de pasar de una palabra que se menciona en una definición a otra y así sucesivamente. Aquí se detiene esta acción para dar por concluido el asunto.

El empleo del verbo respetar es de uso en casos como este, “no usar cierta cosa con el fin de reservarla para cierto uso o para algo”. Un ejemplo de este uso es este: “Hemos respetado estas botellas de cerveza hasta que llegaras tú”.

También en el habla representa la idea de “conservar”, así se hace en el ejemplo siguiente: “Los restauradores han respetado la puerta antigua, no la destruyeron”. Aquí expresa que no se destruyó, que no se hizo desaparecer la puerta.

Muchas veces lo que se deseaba transmitir, la idea que se pretendía comunicar llega al lector aun cuando no se utilicen las mejores palabras para ello. Se entiende el concepto porque el uso le ha atribuido al verbo respetar este valor aunque no está reconocido oficialmente.

Es probable que el significado del verbo -como se lo usa en el texto- no sea conocido en todas las latitudes del habla hispana; en consecuencia, hay que usarlo con moderación o no usarlo.
En otras palabras, se podría recomponer el texto para redactarlo así: “Es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas y no DISCRIMINA en cuanto a condiciones económicas, étnicas o sociales.”

Hay otras soluciones para la cita, pero no vale la pena alargar el punto.

*REFERENCIAR

Al mediodía del sábado cuando llegué para visitar uno de los lugares más REFERENCIADOS de Colombia, confirmé lo que escribió. . .”

Al leer la palabra destacada en la cita tomada del periódico hay que presumir que se origina en un verbo que según el genio de la lengua española hay que escribir del modo en que se puso en el título de esta sección.

Después de escrita la frase anterior se hace necesario añadir que este supuesto verbo, referenciar, no figura entre los verbos que registra la Real Academia en su diccionario.

Que no sea motivo de sobresalto el empleo del verbo comentado y de algunos de sus derivados por el hecho de que no forman parte de la riqueza inventariada de la lengua.

El lexicón mayor recoge palabras parecidas a la examinada aquí. Entre otras pueden mencionarse: referencia, referencial, referente y referimiento.

Se barrunta que el articulista derivó el adjetivo del verbo referir, tomado el adjetivo del valor que ese verbo posee en su primera acepción: “Dar a conocer, de palabra o por escrito, un hecho verdadero o ficticio”.

Lo que trató de expresar el autor de las líneas citadas es que ese lugar en Colombia es objeto de muchas referencias, es decir, de muchas menciones.

El articulista era nacional del país que menciona. Era un hombre culto. El uso consigue incorporar las palabras nuevas en el seno del catálogo oficial de la lengua cuando las usa un destacado hombre de letras.

Con el párrafo anterior se deja abierta la posibilidad de que un día no muy lejano ese término se introduzca en el diccionario mayor de la lengua española.

BRICLÍ

No cabe duda. Este es un dominicanismo neto. No se ha logrado conseguir esta voz en ningún diccionario de americanismos.

Si se trae a colación el término en esta sección obedece a que hay discrepancia con respecto al significado de la palabra.

En el “Diccionario de dominicanismos” de Carlos Esteban Deive el autor le asigna al vocablo el valor que se copia: “lío, reyerta, pelea”. Cita la frase “armarse un briclí” como ejemplo del uso.

Hay un amigo que se divierte con mortificarme con algunas preguntas acerca de la lengua. Sobre todo acerca de los dominicanismos. El ingeniero César Ruiz me llama con frecuencia para plantear preguntas y rememorar vocablos del habla dominicana.

Ese amigo me llamó hace un tiempo y mencionó la palabra briclí. Tanto él como yo coincidimos en que de acuerdo con nuestra experiencia y recuerdos la significación de briclí no era la que se le reconoce en el diccionario antes mencionado.

Para nosotros tiene el valor de “rápido”. “Acción que se ejecuta con rapidez”. Ejemplo del uso: “Armó ese rompecabezas en un briclí”. Valga la aclaración: no se pretende con lo que se sustenta aquí invalidar el significado que le reconoce Carlos Esteban Deive al término.

Hay más con respecto a briclí. Con otra de sus llamadas inquietantes, el amigo me preguntó acerca del origen del briclí. Él me orientó acerca del origen. Me recordó que hay una palabra del alemán que se usó mucho en el período de la Segunda Guerra Mundial.

La palabra alemana es “Blitzkrieg” que en esa lengua es “guerra relámpago”, “guerra fulminante”. Fue una táctica del ejército nazi en la Segunda Guerra Mundial. En el idioma alemán la voz está formada de “Blitz”, relámpago, y de “Krieg”, guerra.

