LUCIR – ADMINISTRAR – MIGRACIÓN – CUMPLIMIENTO – *MUSEABLE – *CUBANIDAD

“Al pie del pedestal, el famoso gesto, el imperioso índice levantado demandando obediencia LUCÍA ridículo.”

El verbo lucir hace ya largo tiempo que lo traen de cabeza. Le hacen desempeñar a este verbo funciones que no son las suyas.

No ha habido cambio en lo concerniente a este verbo. Las significaciones son las mismas. En sus funciones de verbo intransitivo es “brillar, resplandecer”. La segunda acepción es “sobresalir, aventajar”. En tercer lugar es, “corresponder notoriamente el provecho al trabajo en cualquier obra”. 

En sus funciones transitivas es: “iluminar, comunicar luz y claridad”. La quinta acepción es, “llevar a la vista, exhibir lo que alguien se ha puesto, normalmente como adorno”. Al seguir el camino ya trazado por los anteriores significados, consigna la Academia, “manifestar el adelantamiento, la riqueza, la autoridad, etc.” Tiene el significado también de “enlucir”. Al desempeñar funciones de verbo pronominal es, “vestirse y adornarse con esmero”. Cuando el verbo se utiliza dicho de una persona vale para expresar “quedar muy bien en un empeño”.

Después de vaciado todo lo que antecede, trátese de hacer entrar el verbo lucir –y sus significaciones- con el sentido del texto copiado al principio de esta sección.

El rasgo positivo está presente en todas las acepciones consignadas más arriba. Es difícil hacer que el verbo lucir desempeñe funciones negativas, derogatorias. Por esta última razón, cuando se pretende destacar que algo no le quedó bien a una persona, lo hacen con el negativo, “Eso no te lució”.

Hay que desterrar de la lengua el uso criticado, como el de la cita, donde se hace un uso desacertado.  Para enderezar el texto se puede recurrir a muchas soluciones, casi infinitas, pues la lengua española es muy rica. Aquí van algunas: “. . .parecía ridículo.” “. . .se veía ridículo.”

ADMINISTRAR

“La oficina del Departamento de Agricultura, que ADMINISTRA la pirámide, está reformando su sitio en la internet para ayudar a las personas a elaborar programas individuales de dieta y ejercicio, como parte de una política dietética que ofrecerá más espacio para la variación.”

Se copió el párrafo completo para que se sepa que se trata de la “pirámide de los alimentos”. Como lo sabe la mayoría de las personas, la “pirámide” es la guía de alimentos con forma de triángulo, que permite agrupar los diferentes tipos de alimentos por preferencia y conveniencia para el consumo racional de los humanos. El problema aquí no es la forma del gráfico, sino el uso del verbo “administrar”.

Lo que hace al Departamento de Agricultura, en realidad, es que “confecciona” el gráfico. La autoridad “diseña” la pirámide colocando en ella las categorías de alimentos de acuerdo con las recomendaciones para una alimentación sana. Los responsables de la tarea “producen” una gráfica que sirve para orientar el consumo de alimentos por parte de los humanos.

Los expertos “elaboran, preparan, componen, hacen” una lista que por conveniencia de presentación reviste la forma de pirámide para ayudar a su mejor comprensión. En la base de ésta se encuentran los grupos de alimentos cuyo consumo es aconsejado. A medida que asciende, al hacerse más pequeño el volumen, los tipos de alimentos menos saludables aparecen.

Por otra parte, si lo que se destaca es que la autoridad “propugna” una forma balanceada de consumo humano de alimentos, entonces se debería utilizar un verbo semejante al que aparece entre comillas. Se “aconseja” alimentarse siguiendo el modelo representado en la pirámide.

MIGRACIÓN 

“. . .intervino enérgicamente la semana pasada sobre un tema de apasionado debate político: la MIGRACIÓN de empleos, que comprende desde operadores telefónicos hasta. . .”

El punto a debatir en esta sección es el de saber si el vocablo aumentado en letras capitales en la cita se puede emplear para aplicárselo a cosas, como es el caso aquí.

Las definiciones que el diccionario trae para “migración”, en primer lugar, es la acción referida a “razas o los pueblos enteros”. No cuesta mucho esfuerzo percatarse que tanto las unas como los otros los constituyen las personas.

La tercera acepción del término se aplica a las aves y animales migratorios. No son solo cosas, sino animales. La última acepción se refiere a los desplazamientos de “individuos o grupos”. Se sobreentiende que los grupos son de individuos. Los individuos a su vez no son cosas.

Si se regresa a la naturaleza de los empleos, se comprende enseguida que no comparten la naturaleza de las personas, animales y aves.

Lo que sí es posible que suceda es que haya migraciones de empleados. En otras circunstancias y casos se acepta que hay “fuga” de empleos. Se escribe que hay “desplazamiento” de empleos de un país hacia otro; se habla de “movimientos internacionales” de puestos de trabajo, o que son las industrias las que se mudan en procura de mano de obra más barata.
Cualquiera de las soluciones propuestas era y es mejor que la traducción que realizó quien tradujo el artículo escrito en inglés. Es oportuno que se destaque que en el idioma inglés el nombre y el verbo –migrar, migración- no coinciden en su definición con el español. El inglés deja abierta la posibilidad para que se les emplee a ambos de modo que no se puede hacer en nuestra lengua.

