MANDATORIO

“Legalmente es MANDATORIO repatriar a delincuentes extranjeros o liberarlos si su repatriación no es razonable.”

He aquí una palabra que se utiliza con frecuencia no solo en el habla de los hispanohablantes de los Estados Unidos, sino también en letreros y folletos impresos en ese país. No son pocos los que caen en esta trampa y traducen el aviso o advertencia con el vocablo “mandatorio” en su texto.

Esto es una barbaridad muy bárbara -como habría dicho un compatriota- que ultraja la integridad del idioma español porque viola cánones imprescriptibles e indescriptibles que deben ser protegidos a toda costa.

Una gran parte de los atentados contra la pureza de la lengua española se perpetran en territorio norteamericano que es un país donde residen más de 40 millones de hispanohablantes.

No hay que extrañarse de que esto suceda de este modo porque la lengua angloamericana tiene muchas voces que se asemejan a las del español que llaman a confusión. Una de las voces inglesas que causa problemas es “mandatory” que se lee en letreros y folletos escritos en inglés.

Como es natural muchos desaprensivos (¿bilingües?) tan pronto encuentran un vocablo tan parecido al español lo que hacen es que siguen el movimiento natural de su pensamiento y lo traducen por “mandatorio” como puede comprobarse en el texto de la cita.

Más abajo se analizará la voz “mandatory” del inglés para saber cuáles son las traducciones que le corresponden en lengua española, al tiempo que se dejará eso bien sentado se constatará que el invento *mandatorio no tiene carta de naturaleza en lengua española auténtica.

Solo de afiebradas meninges puede salir el disparate que se considera en esta sección. Todos los diccionarios están contestes en que la voz inglesa “mandatory” significa “obligatorio/a, preceptivo/a, forzoso/a. La versión española debió aparecer: “Legalmente es obligatorio repatriar a delincuentes extranjeros. . .”

Lo que mueve a algunas personas a pensar que el “mandatory” del inglés se puede traducir como “mandatorio” es que existe una semejanza innegable entre los dos términos, el del inglés y el del español. Este es un parecido engañoso.

Por las características antes enunciadas puede considerarse el error en que se incurrió en este ejemplo como un “falso amigo”, es decir, un parecido que mueve a error al traducir o interpretar.
Hay que mantenerse muy alerta contra este tipo de deslices porque le puede sobrevenir a cualquiera que traduzca, sobre todo si lo hace con prisa. No hay una cura milagrosa contra este mal. La receta que rinde los mejores resultados es revisar, sopesar, no dejarse llevar por el primer impulso.

EXPLORAR

“. . .dijo que la universidad EXPLORA si también prohíbe fumar en los espacios abiertos del campus de. . .”

En su sentido primigenio explorar es reconocer, registrar, inquirir o averiguar con diligencia una cosa o un lugar. Esto quiere decir hacer esta acción sobre un sitio o sobre algo material o abstracto. En otro sentido más restringido el mismo verbo es, en el campo médico, “examinar o reconocer a un paciente con fines diagnósticos”.

De entrada hay que reconocer que el verbo explorar en inglés, “explorer” tiene un sentido  mucho más lato que el alcance del verbo en español. Se hace importante revisar el alcance del verbo en inglés para comparar esta amplitud con la del verbo en español.

En inglés además de los significados que comparte con el español es también familiarizarse con algo mediante pruebas o experimentos. Enseguida se verá cómo el uso en español ha tendido a cubrir lo que el DRAE no consigna de modo preciso.

El diccionario Moliner expone muy bien el asunto estableciendo la sinonimia con “sondear, tantear”, que equivale a enterarse de la situación de algún asunto y de las posibles consecuencias si se modifica o si se introducen o adoptan cambios sobre éste.

De lo expuesto más arriba se puede constatar que hay en español una tendencia a llenar el espacio que existe entre esta lengua y el inglés, pues el uso se ocupa de acercar las dos lenguas. Como sucede en estos casos la tendencia obedece a una necesidad.

BRECHA

“…fue hallado el viernes muerto con un disparo en la cabeza en una BRECHA de la carretera…”
Al leer esta información servida por una agencia internacional llamó la atención el uso del vocablo brecha. En algún lugar recóndito del cerebro instigó una reacción que movió a la búsqueda y examen. El resultado se ofrece más abajo.

La “brecha” oficial en la lengua española es la rotura o abertura irregular, especialmente en una pared; en un frente de combate es una rotura. Es además un resquicio por donde algo empieza a perder su seguridad. En el cuerpo humano es una herida en la cabeza. Ahí terminan las brechas oficiales.
En el lexicón mayor de la lengua lo que consta es lo que se asentó más arriba. Luego de eso vienen las locuciones verbales y adjetivas que son varias. Ninguna de ellas permite conferirle sentido al texto citado.