En el idioma inglés adoptaron el germanismo “blitz” con el significado de “ataque aéreo”, sobre todo el que se producía sobre Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial.

Para cerrar el tema. El relámpago del alemán se refería a la velocidad con que se producía el ataque. De esa celeridad desplegada se deriva la rapidez de la acción del briclí dominicano.

En cuanto a la deformación de la pronunciación original de la voz alemana no es para sorprenderse. En todas las lenguas ocurren fenómenos como este y terminan con una palabra de buena ley.

Sucede con la voz tratada aquí lo que sostenía el maestro Ángel Rosenblat cuando escribió: “la palabra es un testimonio de la historia”.

COSTERAS – COSTALES

“La región de Cantabria, en el norte de España, es de muchos contrastes: desde ciudades COSTALES y montañas hasta valles verdes. . .”

En este caso hay que tomar el asunto por el otro costado. No se puede pretender que sea harina de otro costal la que se trata aquí. Con lo expresado aquí se busca hacer notar que no es un error tipográfico el que se detecta en el texto. Se han encontrado otros casos similares a este. Se demostrará más abajo de donde procede el error.

En español, costero, para lo que interesa en esta sección, es lo relativo o perteneciente a la costa. El costal que se conoce en el español común es el relativo a las costillas y el saco grande de tela ordinaria. Por último, es un listón grueso de madera que se utiliza en posición vertical para sostener los tapiales.

Llegados a este punto hay que despejar el motivo que puede dar lugar a que se confundan los dos conceptos, aun cuando estos son tan disímiles entre sí.

En inglés existe la voz “coastal” que en funciones de adjetivo significa lo que el costero del español, en lo concerniente a las costas.

De nuevo se está ante un caso de descuido del idioma. La redactora no tuvo el cuidado suficiente, en este caso, cuando eligió su término y seleccionó uno que existe con otro valor en el español corriente. Al ser una palabra del español, el corrector automático del computador no le dio ningún aviso.

TOPOGRAFÍA

“La actual TOPOGRAFÍA del hotel diseñado por M. L. tuvo que ser reacomodada, se añadieron alas y pisos, y los interiores fueron transformados.”

El origen del vocablo debería permitir el uso que hace la articulista del mismo. Topo, como prefijo, en griego significa simplemente “lugar”, por lo tanto debería aplicarse a cualquier tipo de lugar.

Mas en la lengua española ha evolucionado de modo tal que se restringió su significado hasta el ámbito actual. Se circunscribe ahora a los “terrenos”.

Topografía es el arte de describir y delinear detalladamente la superficie de un terreno. Es el conjunto de particularidades que presenta un terreno en su configuración superficial.

En inglés, como siempre, la voz “topography” sirve para designar las características físicas o naturales de un objeto o cosa y sus relaciones estructurales.

Una vez más, hay que ser cuidadosos en la selección de las palabras con las cuales se compone. Ese cuidado debe exhibir también quien traduce, pues está más expuesto aún al estar en contacto directo con las dos lenguas. Los parecidos llaman a engaños. Se hace necesario “escribir con dedos de plomo”.

RECLAMAR

“. . .se fundó alrededor de los comienzos del siglo XIX –RECLAMADA de la selva por industriales que venían en pos de goma.”

De nuevo hay que invertir tiempo en enderezar las curvas mal diseñadas. En el ejemplo de la cita que consta al principio de esta sección se encuentra el uso de un verbo que existe en español, es el verbo reclamar.

Como en tantos otros casos, choca el lector cuando encuentra un uso extraño a la lengua española. El lector cuidadoso entiende enseguida que algo anda mal en la redacción. Hay algo en el verbo que produce escozor.

No se revisarán todas las acepciones del verbo reclamar en español. Salta a la vista que no cabe el uso que se hace de este en el texto. Solo hay una palabra que puede dar origen a una mala interpretación entre las acepciones del verbo en español.

Esa palabra consta en la sexta acepción donde reza: “Clamar contra algo, OPONERSE a ello de palabra o por escrito.” Este oponerse puede servir de apoyo avieso al redactor del trozo seleccionado como ejemplo. Lo que lo invalida es lo que le sigue, pues esa oposición se limita a la palabra o al escrito.

Luego de esta aventura por los vericuetos de la lengua en sus sinuosidades léxicas, se despejará más adelante de donde sale el error.

En inglés, como de costumbre, “to reclaim”, es decir, el verbo que le corresponde al español que se examina aquí, posee un valor que no tiene en español.

En su segunda acepción en esa lengua equivale más o menos a lo siguiente: hacer algo útil para uso humano al cambiar las condiciones naturales. Este reclamar en inglés es una acción humana que interviene para poner a su disposición una parte de la naturaleza que antes era imposible utilizar para esos fines.

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