MITIGAR

“Este será el cuarto año consecutivo en que el sistema se ve forzado a MITIGAR sus gastos.”

El verbo que se resalta en esta sección es un verbo interesante. El interés le viene de la forma en que su única acepción está redactada en el lexicón mayor.

La conceptualización que se hace mediante el uso de palabras al redactar una acepción le imprime carácter a la noción misma. Lo que se hace en la definición del concepto es que se integran los elementos que son esenciales para el reconocimiento de lo que se designa.

En esta sección se mantendrá la opinión de que cuando las autoridades reconocidas de la lengua común colocan las partes que forman el todo de la acepción lo hacen con la intención de que se conviertan en un todo coherente. Más abajo se verá la importancia de esta aseveración.

El DRAE al tipificar el verbo mitigar lo hace de este modo: “Moderar, aplacar disminuir o suavizar algo riguroso o áspero”. La posición que se mantiene es que todos los verbos que se utilizan en la caracterización del verbo, moderar, aplacar y suavizar son para aplicárselos a algo riguroso o áspero.

Es de amplio uso el verbo mitigar para las penas de encierro dictadas contra un individuo. En el ámbito jurídico este verbo es de amplia aplicación en los casos en que las medidas que se pueden adoptar son rigurosas y se usa el verbo para atenuarlas.

En abono de lo que se plantea, el diccionario Moliner en su apartado para el verbo mitigar entre otros verbos usa: calmar, templar. Además añade: “Hacer menos o más soportable un dolor o una molestia física, o un padecimiento o inquietud moral: Mitigar la sed [el cansancio, la ansiedad, la pena]. Moderar: mitigar el calor [la luz]”.

El diccionario Clave es más liberal en la acepción que redacta al no llegar hasta el punto de referirse a algo riguroso o áspero. Con esta manera de entender el verbo deja abierta la posibilidad para que se haga una utilización semejante a la del texto copiado. Ese diccionario trae: “moderar, disminuir o hacer más suave o soportable”.

Es muy probable que el Clave refleje en su redacción la orientación moderna culta. Habrá que esperar unos años más para ver si el colegio rector de la lengua adopta una acepción diferente o si por lo menos la modifica.

Al final la última palabra la tiene el soberano de la lengua que no es otro que el hablante. El practicante consuetudinario de la lengua es quien le pondrá el sello de legitimidad al verbo así como lo ha hecho con otras palabras.

CREADOR – INVENTADOR

Hubo reencuentros y fiestas ocasionales. Visitas a sitios que algo significaron en sus vidas. Y conversaron con decenas de CREADORES y teóricos que aguardan sus visas para viajar a Estados Unidos.”

Desde el principio hay que dejar muy claro que el motivo principal no es conjeturar con respecto al sustantivo creador, sino recordar el otro: inventador.

En una primera parte se examinará la posible diferencia que existe entre creador e inventor. Luego se traerá el recuerdo del inventador con sus cualidades típicas.

El creador por antonomasia es el que se escribe con mayúscula, Dios, el Creador. En principio un creador es aquel que es capaz de crear obras del intelecto, de arte, o científicas originales. Este creador humano se considera una extensión del poder creador de Dios, así lo explican muchos creyentes en Dios.

El inventor es el que idea algo. El que encuentra la manera de hacer algo nuevo. En otro grado es el  que imagina cuentos o narraciones.

En puridad crear sería sacar de la nada, es por eso que algunos religiosos creen que solo Dios puede crear. Se acerca este concepto al de inventar que solo pide que una cosa, que lo que se inventa no haya existido. Se inventa un aparato, un sistema, un químico, un método y otras cosas de este género. Generalmente las cosas que se inventan son artificiales porque las naturales se descubren. Para inventar se precisa de ingenio, gusto, fantasía.

Los diccionarios comunes no consignan ninguna otra acepción para la voz inventador que no sea la de “que inventa”. Esta redacción no satisface la curiosidad de la persona que trata de encontrar la diferencia entre esa palabra e inventor.

El “inventador” en el español dominicano es la persona que inventa pero no cosa buena. Se aplica a aquel que se dedica a hacer cosa de poco o ningún provecho. Se lanza a hacer cosas que conllevan gran riesgo con poco o ningún beneficio. En general se aplica a los jóvenes que acometen proyectos descabellados. En algunos casos se denomina así la acción de interesarse en juegos peligrosos.

Esta voz se usaba en el español dominicano y probablemente se usa aún en las conversaciones informales entre personas con cierto grado de familiaridad y amplio conocimiento de las circunstancias en que se aplica a la acción.

ESQUELETO – MUÑECO

“Y en unos días, tres holandeses expertos en ciclismo para transporte ayudaron a los planificadores locales a diseñar el ESQUELETO de lo que pronto podrá ser. . .”

