PROSPECTO – PROSPECCIÓN – *IMPASS – PACHANGA – *DESLOCALIZACIÓN – HACER

“Los PROSPECTOS de pagos son mínimos, afirma el artículo.” (Traducción publicada de un artículo aparecido en inglés en The Wall Street Journal.)

Quien escribe en los medios de difusión masiva no puede distraerse, porque una leve falta de atención se refleja en el escrito que produce. Para no incurrir en errores involuntarios hay que mantenerse alerta leyendo constantemente la buena literatura porque eso ayuda en gran medida a redactar con competencia.


En esta sección hubo un descuido. En la cita se emplea la palabra “prospecto” en un ambiente que no le conviene. El prospecto es el papel o folleto que acompaña a ciertos productos, especialmente los farmacéuticos, en el que se explica su composición, utilidad, modo de empleo, etc.

Además de lo anterior, ese término también sirve para mencionar la exposición o anuncio breve que se hace al público sobre una obra, un escrito, un espectáculo, una mercancía, etc.

Véase ahora lo que significa “prospección”. Además del significado que posee en minería, es la “exploración de posibilidades futuras basada en indicios presentes”. Después de verificarse los significados de los dos vocablos, se constata con facilidad que el término que cabía que se usase en la cita era prospección.

Quizás la explicación del error proviene de la lengua inglesa. En esa lengua “prospectus” tiene relación con una declaración que predice el curso de algo. Se usa mucho en el ámbito económico para pronosticar el comportamiento de la economía basándose en algunos datos y tendencias.

No se puede cerrar esta sección sin  comentar algo más con respecto  al otro “prospecto” que se cuela en el español. Ése es el calificativo que se aplica a una joven promesa, sobre todo al deportista que se perfila como un gran profesional en el futuro. Con esa palabra se refieren a quien muestra dotes muy especiales para convertirse en una estrella en actividad. Como se puede deducir de lo antes expuesto, esta promesa no es tampoco un prospecto.

*IMPASS 

“Los cuadros de M. W. recogen el momento de suspenso, de impass, que se siente antes de cualquier catástrofe.”

La ortografía que consta en la cita es la que apareció en el original. Lo que se comprueba aquí, al comparar el título con la forma de escribir la voz francesa, es algo que sucede con mucha frecuencia. En muchas de las ocasiones en que se usan voces extrañas a la lengua común se puede caer en error porque no se conoce la lengua en la que se escribe.

La voz impasse proviene del francés y se puede traducir por “callejón si salida”. En lengua española está documentado su uso en literatura mayúscula de la mano de Eugenio d´Ors en el año 1922. Como dato curioso se puede citar que esta voz en francés la creó Voltaire para reemplazar a otra de la lengua francesa que se conoce en varias lenguas extranjeras, “cul-de-sac”. En lengua francesa la palabra “impasse” guarda relación con la otra que le sirvió de apoyo “pas” que en español es “paso”, de donde Voltaire dedujo que si no hay paso, si no tiene salida,  puede ser “impasse”.

En muchos casos, sobre todo en política y diplomacia, se utiliza la voz del francés para referirse al “escollo, tranque, obstáculo” que paraliza las conversaciones o negociaciones de paz. Los diccionarios de uso en español traen estas palabras extrañas a la lengua española, y ofrecen el significado correspondiente, así como la ortografía correcta. No es mala la idea de informarse de los términos ajenos a nuestra lengua antes de escribirlos para no inducir con nuestro ejemplo a otros a incurrir en el error.

PACHANGA

“Cuando viene la etapa de recuperación, todos los activos económicos están prácticamente intactos y listos para contribuir a la PACHANGA alcista.”

Todavía en el año 1970 la Academia de la Lengua no le había hecho un espacio a la palabra “pachanga”. Fue con posterioridad a ese año que se introdujo el vocablo en el diccionario oficial de la lengua española. En la actualidad no solo figura el término del título, sino que hay otros derivados de la misma familia que están allí. Ya se les analizará después de revisar lo que se entiende en América por la palabra del título.

La primera acepción es “danza originaria de Cuba”. Antes en el diccionario se señalaba que en México poseía el valor de “alboroto, fiesta, diversión bulliciosa”, y esto en el nivel popular de la lengua. Ya esa advertencia desapareció pues el uso pasó de las conversaciones a la lengua escrita. Con el mismo aire festivo la palabra es “el partido informal de fútbol o baloncesto que se juega en una sola portería o canasta”. La última acepción que consta es “fiesta popular o familiar, generalmente con baile”. Esa última acepción se mantiene en el habla coloquial y así se usa en países de nuestra América con Cuba a la cabeza.

Las otras dos palabras de la familia que aparecen en el repertorio de palabras de la lengua son el verbo “pachanguear” y el adjetivo “pachanguero”. El verbo se sumó a la lista de vocablos de la lengua en la última edición, la de 2001. El verbo significa “participar en una pachanga”. En otros países de nuestra América también con el verbo se expresa “correr una juerga, estar de jarana”.

