ES CASI QUE – POSTALITA – A RAYAS – PESADA – ALABO – LUPUS *SISTEMÁTICO

“. . . y que paradójicamente existe a la misma vez y está al servicio de los poderosos y de la misma clase política, ES CASI QUE una misión imposible…”

Aquí no hay que insistir mucho en lo mal que suena al oído adiestrado este QUE usado después de “es casi”. El empleo denota descuido en la redacción. 

En el habla es más frecuente que en el español escrito encontrar esta combinación de “casi” seguido de “que”. Se puede aceptar esta combinación como recurso expresivo cuando proviene de una buena pluma y cuando busca destacar lo que sigue a la expresión así compuesta.

Lo más indicado en casos como este es evitar el uso. La línea divisoria entre lo aceptable y lo intolerable es muy tenue.

POSTALITA 

“. . . ese paternalismo misericordioso del antropólogo ante el indígena que tanta POSTALITA lastimera ha engendrado. . . “

Hay que presumir que esta palabra usada aquí tiene connotación de diminutivo para “postal”, palabra a su vez que se la toma por el todo, “tarjeta postal”.

Hace ya más de cincuenta años que se utilizó la palabra del título para designar con ella las reproducciones fotográficas de peloteros de las grandes ligas. Esas tarjetas no circulaban a través del servicio postal, por esto no debían recibir el nombre con el que se les conoció en ese momento.

Eran reproducciones con colores muy vivos, y en una época en que la televisión aún estaba en pañales y en que las fotografías con colores se hacían con el auxilio de la mano del hombre. Esas reproducciones fueron muy apreciadas por los coleccionistas.

Como eran tan lindas las “postalitas”, el fenómeno originó una expresión en República Dominicana “estar como una postalita”, para destacar que alguien estaba muy bien ataviado, con lucimiento. También se usó para denominar a la persona que solo servía para mostrar, es decir, de valores exteriores, así se decía que alguien “era solo una postalita”. Si se aplicaba a un funcionario público, “de postalita”, las funciones que desempeñaba eran solo de nombre, sin responsabilidades reales.

A RAYAS 

“. . . quería vestir el uniforme A RAYAS.”

Lo mismo que sucede con otros tipos de dibujos acaece aquí. Como no debe decirse que una camisa es A cuadros, tampoco le cuadra que se escriba que es A rayas.

La Academia todavía no asienta estas rayas con la preposición A en su diccionario.

En lugar de la preposición antes criticada hay que preferir otra, como por ejemplo “con”, para que termine el uniforme “con rayas”. Algunos hablantes se resisten a usar “rayado”, porque deja abierta la posibilidad de que las rayas no sean paralelas o simétricas, y en ese afán le añaden la preposición antes, para que se entienda que reina orden entre las rayas.

Con el mismo tono es necesario que al mencionarse la televisión se haga con “de”, para que resulte “de colores” y no con la enojante “a”. Del mismo modo cabe que se diga y escriba que el uniforme es “de rayas”, como en el caso de los antiguos uniformes de presidiarios.

PESADA 

“Las grandes firmas de inversiones de Wall Street pagarán PESADAS multas y reformarán profundamente sus servicios. . .”

Si se compulsan los diccionarios de lengua española se notará enseguida que este peso no tiene nada que ver con las monedas y el dinero. El peso del español y la calidad de pesado de algo no tienen valor en el campo de las cuantías de dinero.

Para que no haya que retorcer las meninges sin propósito, aquí se trata de una traducción apresurada del heavy inglés. Tan pronto los redactores de noticias refritas leyeron lo que se reprodujo en la lengua de Shakespeare más arriba, echaron mano de su más fácil equivalente en la lengua de Cervantes.

El error no tiene perdón porque para expresar la idea subyacente en el texto se cuenta con buen repertorio en nuestro español. Van dos palabras para que se retengan en casos como este: “cuantiosas, considerables”. Si no se está conforme con esa posibilidad puede cambiar el orden y escribir o decir, “multas de consideración”.

ALABO 

“Críticas y ALABOS en recibimiento al nuevo jefe de la policía de Miami.”

Este “alabo” solo se ha escuchado en conversaciones informales. Para que sirva de nombre para las acciones del verbo alabar existe en español un término, y es “alabanza”. Hay quienes favorecen el uso del vocablo “alabamiento”. Las soluciones propuestas se limitan a ofrecer las palabras que pertenecen a la familia del verbo alabar.

En la lengua nuestra existe una gran variedad de términos que equivalen a las palabras antes propuestas.