CUMPLIMIENTO 

“. . .dice L. B., subdirectora de la oficina de CUMPLIMIENTO de la agencia federal.”

De nuevo la batalla la libra el redactor para hacer entrar en el redil de la lengua española una palabra del inglés. La señora de la noticia declaró en inglés acerca de algo; ella se desempeña como funcionaria de un departamento gubernamental.

Después de aclaradas algunas de las circunstancias en las cuales se produjo la reseña, ahora se puede pasar al estudio del uso de la palabra “cumplimiento” en este contexto.

Muchos de los errores en los que se incurre al adaptar al español noticias tomadas de fuentes en idiomas extranjeros, consisten en quedarse demasiado cerca del sentido estricto del término. Para poder llevar la idea al español a veces es conveniente alejarse de la lengua fuente. Esta distancia hay que tomarla sobre todo en los casos en los cuales se traducen los títulos de los departamentos y oficinas. Si no se toma en cuenta el genio de la lengua española se pueden producir traducciones de palabras, pero no de sentido.

Ese tipo de “oficina de cumplimiento” no existe en la lengua española. En realidad, en nuestra lengua lo que se hace es que se llega al concepto por otro costado. Las oficinas y departamentos encargados de velar por el cumplimiento de la ley son las “oficinas supervisoras”, las que ejercen las funciones de inspección, las “oficinas de inspección”.

En lengua española las ordenanzas y disposiciones legales “se hacen cumplir”; las autoridades se encargan de “asegurar el cumplimiento” de los estipulado legalmente. Una posibilidad en el ejemplo que se examina aquí es referirse a la “oficina disciplinaria”. La oficina es encargada del cumplimiento de las reglamentaciones o normas que rigen la materia.

En español no es posible expresar en todas las hipótesis el contenido del inglés con la misma economía de palabras.

*MUSEABLE 

“. . .que pretendían salvar el auto flotante como un objeto MUSEABLE.”

En español todas las palabras que toman la terminación “–able “ son verbos que terminan en “

-ar”. Cuando los verbos terminan en –ir ó –er, entonces toman el sufijo –ible para imprimirle al verbo la cualidad de que es capaz de hacer tal o cual acción.

Una vez escrito lo que consta en el párrafo anterior, hay que pasar a revisar si existe en español algún verbo que sea *musear. La necesidad para un verbo de este género no se ha hecho sentir en español. Vale la pena que se pregunte el hablante de español cuál sería la función de este verbo en nuestra lengua.

Cuando los hispanohablantes encuentran la necesidad de expresar que un objeto es digno de formar parte de un museo o que merece que lo lleven a un museo, lo hacen por medio de varias palabras que no dejan lugar a dudas con respecto a la intención.

En la lengua común no siempre es posible que todas las acciones se reduzcan a verbos, es decir, que se puedan comunicar por medio de verbos específicos mediante un solo término.

*CUBANIDAD 

“. . .es hacer ejercicio vergonzante, culpable, de esa CUBANIDAD vertiginosa que nos marca a todos.” (. . .) Rechazar la CUBANIDAD política es un privilegio de Miami y La Habana. . . “

Produce extrañeza que los cubanos que han sido tan diligentes para hacer entrar tantos vocablos en el Diccionario de la Lengua, no se hayan propuesto la inclusión del término del título.

No figura ni en los diccionarios de cubanismos, por lo tanto hay que presumir que no es un término que circula en boca de todos los cubanos.

La palabra que sí consta en los diccionarios de voces propias de Cuba es cubanía, que es el “conjunto de los valores propios de la nación cubana”. Junto a ese vocablo figura cubaneo, que es la “acitud despreocupada y superficial que se considera típica de los cubanos”.

Hasta este día la Real Academia no le ha hecho espacio a “cubanidad” es su catálogo de palabras aceptadas. En verdad que es una lástima, pues el concepto existe, así como existe el sentimiento en otros países acerca de la percepción de lo que es la nacionalidad y lo que ello conlleva.

*GLAMOROSO 

“. . . proyectando el alcohol como un elixir divino y GLAMOROSO, y disfrazando así su potencial destructivo.”

Está registrado en el diccionario oficial el glamour, que es el encanto sensual que fascina. Ése es el nombre de género masculino. El adjetivo está aceptado que se escriba de dos maneras, “glamouroso, sa o glamuroso, sa. Este se usa para destacar que algo o alguien tienen glamour.

Cuando las autoridades madrileñas de la lengua aceptaron “glamouroso”, al hacerlo siguieron el origen de la palabra y la ortografía que posee en francés. A su vez, al incluir glamuroso, lo hicieron de acuerdo con la pronunciación en francés.

La explicación para no insertar también a glamoroso es porque no consta en el español propugnado por la Academia el término “glamor”. Desde este punto de vista tiene sentido la conducta de las autoridades de la Corporación de la Lengua.

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