RENTAR – *RIVIERA – SOMBRILLA – *CUENTERA – ARISTAS

“Además, S. va a RENTAR algunos espacios para instalar tienda de discos. . .”

El tiempo no les ha dado la razón a las personas que han estado esperando para ver la actuación de la Academia con respecto a este verbo. El colegio mayor de la lengua sigue en su mismísima posición anterior, el verbo no cambió.

Para las personas que se interesan, el verbo NO significa alquilar, ni arrendar. Debe a toda costa evitarse su uso de este modo.

Quien desee expresarse correctamente debe evitar el empleo de este verbo para estos fines, pues la junta regente de la lengua española tuvo tiempo para pronunciarse acerca de este verbo en el pasado reciente, es decir, durante la elaboración de la última edición del Diccionario, y no le cambió nada; o más bien, lo que cambió en la redacción acerca del verbo lo aleja aún más de la posibilidad de acercarle a su semejante fonético del inglés.

El Diccionario panhispánico de dudas reconoce que la lengua culta en México lo usa con el sentido de “ceder o tomar [algo] en alquiler”, por influjo del inglés to rent. Al final de la sección destinada a este verbo, se pronuncia de este modo. “Es preferible, con este sentido, el uso del verbo alquilar, común a todo el ámbito hispánico”.

*RIVIERA 

“Los jacobinos exitosos merendaban en la RIVIERA del Sena los platos finos. . .”

Cuando el escritor cometió este desliz  lo hizo movido por la semejanza entre la palabra del español y la muy conocida del francés. En español existe el vocablo “ribera”, que es lo que debió escribir el autor del lugar copiado al principio de esta sección.

La Riviera francesa es la marina que va desde Menton hasta la Spezia, pues de allí hasta Saint-Raphaël cambia de nombre y se le conoce con el nombre de la Côte d´Azur. Quienes se interesan en la geografía podrán fácilmente encontrar los sitios mencionados en la costa mediterránea francesa, hacia el este. Como se nota enseguida, el término francés se escribe con mayúscula por ser nombre de esa parte de la costa.

Quizá lo que deseó el escritor indicar era que los jacobinos comían en la “Rive Gauche”, es decir, en la margen izquierda del río Sena, donde están los distritos de París que albergan a los estudiantes, los artistas y los escritores.

La ribera que se propuso como solución más arriba es la “margen y orilla del mar o río”.

SOMBRILLA 

“. . .manejan las operaciones bajo la SOMBRILLA de la casa matriz. . .”

Sombrilla, en sí mismo es el diminutivo de sombra, de acuerdo con lo que la regente de la lengua escribe en su diccionario de la última edición, 2001. Reenvía para su definición a “quitasol”. Al hacer esto, no menciona ninguna acepción en sentido figurado.

Si se recurre a la palabra madre, vale decir, sombra, las acepciones que se encuentran debajo de ella son desalentadoras para el uso que se hace en el texto. Piénsese por ejemplo, que las connotaciones de la sombra no son de buen augurio, reflejan casi todas, por no decir todas, un matiz “sombrío”, envilecido. De paso se puede argüir que es un reflejo de la mala disposición de la lengua hacia lo que es oscuro o negro, se podría decir, racista.

Como muestra recuérdese lo que es “actuar a la sombra”, la ignorancia que representa la oscuridad. Vuélvase hacia la expresión “a la sombra” para dejar entendido que la persona se encuentra en la cárcel.

Si al final se lee lo que el Diccionario de los conocedores de la lengua consigna acerca de quitasol, se comprueba que es una especie de paraguas que se usa para resguardarse del sol. Se observa de inmediato que en lugar de proyectar luz sobre el asunto, proyecta sombras sobre él.

En casos como estos es necesario recurrir al ejercicio de hurgar en el diccionario de la lengua inglesa, versión americana, para encontrar la respuesta al desaguisado. En inglés, “umbrella”, que también es diminutivo de “umbra”, además del aditamento para protegerse del sol o de la lluvia, tiene otras acepciones en sentido figurado que explican el error cometido en español.

En inglés, y sólo en inglés es, “algo que cubre o abarca una amplia gama de elementos o factores”. En funciones de verbo transitivo equivale a “proteger, cubrir”.

En el texto citado al principio de la sección debió escribirse “. . . con la protección de la casa matriz”. “Con el favor de”, es otra posibilidad. “Al amparo de”, es otra. Sigue el largo etcétera.

*CUENTERA 

“. . . la CUENTERA de este cuento, hace rato que se apuntó a contar la suya. . .”

Esta voz no aparece registrada en el lexicón mayor de la lengua. Las personas que hacen, y sobre todo los que escriben cuentos, son “cuentistas”. Este vocablo puede considerarse un americanismo o un hispanoamericanismo, que es lo mismo, pero más elegante.

El “cuentero” es la persona que estafa con un embuste. Este uso consta en la literatura argentina. Allí le conocen como “cuentero del tío”. No sólo se ha detectado el empleo del término en Argentina, sino también en Paraguay, y Uruguay. El “cuento” del que se valen estos maleantes es prometer a los incautos que mediante la entrega de una suma menor quedarán en posesión de otra mayor, o de algo cuyo valor multiplica el de la suma adelantada.