El tipo de error que se comete en el uso de vocablos como el del título es el resultado del descuido al hacer la transición del registro de la lengua hablada –con sus debilidades- a la formalidad de la lengua escrita.

LUPUS *SISTEMÁTICO 

“. . . quien ha padecido lupus SISTEMÁTICO durante los últimos quince años.”

No hay que reír ante este tipo de error. Puede ser solo un error de tipografía que sucede cuando a un periodista, columnista, o escritor, le cambian una palabra por otra, y el resultado es un disparate que avergüenza como en este caso.

El lupus que se conoce es el “sistémico”, que es el caracterizado por estados febriles que afectan las vísceras y el sistema nervioso.

El vocablo “sistémico” significa “perteneciente o relativo a la totalidad de un sistema…” Específicamente en medicina es relativo o perteneciente a un organismo en su conjunto.

Antes de cerrar esta sección es necesario que se revise el concepto de lo que es “sistemático”. De acuerdo con lo que entiende la Academia es lo “que sigue o se ajusta a un sistema”, Si se le aplica a una persona es porque procede según sus principios y con rigidez en su vida. En biología es el estudio de la clasificación de las especies con arreglo a su historia evolutiva.

Hay que rogar a los manes tutelares de los escritores para que este tipo de desliz ocurra lo menos posible –según parece es imposible que desaparezca- para que no influya en los lectores de manera negativa, y luego no aparezcan por ahí repitiendo un disparate leído en la prensa.

CONTRIBUYENTE *DE – CONTRIBUYENTE A 

“. . . y puede ser un factor CONTRIBUYENTE DE la obesidad, según declaraciones. . .”

El verbo contribuir acepta tres preposiciones y ninguna de ellas es la que le colocaron en el texto para acompañarlo.

En español pueden acompañar al verbo contribuir las siguientes preposiciones, “a, con, para”. El único contribuyente del, es el pobre que paga sus impuestos al Estado y entonces es un contribuyente del Estado. Quizás con esa contribución ayuda al caos general del Estado desgobernado por las autoridades de turno.

El diccionario de Moliner registra que es contribuyente la persona que paga contribuciones. También asienta que se le usa en funciones de sinónimo de ciudadano de un país.

Se puede ser contribuyente con algo, como por ejemplo cuando una persona trae alguna cosa para contribuir con ella a algo.
Para dar con la preposición adecuada y conveniente lo que procede es que se lea, sí, que se lean los textos de autores famosos, pues ellos son quienes siguen o imponen las reglas.

PARALELAR – *PARALELIZAR 

“Por otra parte, Washington PARALELIZA la ampliación de la OTAN con el proceso de la UE, con el resultado. . .”

Durante mucho tiempo estuvo de moda el añadirle el sufijo –izar a muchas palabras para formar así el verbo. Algunas de ellas lograron su inclusión en el seno de de la lengua. Por ahí están todavía. Muchos de esos verbos proceden del francés, lengua en la cual se acepta este tipo de procedimiento para los infinitivos de los verbos.

Hay que confesar que el verbo “paralelar”, tal y como se le reconoce en la lengua nuestra, no es cómodo de conjugar, pues imagínese usted que esté tratando de honrar a alguien y que para compararlo en condiciones de igualdad con otra persona usted diga que lo “para-lela”. El aludido puede sentirse ofendido con la selección de palabras y de verbo. Quizás ese es uno de los motivos por el cual los escritores se sienten incómodos con este verbo tan sencillo y corto. Prefieren ellos que sea más largo y para conseguir ese efecto le añaden es “izar” que no tiene relación con bandera alguna.

Ya sabe el lector, para que no sea cuestionado, es mejor que use el verbo paralelar y lo conjugue convenientemente.

*DISOLVENCIA – DISOLUCIÓN

“. . .hizo una DISOLVENCIA de granos sobre las barbas de Fidel Castro para darle. . .”

En lecturas como esta es cuando se somete el poder de discernimiento del lector a prueba. Ni después de leer y releer el párrafo completo del cual se extrajo la cita se pudo dar con el sentido de lo expresado en esta frase, por no poder comprender la palabra destacada en el texto.

La primera hipótesis que surge es que se trata del sustantivo correspondiente al verbo disolver, y con esto hay que convenir que es error, porque el nombre adecuado es “disolución” y no otro.

El otro elemento que se encuentra en el término “creado” es “solvencia” que es la acción y efecto de solver o resolver; es la calidad de solvente, que, o bien no tiene deuda, o es capaz de pagarlas. De lo último se desprende y deduce que la “insolvencia” es la incapacidad para pagar.

Si después de lo expuesto continúa sin entender, la culpa no es del lector.

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