DISTRIBUIDOR – INTERCEPTACIÓN – INTERSECCIÓN – ARCO – ABRIRSE – *AVERAGE

“. . .al intentar atravesar un puente que comunica el bulevar con el DISTRIBUIDOR La Bandera, fueron recibidos con una lluvia de piedras y botellas. . .”

Por el contexto puede deducirse lo que se desea expresar con el término del título. La dificultad está en que en el diccionario oficial de la lengua no consta esta significación. Los diccionarios de hispanoamericanismos, o del español de América no registran este vocablo con ninguna acepción diferente de las que se consignan en el DRAE. 

Es muy posible que para las personas familiarizadas con la zona que se describe en la reseña periodística no constituya ningún problema entender lo que la palabra comentada significa.

El diccionario de la Academia recoge para distribuidor lo siguiente, “que distribuye”. En su segunda acepción es “pieza de paso que da acceso a varias habitaciones”, se refiere a casas. “Máquina agrícola para esparcir abonos”. Por último es “empresa dedicada a la distribución de productos comerciales”.

En algunos países el “distribuidor de vehículos” es el concesionario de la marca que los vende al comprador con o sin derecho de exclusividad sobre ella. Esta acepción deja fuera la posibilidad de usar esa combinación para las construcciones viales que aligeran el tránsito en las intersecciones mediante el sistema de paso a nivel e interconexiones.

Quizá se puede aceptar la solución del texto como una más corta para la completa que sería “distribuidor de tránsito”. No hay que extrañarse si en cada país de habla hispana a estas construcciones viales se les denomina con nombres diferentes. Hace muchos años, cuando se comenzó a emplear el sistema en países de América del Sur, se les llamó “arañas”, por la forma como estaban diseñadas, que parecían “patas de la araña”. En otros países se optó por llamarlos “pulpos”.

INTERCEPTACIÓN – INTERSECCIÓN

“. . .son regularmente informadas al Servicio Guardacostas para su posible INTERSECCIÓN, e incluso algunas investigaciones han llevado. . .”

Aquí lo que ocurrió fue lo que se conoce en redacción como un “cortocircuito cerebral”. Eso es lo que en lenguaje coloquial corresponde a un “cruce de cables” en las alturas.

El parecido fonético entre palabras dificulta en muchos hablantes la distinción entre unas y otras. Es por lo enunciado antes que vale la pena insistir en que si se pronuncia adecuadamente el español eso evita confusiones engorrosas.

La interceptación es la acción de interceptar, que es “apoderarse de algo antes de que llegue a su destino”; es lo mismo que detener algo en su camino; es obstaculizar, interrumpir una vía de comunicación.

La intersección es asunto de la geometría, es el encuentro de dos líneas, de dos superficies o sólidos. . . En la vida moderna se emplea el término para designar el encuentro de dos calles o avenidas, o el de una avenida con una calle o viceversa.

El error que se deslizó en el texto se debe quizás al descuido de quien copió y no de quien redactó la reseña. Estos errores salían con mayor frecuencia en el pasado. En la actualidad, con los sistemas modernos que prevalecen, los redactores y escritores, así como los columnistas, envían sus trabajos listos para que los coloquen en su sitio definitivo sin necesidad de copiarlos.

ARCO

“. . .el aumento de impuestos está fuera del ARCO de posibles medidas.”

Todos los signos apuntan hacia un mal empleo del arco. Parece que la flecha salió por el lado equivocado. Nunca antes había encontrado nada parecido a lo de esta cita, con este arco para mencionar una gama de posibilidades.

Lo que sí conoce el autor de estos comentarios es lo del “abanico” que sirve esta función, pues en el catálogo completo de la Academia de Madrid consta que es  “serie, conjunto de diversas propuestas, opciones, etc., generalmente para elegir entre ellas”.

Hay que mantenerse alerta porque un día una palabra lanzada por error puede dar en el blanco y llegar a imponerse por repetición continua.

ABRIRSE 

“El Consejo por la Libertad de Cuba, un grupo de línea dura que se ABRIÓ de la FNCA, ha tomado distancia del proyecto de referéndum.”

Este uso del verbo “abrirse” no figuraba antes en el diccionario sancionado por la Ilustre Academia de la Lengua. El Digno Colegio madrileño le hizo un espacio a este uso en la edición de 2001 del DRAE, pues en la posición 31 consta lo que se copia a continuación, “coloq. Irse de un lugar, huir, salir precipitadamente”.

Con anterioridad a esta consagración académica del vocablo, se le citaba como americanismo de uso en algunos -no todos- de los países de la América Morena.

*AVERAGE 

“En el 2002 fue segundo en AVERAGE en la Liga Central con. . .”

El término no figura en los diccionarios autorizados de la lengua. No se le encuentra tampoco en los de uso.

Sí consta, sin embargo, en los de neologismos. Se puede asegurar que se ha escuchado y hasta leído este vocablo durante más de cuarenta años.

La palabra procede del inglés, y para llevarla al español y expresar la idea de modo cabal es mejor y más recomendable hacerlo con ayuda de “promedio, término medio”.

