DUDA DE QUE

“No tengo DUDA QUE la falta de entrenamiento y servicio militar de la mayoría. . .”

Con mucha frecuencia se incurre en este desliz. Cuando se usa la palabra duda  para expresar que algo es absolutamente cierto o indiscutible es de mejor estilo hacerlo -si hay complemento- precedido de la preposición DE.


Aquí, en el ejemplo copiado al principio de esta sección debió escribir el articulista “No tengo duda DE que la falta de entrenamiento. .”

En la lengua culta, como la que se escribe en los medios de difusión del pensamiento, la preposición DE no debe omitirse después de la palabra duda si hay un complemento.

Se aprovecha la oportunidad para reiterar que cuando se escribe o dice “caber o haber duda” no hay necesidad de añadir la ese (S) al sustantivo duda.

REGRESAR 

“Si no están dispuestos a respaldar a los militares con todos los recursos necesarios para triunfar, que tengan el pudor de REGRESARNOS nuestros soldados.”

La Real Academia de la Lengua Española en su diccionario considera este uso del verbo regresar propio del habla americana, y como se comprueba aquí, también de lo escrito en este continente.
Los dominicanos no utilizan el verbo regresar para significar devolver o restituir algo a su poseedor. Con toda propiedad recurren al verbo devolver, especialmente cuando se emplea en su sentido pronominal.

Este no es el único uso propio de los pueblos americanos, sino que también se emplea el verbo regresar para dar a entender que alguien vuelve al lugar de donde partió.

Además de esos usos generalizados, en México, Perú, Nicaragua y Chile el verbo regresar sirve para “hacer que alguien o algo vuelva a donde estaba”.

Como verbo intransitivo pronominal en Ecuador el verbo regresarse tiene el sentido de “girar la cabeza, el torso, el cuerpo”.

Sin duda alguna la lengua española se ha enriquecido gracias a la intervención del hablante de los países de la América mestiza. Como casi siempre sucede en estos casos, el contexto permitirá conferirle el sentido del uso a quien oye la utilización del verbo.

No hace falta pensar que con este tipo de español se enreda la comunicación. En la mayoría de las hipótesis se reconoce el uso porque forma parte del conocimiento general aunque no forme parte del uso activo del país de donde se procede.

CANIBALISMO 

“Internamente la oposición enfrascada en un CANIBALISMO y últimamente distraída. . .”

Con toda propiedad el canibalismo es la antropofagia atribuida a los caníbales. Por otra parte es la ferocidad o inhumanidad propias de los caníbales. Con referencia a los animales es la costumbre alimentaria de los animales caníbales.

No hace falta añadir que las que se citan más arriba son las acepciones aceptadas desde hace largo tiempo en el seno del español general. Como la lengua está en movimiento constante y se renueva cada día, el sustantivo ha ganado nuevas significaciones que no han sido incorporadas todavía en los diccionarios oficiales.

El “Diccionario de americanismos” de la Asociación de Academias de la Lengua Española (DAA), asienta como cubano para canibalismo el “robo de piezas de un aparato o vehículo para ponérselas a otro”.

En República Dominicana existe un canibalismo parecido al cubano, solo que por necesidad no consiste en un robo de piezas. Este canibalismo dominicano puede ocurrir como un préstamo de piezas tomadas de un vehículo inutilizado o averiado que de este modo se convierte en fuente de piezas de repuestos. Los dos vehículos pueden pertenecer al mismo propietario.

Una vez examinados esos canibalismos, hace falta que se analice el texto que se copió al principio de la sección. Aquí sin duda alguna se trata de un uso en sentido figurado para referirse a una lucha interna, esa que se puede denominar también como lucha intestina.

Cuando el articulista echa mano de canibalismo para describir las disensiones en el seno de la oposición lo que hace es que le imprime más vigor a su redacción. Hace que se preste mayor atención a la lucha que se libra en la oposición. Se supone que en este tipo de contienda una de las partes pierde vigencia, o al menos sale muy mal parada.

Este tipo de uso es tolerado porque la exageración es parte de la literatura cuando se sabe utilizar. Lo que no es de buen gusto es exagerar o trivializar este tipo de recurso.

PETROLERO 

“. . .y ni qué decir de las super hembras a bordo de sus paquidérmicas camionetas, si son 4X4 y PETROLERAS mejor.”

Para muchos lectores este petroleros o petroleras no tiene sentido en este sitio, o en el mejor de los casos, se hace de difícil interpretación porque casi todos los vehículos modernos se impulsan mediante el consumo de un derivado del petróleo.

Ahora bien, ¿de dónde sale este uso? Es un uso cubano, pues en Cuba petrolero(a), referido a un vehículo quiere decir y dice “que funciona con petróleo”; de esa manera se expresa el DAA. En ese país el vocablo comentado aquí puede desempeñar las funciones de adjetivo o de sustantivo.

