EN SECO – *PATRONAJE

“. . .sin dejarlos a ellos mismos con la sensación de haber trabajado EN SECO, lo cual tiene un lado atractivo, pero también otro riesgoso”.
La palabra “seca, seco” es fuente de muchas expresiones. Como se dice en República Dominicana “se le ha sacado mucho filo”, algo que no tiene nada que ver con pulimento, sino con explotación.

El habla ha ido enriqueciendo el diccionario. El apartado para seco/a ha crecido mucho en las últimas ediciones del diccionario oficial de la lengua.

Se tratará en esta sección de dilucidar el sentido de “en seco” en la frase que se copió al comienzo de la sección. Para lograrlo se recurrirá al diccionario de la RAE y a los diccionarios de americanismos. Además se insertarán los usos de expresiones dominicanas que se auxilian con seco/a.

El lexicón mayor de la lengua española solo consigna cinco expresiones “en seco”; de entre ellas dos caen fuera del campo del contexto de esta oración. Las que quedan son: sin causa ni motivo; sin medio o sin lo necesario para realizar algo; y, de repente.

La edición vigésima tercera del DRAE trae algunas enmiendas en el apartado reservado a la palabra principal que se encuentra en la expresión. Todavía así no agota todos los usos.

Entre las novedades que trae la próxima edición está una que los dominicanos han usado durante largo tiempo para referirse a ciertos tipos de platos, los que como los guisos, son sin caldo.

Aquí, según parece, lo que el periodista que escribe la reseña hace es que le da un estirón a uno de los usos registrados por la Academia. Desea él dar a entender que trabajaron “solos, sin otros accesorios, sin otro acompañamiento”.

Uno de los usos que más se suscita en la actualidad para seco es para referirse al tipo de lavado de ropa que se hace sin agua, que se llama “lavado en seco”. No sabe uno en realidad si lavan o limpian.

Hay algunas acepciones fuera de lo común en el español cubano. José Sánchez-Boudy en su “Diccionario mayor de cubanismos” recoge unos que llaman la atención. “Tener a uno seco”, se dice cuando una persona fastidia a otra con sus preguntas o su conducta. Es “tener harto a alguien”, como lo expresa el Hamel´s bilingual dictionary of Latin American Spanish, 1996, “to be fed up with”.

Los mexicanos expresan con largueza el calificativo de seco cuando se aplica a una persona o al estilo de un escritor: “que carece de gracia, de adornos, de riqueza de expresión o de ingenio”. La selección de términos es más acertada que la de la Academia.

El seco dominicano encuentra su homólogo en México: “que es poco cariñoso, demasiado serio y cortante en su trato”. De nuevo la redacción colma de satisfacción el intelecto. Cuando la Academia expresa para “en seco”, “de repente”; el mexicano expresa “de pronto, bruscamente, sin rodeos”. Las definiciones mexicanas se toman del “Diccionario del español usual en México”, del Colegio de México, 2002.

En los predios rurales dominicanos se emplea mucho una expresión entre “bebedores”, “a palo seco”, que significa “puro, sin mezcla”.

Los mexicanos conocen un golpe que en República Dominicana se llama “cocotazo”, es el coscorrón de los españoles; allí, en México, le llaman “seco”, lo que los angloamericanos llaman “knock in the head”. Esta información se copia del Hamel´s bilingual dictionary of Mexican Spanish, 2002.

*PATRONAJE  

“. . .complementó su carrera con estudios de PATRONAJE y producción industrial, en el Instituto. . .”

Se hace necesario llevar a conocimiento de los lectores que este pasaje diserta cerca de una persona que se ocupa de diseños de ropas.

El patrón a que alude el engendro del título tiene como propósito dar a entender al lector algo con relación a la creación de patrones o modelos que sirven para sacar otra cosa igual.

Sin dudas trata el redactor de inventar una palabra para dar a entender que la persona a la que se refiere cursó estudios para la confección de esos patrones o modelos.

Para crear la nueva palabra acudió a una terminación que sí existe en español, especialmente para vocablos que derivan de lengua francesa.

Ni en francés existe una voz semejante a la que el periodista trató de crear para comunicar la idea. Para la persona que cursó los estudios para confeccionar patrones no queda más remedio que hacerlo diciendo o escribiendo que se especializó en el corte de patrones; o en la confección o diseño de patrones.

Las posibilidades de que prospere un invento de este tipo son magras. Ni siquiera en francés existe un término parecido con ese significado.

