PLANTE – APRECIACIÓN

“En realidad, el informe era un PLANTE de F.”

Con toda la buena fe posible se tratará de dilucidar qué cosa es ese plante que colocó en esta frase el articulista del periódico. Antes de entrar en materia se hace propicia la ocasión para mencionar que muchas veces quienes proporcionan la mayor cantidad de material para estas apostillas acerca del español son los columnistas y no los periodistas.


Antes de despejar el sentido del plante en este pasaje, se revisarán los significados que posee este vocablo en América. No se puede obviar primero pasar revista a las significaciones incorporadas por las autoridades de la lengua con respecto a este término.

El plante de las autoridades de la lengua es una protesta colectiva para exigir o rechazar algo, la protesta la realizan personas que viven agrupadas bajo una misma autoridad o trabajan en común. Las autoridades conocen además la locución verbal “dar un plante” que es retrasarse mucho en acudir una persona a donde otra la espera.

Una vez llegado a este punto se impone el ejercicio de tratar de hacer encajar (concordar) el significado de los académicos con la redacción del articulista. El sentido común sin pérdida de tiempo hace saber que la redacción o empleo de plante en este caso es un sinsentido.

Tal como se prometió cuando se hizo el planteamiento del estudio del vocablo, se procederá a revisar las diferentes significaciones del plante en América.

Los argentinos tienen una palabra parecida a la examinada aquí, es “planteo” que es una “protesta, exigencia, colectiva o individual”. Se la trae a colación porque el sentido de ésta es semejante al que le reconocen los académicos al plante en su diccionario.

Esta voz del español argentino está debidamente documentada en diferentes diccionarios. El último diccionario que lo hace es el “Diccionario del habla de los argentinos” de la Academia Argentina de Letras, 2008.

Como antes se mencionó un “planteo”, se puede introducir en este espacio el plantón de los guatemaltecos que así se refieren a la “apariencia”. Así mismo es el “lugar donde se depositan las semillas o las plantitas en el suelo cuando se hace una siembra espaciada”. Dato recogido en el “Diccionario de voces usadas en Guatemala”, de F. J. Rubio, 1982.

El último plantón de los guatemaltecos lo asienta Daniel Arias en su “Diccionario de la expresión popular guatemalteca”, 1971. Éste en el “castigo de los cuarteles o escolar, que consiste en permanecer rígidamente de pie durante cierto tiempo”.

El plantón de los guatemaltecos guarda relación con el plantón de los dominicanos. El último es “estar fijo en un lugar, una esquina, un cuartel, en atisbo de algo”. Lo que hace semejante el plantón de Guatemala con el dominicano es la posición del sujeto. En el primero está “rígidamente”; en el segundo está “fijo”.

El autor de estos comentarios acerca del español recuerda que en República Dominicana existía (quizás existe aún) un uso de plante en una frase, “echar un plante”. Este plante guarda relación con un plantón de Guatemala, el que se refiere a la apariencia.

Echar un plante era (o es) “aparecer en algún lugar o momento luciendo sus mejores galas con el manifiesto propósito de impresionar favorablemente en el ánimo de los demás”. Entre los jóvenes dominicanos se usaba la expresión para denotar que se trataba de causar impresión en las muchachas escogidas.

No se ha logrado dar con un diccionario de dominicanismos donde figure la frase, o una colección de expresiones dominicanas donde se la mencione.

Los cubanos tienen un plante que coincide también con el de los dominicanos. Lo consigna J. Sánchez-Boudy en su “Diccionario mayor de cubanismos”, de 1999. Allí trae en su cuarta acepción “traje”. “Ese lleva arriba un buen plante”. La expresión cubana es “tirar un plante” que corresponde a “alardear” que es parecida a la expresión de los dominicanos. En Cuba es tener buena apariencia; ser un hombre buen mozo. “Dar un plante” es la frase que recoge D. Espina Pérez en su “Diccionario de cubanismos”, 1972. Él entiende que corresponde a “ostentar, aparentar”.

Los cubanos conocen otro plante, es la “ceremonia afrocubana de carácter religioso”. La palabra con este contenido la utiliza Lydia Cabrera en “Reglas de Congo, Mayombe Palo Monte”, 1986. Esta información proviene de R. Richard, “Diccionario de hispanoamericanismos”, 1997.

Llegado a este punto hay que volver al propósito inicial de esta sección que es encontrarle sentido al plante del pasaje citado. Según parece es un sentido cubano que se consigna más abajo.

En “dar el plante”, en el registro coloquial, lo que se destaca es que algo o alguien tiene la apariencia de ser bueno o de buena calidad”. En el mismo registro de español “tirar un plante” es “presumir de algo, generalmente exagerándolo”. “Diccionario del español de Cuba” de Haensch y Werner, 2000.