Aunque parezca mentira este esqueleto está relacionado con un muñeco dominicano. Hay un esqueleto que se conoce como bosquejo, esquema, proyecto o plan de una obra. Es el esquema o conjunto de líneas básicas sobre los que se hace algo.

En República Dominicana, de preferencia en las conversaciones entre jóvenes, se emplea con frecuencia la frase “menear el esqueleto” para significar bailar. Sobre todo para referirse a los ritmos que obligan a hacer muchos movimientos.

El “muñeco” dominicano corresponde al esqueleto que se acaba de mencionar más arriba con las características de boceto, croquis, esbozo o modelo. Se ha oído de manera frecuente entre personas de buena educación formal que se empeñan en un proyecto común.

Se utiliza el término muñeco para aludir a los lineamientos fundamentales de redacción de un informe, o proyecto de importancia. En ese muñeco se encuentran las ideas directrices de la exposición de que se trata.

Hay más con relación a este muñeco. Una vez que se esbozan las nociones principales que se incluirán en la redacción final se dice que solo falta “vestir el muñeco”. Con esta frase se da a entender que solo falta embellecer con palabras las ideas fundamentales.

VENTAS AL CORTO

“Algunos compradores evitan las complicaciones relacionadas con las VENTAS AL CORTO o las ejecuciones hipotecarias y se centran en el mercado sin problemas. . .”

Muchas veces cuando se hacen traducciones o cuando se recurre a adaptar artículos aparecidos en lenguas extranjeras es aconsejable definir bien los términos. No basta con traducir las palabras de la lengua de partida, sino que se hace necesario en muchos casos echar mano de explicaciones.

En las situaciones en las que se encuentra el traductor con que la figura jurídica es de difícil asimilación en la lengua de llegada no le queda otra alternativa que explicar en qué consiste lo que significan las palabras sin sentido.

En el pasaje las palabras “ventas al corto” no traen a la mente de los lectores ninguna idea clara de a qué se refieren. Es un procedimiento poco conocido hasta en inglés: “short sale”. Es la venta de un inmueble cuyo precio final no alcanza para pagar las deudas que pesan sobre éste. Los acreedores convienen en autorizar la venta y se dividen el producto de la venta según lo convenido. A veces el deudor reconoce el balance pendiente como deuda suya. Otras veces los acreedores asumen la pérdida.

Este procedimiento es más rápido -corto plazo- que una venta en pública subasta. Además resulta de un acuerdo entre las partes involucradas, acreedor/es y deudor/es.

Como se comprueba con la lectura de la explicación ofrecida, la figura jurídica no es de fácil comprensión a menos que se enumeren los elementos que la componen. Una traducción pendiente de uso sería “venta consensuada de inmueble a corto plazo”.

Como se comprende enseguida lo que le confiere valor a una traducción no es solo la exactitud de los términos de ésta, sino la asimilación que de ella hagan los hablantes de la lengua de llegada.

CHUCHI

“. . .la próxima vez le leeremos oportunamente sus derechos de Miranda al fugitivo, lo trasladaremos coca-cola en mano al circo carcelario de Guantánamo y todo tan CHUCHI.”

Tan pronto como se lee la redacción que se emplea para comentar el uso de “chuchi”, se comprueba que tiene una nota de burla.

No obstante lo que se expresó en el párrafo anterior, y muy a pesar de que la voz estudiada no es de conocimiento general, en el pasaje no encuentra cabida lógica. Esa última aseveración se procurará demostrar en el desarrollo de esta sección.

Cuando se asegura que la voz “chuchi” no es de conocimiento general es porque no la asientan los diccionarios de español común.

Hay que recurrir al DAA para encontrar allí que en algunos países de nuestra América equivale a persona que habla o se comporta de una manera afectada.  En otros países designa a la persona muy bien vestida o arreglada. En funciones de adjetivo o sustantivo es persona que tiene costumbres o gustos refinados. Por último es “elegante y distinguido” en Paraguay.

Después de enumerar las acepciones que tiene la voz examinada en el español americano se queda uno sin entender lo que el articulista quiso dar a entender.

Solo para satisfacer el prurito de lo justo se probará a aceptar el uso en la cita con el valor de “elegante, distinguido”. Esto se elige hacerlo así porque las demás acepciones no tienen la menor cabida aquí.

Hasta el día de hoy para poder decir o escribir que un trato es elegante hay que hacerlo de modo expreso, no diciendo “…y todo tan elegante”, aún cuando se haga de manera burlesca. En español corriente si se dice o escribe que algo es elegante, funciones de adjetivo, es porque eso que se mienta posee gracia, nobleza y sencillez. No se piensa que las demás acepciones encajen en el texto citado, por lo tanto no se examinan.

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