En México, de acuerdo con el “Diccionario del español usual en México” (2002), brecha es un camino abierto en la selva o, en general, cualquier camino rústico y sin pavimentar.

El punto final con respecto a esto lo ha colocado el DAA que escribe que brecha pertenece no solo al español de México con este significado, sino que lo comparte con Guatemala, Honduras, Nicaragua, Colombia, Ecuador, Bolivia y, El Salvador; es un abra, camino rural.

El último diccionario consigna otro valor americano: “claro de un bosque o selva”, para el cual registra que pertenece al registro rural y reconoce que se utiliza en Honduras, El Salvador y Nicaragua.

Para el último significado se copiaron los nombres de todos los países de forma que se note que la República Dominicana no figura en la lista. Para el autor de estas apuntaciones esta ausencia causa extrañeza porque puede afirmar que ha oído el uso en este país.

El recurso a los diccionarios de dominicanismos no satisfizo la curiosidad pues en ninguno de ellos aparece la voz brecha. Como se acostumbra a decir, esta es una tarea pendiente para los estudiosos de la lengua vernácula.

CARENCIADO

“Consumieron ingentes recursos, pero nosotros, insensatos, no terminamos de entender que los millones de CARENCIADOS que esperaban recibirlos, encaran el sacrificio impuesto por la obra irredenta.”

Ya en otras ocasiones se ha escrito por este medio que hay lecturas interesantes. Una de ellas es la de las columnas de algunos expertos en ciertas materias. Esos escritores en muchas ocasiones reciben el nombre de analistas. Son ellos los que proporcionan en muchos casos los materiales más interesantes para analizar.

Por la posición que ocupa la voz comentada en la proposición y por las funciones que desempeña se deduce que es un sustantivo que se ha formado tomando como base un verbo que no existe. Esto se extrae del hecho de que la terminación que tiene sugiere que se trata de un participio de verbo. El verbo en este caso sería *carenciar que no tiene credenciales en el español común.

Hay que agradecer a las Academias la iniciativa que tuvieron de confeccionar un diccionario de americanismos con vocación de registrar todas las voces de Hispanoamérica.  En este diccionario se pudo localizar el “carenciado” de la cita.

Es un cultismo, es decir, en este caso una voz que ha entrado por exigencia de una necesidad expresiva, que viene a llenar un vacío aparente para un grupo de personas que pertenecen a una actividad cultural.

Según el DAA la voz estudiada desempeña funciones de adjetivo y sustantivo y, referido a una persona, barrio, o población es: “que carece de recursos económicos y suele encontrarse en una situación de extrema pobreza”. Sin duda alguna está emparentada con carente que es: “falta de”.
Los países donde se emplea la voz son: Paraguay, Argentina, Uruguay y Chile. Parece que tiene buena fortuna el sustantivo porque el analista que lo utiliza en esta oración es de nacionalidad venezolana.

KAPUTT

“Y si se crea, en tres o cuatro años el gobierno les dará KAPUTT a las empresas que triunfen.”
La voz “kaput o kaputt” es adjetivo del idioma alemán en el cual lleva las dos T. Ésta a su vez desciende del francés capot.

Cada vez que se consulta un diccionario diferente con respecto a este vocablo ajeno a la lengua española se encuentra uno con una información interesante. Es una palabra que Arturo del Hoyo en su “Diccionario de palabras y frases extranjeras”, 1995, considera “muy divulgada” como consecuencia de la publicación de la novela “Kaputt” de Curzio Malaparte publicada en 1943.

Las equivalencias o las situaciones en las cuales se utiliza la palabra alemana son para “estropeado, echado a perder, roto, sanseacabó”. El autor de estos comentarios usa la palabra para los aparatos que no funcionan, que están dañados: “Están kaputt”.

En inglés entienden que se utiliza para indicar que alguien ha sido derrotado o que algo ha resultado destruido. Además se sirven del término para expresar que algo ha cesado de funcionar, o que ya no tiene uso o está inservible.

En otra fuente, “Dictionary of foreign terms”, de Pei y Ramondino asientan que aplicado a persona vale por “acabado, muerto”. Se recuerda que desde hace años el autor de estas anotaciones acerca de la lengua viene usando “kaputt” acompañado del verbo dar en la expresión “dar kaputt” para derrotar definitivamente o dejar fuera de combate, “poner kaputt”.

En el límite de la aplicación de la voz extranjera la usan para dar a entender que a alguien lo mataron: “Le dieron kaputt”. Con este tipo de palabras extranjeras muchas veces sucede que cada lengua que la recibe le imprime el matiz que cree conveniente en el uso propio.

Por lo expuesto en el último párrafo no hay que sorprenderse de que en cada lengua o a veces en diferentes países empleen el extranjerismo con visos particulares o significados disímiles.

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