Picharse – proferir – emproblemar – teriquito (tiriquito)

PICHARSE

Este verbo tiene vertientes muy interesantes en el lenguaje dominicano. Además de sus significaciones directas también tiene otras derivadas en locuciones sugerentes que solo los dominicanos despejan.

Se aprovechará el espacio aquí para ocuparse de lo relativo al verbo pichar, así como picharse y el sustantivo pinche, junto con el adjetivo picha[d]o, -a en algunas expresiones.

La primera acepción en tanto verbo “pichar” en el español dominicano, es la acción que realiza en el béisbol el lanzador desde el montículo en dirección del receptor cuando el bateador está en posición de bateo.

El verbo pichar cuenta con varias acepciones en el español internacional. No se enumerarán aquí porque pueden consultarse en cualquier diccionario de español general. En dominicano este verbo es enfrentar una situación enojosa frente a una persona. Así dirá un dominicano: “Mañana picharé un juego con mi suegra para que me afloje unos cuartos”. Enseguida se nota que esta locución tiene relación directa con el béisbol.

“Pichar nueve ínins” (innings) es una locución verbal que el Diccionario del español dominicano define como: ‘Mantener relaciones sexuales durante largo tiempo’. También es de uso en el habla dominicana oír con el mismo propósito “pichar un juego completo”.

Ahora bien, existe otra locución dominicana que no ha sido consignada por diccionario alguno con el verbo picharse: “Se pichó el cielo”. Con ello se expresa que está lloviendo, generalmente que “llueve a cántaros”, que “caen burros aparejados de agua”.

La locución sustantiva “jarro pichao” (pichado) alude a la mujer que no es virgen, sobre todo a la que ha tenido relaciones sexuales sin relaciones maritales conocidas. En las zonas rurales existía una expresión en parte jocosa que era más o menos: “La auyama partida no se regresa”. Con ello se significaba que después de tener relaciones sexuales no se aceptaba que el hombre devolviera la mujer a la casa de ella.

Estas notas tienen el propósito de rescatar algunas expresiones dominicanas y despertar la curiosidad de otras personas para que contribuyan con este fin.

 

PROFERIR

“. . .y pesa actualmente contra él una orden de captura PROFERIDA por el gobierno venezolano”.

Los argumentos de esta sección van encaminados a demostrar que la elección del verbo proferir, en un contexto como en el que se encuentra en la frase reproducida es inconveniente, porque la significación de este verbo no le confiere sentido a esta frase.

En su sentido derecho, proferir se retiene por decir, lanzar, pronunciar, articular palabras o emitir sonidos; particularmente cuando son violentos por su significado o, por la forma en que se transmiten.

No es que se desee someter los vocablos a una camisa de fuerza; no obstante, hay que tener en cuenta que en todas las definiciones que se han encontrado para el verbo, la acción está limitada a palabras o sonidos.

Es posible que el error lo haya inducido el hecho que en algunas acepciones se utilizan los verbos “lanzar y emitir”, y es cierto, estos son verbos que se usan para las órdenes de captura.

Frente a un yerro como este se pregunta el lector si esto se debe a ignorancia, desconocimiento, descuido o inadvertencia. Uno cualquiera de estos motivos puede aceptarse como explicación para entender la confusión en la redacción que tuvo la persona que así se expresó.

 

EMPROBLEMAR

“. . .sus contribuciones financieras que hicieron posible que J. M. G., el EMPROBLEMADO ciudadano nicaragüense de dos publicadas columnas se encuentre en este momento disfrutando de su preciosa libertad”.

Hay voces que aunque no tengan la sanción de las Academias suscitan simpatías. Muchas veces este sentimiento lo aporta la necesidad de que exista un vocablo que transmita el mensaje que trae esa nueva voz.

Hasta el día en que se leyó el pasaje transcrito no se había tenido un encuentro con esta palabra o, por lo menos no se recuerda.

Una vez que se terminaron felizmente las diligencias para entender lo que debe comprenderse por medio de este verbo, eso se logró al dar con el adjetivo en el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Hay que destacar que de esta familia en el antes mencionado diccionario solo consta el adjetivo “emproblemado” y se menciona en el apartado que consigna que es de uso en Colombia. La acepción que se le reconoce es: ‘Referido a persona, que tiene muchos problemas’. Añade ese diccionario que el uso del adjetivo pertenece al registro popular.

Desde el principio podía colegirse que el significado del término tenía relación con “problema”, aunque no se sabía con certeza a qué se refería específicamente. Se pensó que correspondía a “en problemas”, mas la consulta despejó la incógnita al revelar que era “tener muchos problemas una persona”.

Con palabras como la del título se torna difícil condenarlas por el solo hecho de que no gozan del reconocimiento general y, de que provienen del segmento de la sociedad que goza de menos prestigio intelectual.

 

TERIQUITO – TIRIQUITO

Las dos voces del título pertenecen al español dominicano. Son dos creaciones auténticas del habla dominicana. No las comparte el dominicano con ningún otro hablante de español. Son voces creadas por la imaginación popular. Aquí se va a examinar cómo la literatura dominicana las estudia.

El vocablo “tiriquito” aparece asentado en el español dominicano desde el año 1930, en el Diccionario de criollismos, de la autoría de Rafael Brito. La acepción que ofrece es escalofrío. El dato se cita de segundas fuentes por no haberse consultado la obra directamente.

Emilio Rodríguez Demorizi, en su obra Del vocabulario dominicano, publicada en 1983, solo asienta en este el término “tiriquito” y es más prolijo en las equivalencias que ofrece para la palabra pues consigna: “Emoción. Frío. Temblor. Tiritando de frío”.

La palabra “tiriquito” la recoge el Diccionario de cultura y folklore dominicano, de Paulino y Castro, obra publicada en el año 2005 y la menciona ‘como sinónimo de escalofrío’, al tiempo que añade: ‘También “Teriquito” ’.

En el año 2010, el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española retuvo “tiriquito” con el significado de escalofrío.

Con la publicación del Diccionario del español dominicano en el año 2013 se recogieron las dos grafías para el escalofrío dominicano y “teriquito” se mienta con una cita sacada de un libro premiado, Solo cenizas hallarás. “Tiriquito” no es menos afortunado, pues figura con una cita tomada de Carnaval de Sodoma.

No cabe duda de que los dos vocablos tienen documentos de identidad en el español dominicano. Son hijos legítimos del habla dominicana y motivo de orgullo para quien esto escribe.

© 2014 Roberto E. Guzmán