De la combinación de los dos últimos conceptos, “apariencia y presunción exagerada de bueno” es de donde se cree que sale el uso en el texto. Lo que trató F. fue de hacer pasar por bueno un informe falso, exagerando su valor real.

Se desea que los lectores no hayan tenido que sudar para comprender la idea que trató de comunicar el articulista. Al fin se desentrañó el secreto.

APRECIACIÓN

“Hemos experimentado un crecimiento en el valor gravable debido a la APRECIACIÓN en el mercado de bienes raíces. . .”

El verbo apreciar en el concepto de las Academias todavía anda a la zaga del habla. A pesar de lo mucho que las autoridades encargadas de velar por la unidad de la lengua se hayan empeñado, no han logrado darle alcance a lo que el verbo significa en la práctica diaria de la lengua.

El DRAE va con retraso. Va lento con relación a los diccionarios de otras lenguas en lo relativo a este verbo. Se insiste en tratar el verbo y se le menciona porque es de éste de donde sale luego la definición del sustantivo abstracto.

Para paliar un poco el asunto del retraso académico se puede avanzar que en la próxima edición del DRAE, la vigésima tercera, el verbo aparecerá enmendado. No obstante la enmienda, persiste la diferencia marcada entre una práctica calificada y el diccionario oficial.

Apreciación es poner precio a las cosas; es la acción de apreciar una moneda, y es reducir a cálculo o medida la magnitud o intensidad de las cosas. Hasta aquí lo que constaba en el lexicón mayor hasta la edición de 2001.

La enmienda pone al día un poco la redacción del verbo y en consecuencia del sustantivo. Se le añade al verbo una nueva acepción, la cuarta que copiada reza así: “Econ. Aumento del precio relativo de un bien. La apreciación del valor de la vivienda ha sido considerable en el último año”.

Como puede notarse enseguida, la actualización cubre el campo del uso del sustantivo en la cita del ejemplo. Esa ampliación era una necesidad impuesta por las circunstancias de la vida moderna.

De aquí en adelante se expondrán las ideas que sustentan el criterio del atraso, o de la que diferencia que existe entre la práctica del español escrito y hablado y la redacción del diccionario mayor.

El Diccionario Moliner recoge muy bien -como de costumbre-  el uso en el español. Ese diccionario para “apreciación” trae además de lo conocido, que apreciación es el “juicio con que se valora una cosa”. En los escritos modernos diarios se pueden encontrar ejemplos de este empleo.

Por extensión, entiende el Moliner, el verbo apreciar se usa también para “percibir cierta cosa observable, aún sin graduar su valor”. Esto significa en otras palabras, sin valorar, ni medir la magnitud o intensidad de lo observado.

En el plano subjetivo, de acuerdo con el Moliner, es también asignar cierto valor a cosas o personas. En ese diccionario no olvidan consignar que es “estimar”, con el sentido de “sentir afecto por alguien, por sus cualidades”.

Se hace difícil no estar de acuerdo con los términos que utiliza el Moliner para calificar el uso y para persuadir el intelecto con respecto a la lengua en uso.

Como casi siempre sucede en estos casos, el diccionario del inglés posee un campo mayor de cobertura para el verbo. Las expresiones del Moliner llevan a un mismo plano aunque de modo diferente el verbo español y el inglés.

La única diferencia que persiste es de grado de expresión, pues el Moliner sintetiza lo que el Merriam-Webster´s detalla. Para el último diccionario en inglés la primera acepción es aprehender la naturaleza, valor, cualidad o significación entre cosas o personas.

Entre el diccionario oficial del español y el inglés existen diferencias que hay que tener en cuenta. En realidad las diferencias entre los dos van desapareciendo gradualmente. Téngase presente que se escribe muy bien entre el DRAE y el inglés.

El “Dictionary of Spanish false cognates”, de Marcial Prado advierte que la apreciación del español se refiere al valor material; por lo tanto para trasladarlo al inglés hay que usar otras voces en esa lengua que no se parecen a la española: “appraisal, estimate”.

La appreciation del inglés tiene que ver con los valores morales: aprecio, gratitud, reconocimiento. El mismo fenómeno se reproduce entre los dos verbos en las dos lenguas. El verbo appreciate se relaciona con valores morales: agradecer, comprender, estimar.

La “appreciation” del inglés tiene sus bemoles. Muchas veces transmite la idea del español reconocimiento, agradecimiento. Además de lo anterior puede desempeñar las funciones de las palabras españolas: conciencia, noción, entendimiento, discernimiento. Estos últimos datos se localizaron en el “Hamel´s Comprehensive dictionary of Spanish false cognates”, 1998.

Después de realizar este recorrido de reconocimiento por los predios del verbo y el sustantivo, en la cita copiada pudo usarse otra palabra para expresar la noción. En lugar de apreciación o aumento del precio de un bien, cabía que se usase plus valía. Naturalmente este término lo evitan muchos escritores por la connotación marxista que se le ha atribuido.

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