El adjetivo “pachanguero” se aplica al espectáculo, a la fiesta, y especialmente a la música cuando son fáciles y bulliciosos. Si se dice de una persona que es pachanguera es porque gusta de asistir a pachangas.

En un sentido más llano, la pachanga es una reunión bulliciosa en la que la gente se divierte bebiendo o bailando. De este modo es sinónima en nuestra América de “bachata, cumbancha, cumbancheo, fiesteo, gozadera”.

Hay más con respecto al vocablo en nuestra lengua americana, es “intercambio bullicioso de bromas, burlas o chistes”. Es una situación de alboroto y bullicio en la que la gente se divierte.

En la cita no cabe duda que se emplea el vocablo con el valor de fiesta.

*DESLOCALIZACIÓN 

“Un grupo de presión empresarial en los Estados Unidos llamó ayer a combatir todo intento por restringir la exportación de trabajos al exterior, y advirtió que el país pagaría. . . si se adoptaran leyes para frenar la DESLOCALIZACIÓN.”

Vale la pena vaciar aquí lo que sale en el portal de la Real Academia de España con respecto al vocablo del título: “la palabra *deslocalización no está en el diccionario”. Esa es una respuesta contundente, tajante, que no deja lugar a duda.

De nuevo hay que emprender el tortuoso camino de encontrar el motivo que impulsa a algunos “adaptadores” de noticias a inventar términos cada vez que surge una situación que amerita un nombre específico. Primero hay que desenredar la madeja para luego pasar a analizar la palabreja inventada.

El fenómeno que llama la atención de la prensa es el traslado de industrias, de centros de trabajos, desde los Estados Unidos hacia otros países. Ya no se trata solamente de mano de obra fabril, sino que alcanza ya a algunas actividades más complicadas. Con estas mudanzas de las industrias, algunas fábricas están cerrando en los Estados Unidos y como consecuencia de ello se produce en este país el ocio forzoso de mano de obra.

Con el vocablo creado se intenta dar al fenómeno un nombre desde el punto de vista de la industria y no de la mano de obra.

Para demostrar lo infortunado de la selección, se examinará en primer lugar la significación del término “localización” que es el que se encuentra en el centro del vocablo imaginado. Una vez que se haya demostrado esto, se pasará a ofrecer opciones aceptables para denominar la acción que se constata en el campo manufacturero norteamericano.

La localización es la acción y efecto de localizar. El verbo en sí mismo es “fijar, encerrar en límites determinados”. Aparte de esto es “averiguar el lugar en que se halla alguien o algo”. La última acepción es “determinar o señalar el emplazamiento que debe tener alguien o algo”.

Después de leer las tres acepciones, se deduce que solo la primera y la tercera tienen relación con lo que se trató de expresar. Hasta aquí las cosas andan derechas, pues en sentido afirmativo expresan la intención de fijar o determinar el sitio que debe tener algo.

Ahora en lugar de inventar un nuevo término para la acción de mudar las empresas, se propone el uso de una palabra muy bien conocida en nuestro español, es “reubicar”. Para aceptar este verbo hay que tener en cuenta que el verbo “ubicar” es situar una cosa en cierto sitio, cuando el verbo actúa en funciones transitivas, como se admite en Hispanoamérica. Esa no es la única solución que puede proponerse, existe en español el verbo “desplazar” que haría muy buen desempeño en el caso del “desplazamiento” de las plantas productoras desde los Estados Unidos hacia otros países.

HACER 

“El 57% de las personas HACE la mayoría de las comidas en la calle; el sistema de comida rápida va a seguir en pie porque el estilo de vida conduce. . .”

Mueve a pena y preocupación la lectura de textos como el que se reproduce más arriba. Lo que produce pena es que haya quien no se tome la molestia de procurar el vocablo más apropiado en un caso tan fácil como el del texto. La preocupación obedece al hecho de que si se continúa por esta vía lo que se produce es un empobrecimiento de la lengua.

El verbo hacer desempeña muchísimas funciones en el seno de la lengua. Este verbo ayuda a formar muchas expresiones de uso cotidiano. Si además de sus actuaciones legítimas se le prestan otras que no le convienen, lo que se logra es debilitar la variedad en el seno de la lengua.

La gran cantidad de funciones que es capaz de ejercer el verbo estudiado no es un fenómeno que solo se  produce en español. En muchas otras lenguas ocurre lo mismo.

En el caso de la cita era muy fácil expresar la misma idea con un solo verbo, comer. Claro, para evitar malos entendidos y no dar a lugar a que se piense mal, habría que cambiar la redacción para que no terminara diciendo algo ridículo. En lugar de “. . .come la mayoría de sus comidas en la calle. . .” Podría ser “. . .ingiere la mayoría de sus alimentos fuera de la casa. . .“

Cada país tiene prefiere un verbo diferente cuando se trata de la acción de comer, si no usa este verbo. Algunos hispanohablantes dirán que “toman” sus alimentos; otros simplemente dirán y escribirán que “comen” sus comidas; otros más sencillamente “se alimentan” fuera de casa.

Hay quienes para la acción ya mencionada dicen que “consumen” sus alimentos en establecimientos públicos.

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