Además de la acepción que se esbozó anteriormente acerca de “cuentista”, no debe olvidarse que significa también, “persona que acostumbra a contar enredos, chismes, embustes”. En el lenguaje familiar es la “persona que por vanidad u otro motivo semejante exagera o falsea la realidad”.

ARISTAS 

“. . .en las cuales aprendió diferentes ARISTAS del negocio”.

Hace un tiempo que la utilización que se hace de esta palabra le está causando desazón a la fibra de la lengua castiza.

No hay nada en la redacción del catálogo completo de la lengua española que autorice a un uso como el del texto. Los significados van desde el filamento del grano hasta los de la geometría, pasando por los bordes labrados.

No se ha logrado dar con la procedencia del uso. Se desconoce en qué país se originó esta barbaridad, que de todos modos es viciada.

Si se da rienda suelta a la imaginación, se puede pensar quizá que al vocablo sometido a examen se le desea conceder vocación para reemplazar a “aspecto”.

Si se analiza aún con mayor profundidad el asunto, se puede llegar al meollo del problema. Las dos palabras, “arista y ángulo”, comparten un significado, que es en el sentido figurado de la última, cuando equivale a “punto de vista, cada uno de los aspectos desde el cual se puede considerar una cosa”. Como por arte de magia apareció aquí el término “aspecto”. No debe prestarse esta sinonimia restringida a extensiones interpretativas, porque se tocan en un solo punto, que es el de vista.

*AFFAIR

“. . .no se vio comprometido por el AFFAIR entre la esposa del acusado y su. . .”

Por lo menos en el texto publicado en el periódico el vocablo extraño a la lengua española salió impreso en  letras cursivas. Con esa indicación por lo menos el lector entiende que tiene que acudir a otra lengua para poder entender lo que significa.

Aunque el término procede del francés, la grafía que se reprodujo es la propia del inglés. La consulta del diccionario de la lengua inglesa reconoce la deuda del inglés con la lengua francesa con respecto al vocablo. La definición que le imprime sentido a la oración del texto es la siguiente, “relación romántica o pasional típica, o de limitada duración”.

En español existe una palabra que encaja perfectamente en este contexto, y es “amorío”. Al definirla, la Academia escribe, “relación amorosa que se considera superficial y pasajera”.

Es oportuno puntualizar que en español sólo existe una palabra que comienza por aff-, que consta en el repertorio autorizado por la Academia, es la muy conocida “affidávit”, que es de amplio uso en inglés también con el mismo valor semántico.

No debe confundirse este “affair”, con el otro totalmente en francés, “affaire”, que es “asunto, caso”, pero muy frecuentemente con la connotación de “escándalo público”.

*EXPRESS

“Un menú EXPRESS para todos aquellos que, aún con un paladar de oro. . .”

Ocurre con mucha frecuencia que cuando la junta directora de la lengua, desde Madrid le otorga la entrada a un vocablo extraño a la lengua, los hablantes, así como los escribientes, vacilan acerca de la ortografía correcta con respecto al mismo.

Un ejemplo vivo del caso anterior lo constituye este término. En su edición de 1992, el colegio mayor de la lengua decidió aceptar que para expresar “rápido, dicho de ciertos electrodomésticos y del café”, así como para “expreso, dicho del tren”, se podía utilizar la palabra “exprés”.

Conforme a lo que escribe la Academia, el vocablo deriva del francés “exprès”. Con todo el respeto que hay que demostrar por el criterio del muy ilustre consejo madrileño de la lengua, en lo del café hay que convenir con la Academia que proviene del francés, que a su vez lo asimiló y adaptó del italiano “café espresso”. En relación con los trenes, proviene del inglés, aunque su origen remoto se halla en el francés. En francés el expreso de los trenes es “express”, lengua en la cual es invariable y actúa desempeñando funciones de nombre y de adjetivo.

Los documentos muestran que en inglés apareció el término en el año 1840, mientras que en el francés consta documentado en el 1849, con el sentido de “rápido y con pocas paradas”, para aplicársele a los trenes.

La próxima vez que se desee subrayar la celeridad del servicio de comida será mejor que se conforme el redactor con un simple y llano “rápido(a)”.

*VÍRICA 

“. . .parece controlar la carga VÍRICA en el cuerpo. . .”

Los esfuerzos, para tratar de localizar en el Diccionario cierto y verdadero del español este vocablo, no resultaron alentadores.

Por el contexto en que se le encontró, hay que deducir que es relativo a “virus”, creado para evitar tener que escribir o decir “de virus”. Ojalá y contáramos ya con una palabra como la del título, porque los virus cada día se propagan con mayor rapidez.

Con ese, como con otros términos inventados por personas en busca de una vía más expedita para hablar y escribir, y hasta para simplificar el mensaje, lo que hay que hacer es abandonarlos.

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