La historia del término en Cuba no termina con los vehículos, pues tiene otro significado más cuando se refiere a personas. Aplicado a persona expresa que ella “suele tener relaciones amorosas con personas de raza negra”. Lo que no consta en ese diccionario es que por lo general el cubano usa “petrolero” para la persona “blanca” que gusta de las de raza negra.

No se puede cerrar esta sección sin llamar la atención sobre el asunto del petróleo de la definición del vehículo petrolero. Este empleo que hacen los redactores del DAA no está totalmente de acuerdo con lo que acostumbran las Academias a entender por petróleo. En síntesis, el petróleo es el líquido natural oleaginoso del cual se extraen la gasolina, la nafta, el queroseno, el gasóleo, etc.

En propiedad el redactor de esta entrada tenía que especificar que el cubano cuando usa la palabra petrolero para un vehículo se refiere al que funciona con gasóleo, que es el derivado que los dominicanos conocen como gasoil.

BOTADO 

“. . .atentos al mínimo ruido del motor porque tienen pavor de QUEDARSE BOTADOS en la carretera.”
La expresión “quedarse botado(a)” es bien conocida de las hablantes de español dominicano. Especialmente cuando se refiere a las carreteras o calles si quien usa la expresión utilizaba un medio de transporte cualquiera porque la culpa se la imputa de inmediato al vehículo: “Ese cacharro me dejó botao en medio de la calle”.

No hay que sorprenderse si algunas personas de otras nacionalidades no captan de inmediato el mensaje pues no todos los hablantes de español conocen el sentido cabal de la expresión.

No se puede dejar pasar la oportunidad que ofrece el verbo “botar” para revisar algunos de los usos propios del habla dominicana y algunas combinaciones afortunadas que colorean el dialecto dominicano.

En el español dominicano los líquidos no se derraman, no se vierten de los recipientes que los contienen, se botan. No ocurre este fenómeno solo en RD. Los panameños, los cubanos, puertorriqueños y venezolanos usan el mismo verbo para describir esta acción intransitiva pronominal.

En las zonas rurales dominicanas los ríos que se salen de madre, que se desbordan, lo que hacen es que se botan. No es raro oír de labios de los habitantes de esas zonas:”El río se botó anoche”.

El verbo en cuestión sirve muy bien los propósitos del rompimiento de una relación amorosa cuando se le pone fin. De ahí que digan que a alguien “lo botó la novia”. Aquí no se alude a la acción de echar a alguien de un lugar (la casa de la novia), sino al finiquito de las relaciones.

El dominicano “bota la bola” o “bota la pelota” no solo en béisbol cuando la saca del parque, sino también cuando en sentido figurado acierta en algo, o hace algo muy bien, se la luce quedando muy bien en algo, logra hacer algo con éxito.

Los usos no terminan allí porque el dominicano que realiza una actividad, especialmente una celebración y lo hace sin reparar en gastos lo que hace es que “bota la casa por la ventana”. El dominicano que se enfada en grado sumo, o que gasta en demasía “se bota”.

No sobra que se acote además que muchas de estas expresiones o usos del verbo botar no son exclusivos del dominicano y que los comparte con otros latinoamericanos; por lo tanto hay que seguir divirtiéndose con estos usos típicos que son motivo de orgullo.

REDNECK 

“. . .o que al volante va un soldado de Jesús, un requetemacho, una amazona de sangre caliente o un redneck?

La voz que figura en el título de esta sección pertenece al inglés de los Estados Unidos de Norteamérica. Muchos extranjeros la emplean sin tener conciencia a ciencia cierta acerca de lo que significa. La mayoría de entre ellos lo hace con precaución porque teme que si lo oye un redneck auténtico lo haga pasar un mal rato.

Lo primero que hay que tener en cuenta con esta voz del angloamericano es que no es un halago. Es un término desdeñoso, más bien despreciativo que en nada halaga al objeto o sujeto a quien se atribuye este calificativo. De allí es de donde sale el cuidado que manifiesta quien lo usa.

El redneck es un blanco de la clase trabajadora de la zona rural del sur de los Estados Unidos. Por extensión se aplica el denominativo a las personas cuyas conductas son parecidas a estos ciudadanos estadounidenses.

El diccionario bilingüe Harper Collins ofrece una traducción que parece adecuada en sentido general: patán.  El Oxford explica que es un vocablo peyorativo y que corresponde a un sureño reaccionario de la clase baja rural.

Con estos elementos definitorios que se mencionaron antes es posible hacerse una buena idea de quién es el sujeto que se califica de redneck.

Los franceses consideran la palabra injuriosa y ofrecen una traducción péquenaud/e. Eso corresponde a campesino. Parece mejor la descripción francesa que utilizaba el sociólogo Maurice Duverger en sus escritos, él lo calificaba de petit-blanc.

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