El “patronage” francés concierne al apoyo moral de una persona importante o poderosa, o de una organización de esos caracteres. Tiene relación con la protección que brinda o provee. No tiene nada que ver con el corte o diseño de patrones de confección.

En lengua inglesa tampoco existe nada que se parezca al invento del redactor. Si bien es cierto que el comentarista se aventuró a crear una voz nueva, no se le puede negar la originalidad de lo que hizo.

*EXPLICADERA 

“A pesar de sus atroces EXPLICADERAS, y los errores cometidos, están bien encaminados”.

Al nacional de un país en el que se usa el vocablo del título no le cabe duda de que existen diferencias entre lo que es una explicación y lo que significa explicadera.

La primera es la real, la que satisface los caracteres del concepto. La segunda de alguna forma es una deformación de la explicación. Ya sea por falta de veracidad o por el modo en que se explica.

La voz es útil desde el punto de vista que se subrayó en el párrafo anterior; ahora bien, el problema es que la voz no tiene carta de ciudadanía en el léxico español.

El sufijo –era que se detecta sobre la base de la palabra permite la creación de sustantivos y adjetivos. Eso es un hecho detectado en el habla dominicana. En el caso de la voz estudiada aquí la terminación puede denotar un rasgo despectivo. La explicación termina siendo una explicadera cuando no tiene valor para quien así la califica.

Se han escuchado otras palabras que adoptan la misma terminación de “explicadera” y la utilizan los hablantes cuando desean expresar que el vocablo que así se deforma es una repetición cansona de la palabra base. De este modo se recuerda, por ejemplo, habladera, voceadera y otras más.

Voces del género de la que se comenta en esta sección pertenecen al habla. Llevarlas al papel es reconocerles un carácter que no poseen. Deben reservarse para las conversaciones o solamente introducirlas cuando se describe una forma peculiar de expresarse un sujeto.

Es válido que se mencione la voz si en el mismo cuerpo expositivo se explica la orientación del término. De esta manera se asegura el redactor de que el sentido de lo que se expresa se percibe derecho.

ACECHAR

“El monstruoso huracán. . . se intensificó ayer en el Caribe rumbo a. . . con posibilidad de ACECHAR a partir del domingo la Florida”

No sabe el lector acucioso a qué atribuirle este tipo de desliz. Las hipótesis no tienen límites. En la mayoría de los casos se trata de salvar la responsabilidad del redactor asumiendo que lo hace siendo víctima de la prisa.

No paró mientes el periodista que escribió el trozo de literatura periodística que se copió al principio de esta sección cuando incluyó este verbo en este contexto.

El verbo acechar es “observar, aguardar cautelosamente con algún propósito”. Este tipo de acción solo corresponde a las personas y por extensión a los animales. Resulta muy cuesta arriba aceptar que este tipo de conducta pueda desempeñarla un huracán.

Solo los poetas pueden entregarse a las veleidades de poner los meteoros a tener designios. Dotan los elementos de voluntades y otras exageraciones que no se toleran en otros predios.

Se ha observado también que algunos escritores de literatura han recurrido a creaciones del género de los poetas en sus obras de imaginación.

Hay un verbo parecido al usado por el redactor que es asechar que tampoco se aviene al caso. Ese verbo significa “poner o armar asechanzas”. Una asechanza es un engaño o artificio para hacer daño a alguien.

Al verbo acechar corresponde la acechanza que es acecho, espionaje, persecución cautelosa. En el caso del uso en este texto no hay modo ni rendija por donde buscarle el misterio para descifrarlo. Quizás lo que pretendió escribir el periodista fue “amenaza”, pero pensó que era igual poner el huevo que le salió.

La diferencia entre los dos nombres asechanza y acechanza es importante porque no significan lo mismo. La pronunciación en las zonas de seseo es la misma, por lo que hay que redoblar la cautela.

PAPELERÍO  

“En Brasil se necesitan 152 días hábiles para completar el PAPELERÍO legal para abrir un negocio”.

En el país del periodista parece que son muy eficientes. Por esa razón no tuvo en la punta de los dedos el vocablo que convenía en este caso.

En el diccionario oficial de la lengua española papelerío es un conjunto de papeles desordenados. Es un desorden de papeles en la lengua común.

El término que se le escurrió por entre los dedos al analista de noticias fue “papeleo”, que según lo que recoge la Academia es: “exceso de trámites en la resolución de un asunto”.

Este papeleo es producto de la burocracia, que según algunos es un invento francés que ha sido mejorado y aumentado en los países hispanoamericanos.

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