Aunque se ha notado que los sistemas automáticos de corrección no rechazan este vocablo se recomienda su abandono, porque es palabra extraña a la lengua nuestra.

Sin tener una buena explicación para ello, se piensa que en un futuro no muy lejano este término podría ingresar en el repertorio oficial de la lengua.

DESCARRIAR

“. . . pero ésta aumentó después de un accidente ocurrido en abril de 1999, en que dos bombas DESCARRIADAS mataron a un guardia civil. . .”

Es la primera vez que se “tropieza” con un texto en el que se trate de conferirle al verbo en estudio las funciones que solo una persona puede tener. El verbo examinado solo se aplica a personas, es decir, únicamente las personas pueden apartarse de su carril. Además de las personas, según el diccionario, las reses pueden salirse del rebaño. Una persona se aparta de su camino, sobre todo en sentido figurado, y se dice que se descarría.

Después de escribir lo que antecede, se nota que una cosa no puede “descarriarse”, no es posible. Como no hay elemento volitivo, si una cosa se desvía de su camino es por puro accidente o por intervención de la voluntad humana, entonces no hay lugar a que se use el verbo descarriar.

Las personas son los únicos sujetos que se pierden por voluntad propia y se descarrían gracias a su libre albedrío.

COMERCIAL 

“En un COMERCIAL de la televisión hispana, desde una sala de recién nacidos. . .”

Para regocijo y tranquilidad de muchos de los hablantes y escribientes de nuestra América Morena, ya la Academia le hizo un espacio al vocablo del título en su diccionario para reconocerle el valor de “anuncio”.

Escribe la Academia en su apartado “soporte visual o auditivo en que se transmite un mensaje publicitario”, así reconoce que se usa el término del título en América.

Como puede deducirse de la inclusión en el Diccionario, el uso inveterado se impuso. No hay consideración alguna que valga para oponerse a la costumbre. Una vez que un vocablo traza su carrera y se sitúa en el ámbito de la lengua, a las autoridades no le queda más remedio que adoptarlo, reconocerlo.

VARAR 

“. . . las líneas aéreas estadounidenses continuarán este año recortando frecuencias, VARANDO aviones en el desierto y despidiendo a cientos de empleados. . .”

El uso del verbo en este contexto se lee con extrañeza, porque las significaciones que posee el verbo no se avienen con la situación descrita en el texto citado.

El verbo “varar” tiene sus acepciones en marinería que se mantienen en el seno de la lengua desde tiempos inmemoriales, son, sacar a la playa y poner en seco la embarcación para resguardarla. También es encallar una embarcación en la costa, en las peñas o en un banco de arena. En nuestra América Morena es “quedarse detenido por avería”.

En materia de negocios es quedar parado o detenido un negocio. En su uso pronominal en Venezuela es “quedarse detenido en un lugar por circunstancias imprevistas”.

Después de este examen se nota “a leguas” que el uso es impropio. Lo que debió hacer el redactor es servirse del verbo “estacionar”, porque de eso se trata. Pudo emplear también el verbo “inmovilizar” para referirse a la acción de dejar sin movimiento.

CORRERÍA

“. . . y la PM contestó lanzando un par de granadas hacia el público, que dispersó en medio de una enorme CORRERÍA.”

Lo que el común de los hablantes entiende por “correría” no tiene relación con la estampida humana que se produjo cuando lanzaron las granadas.

En el español de la Academia esta palabra tiene una acepción muy alejada de lo relatado en la cita utilizada al principio de esta sección. En su primera acepción es el saqueo a que se entrega la gente de guerra, junto con la hostilidad. En la segunda es un viaje corto, a varios puntos, con regreso al punto en que se tiene la residencia. No vale la pena argumentar si lo que aconteció en el texto se compadece con lo aceptado por el uso para el vocablo en estudio.

Lo que se armó fue un “correcorre”. Antes de cerrar esta sección vale la pena detenerse un poco para revisar algunas palabras de la misma familia de la del epígrafe, para despejar algunas dudas y para edificar acerca de vocablos de nuestra América Morena.

El término usado en el párrafo anterior también se usa escrito “corre-corre” y es la huida desordenada de gente. Así se le emplea en Cuba, Ecuador y Puerto Rico. Se puede asegurar que es de uso en República Dominicana, donde se practica cada vez que hace falta.

En Costa Rica y República Dominicana, tener una “corredera” es padecer de diarrea. Eso que otros eufemísticamente llaman “velocidad intestinal”. Lo anterior con aire jocoso se dice, “estar de carreritas”, expresión obviamente formada sobre la base del verbo correr, como todas las palabras que se examinan en esta sección. El uso de “corredera” está documentado en la literatura de Costa Rica. En República Dominicana también se utiliza el vocablo corredera(o) precedido de artículo para referirse a la acción de correr ejecutada por muchas personas al mismo tiempo y de modo desordenado.

Con respecto a “corrida” se usaba para nombrar la acción de hacer que alguien se viera precisado a correr mucho, ya fuera por temor o cautela. Tanto el vocablo “correría”, como “corrida”, se usaron en República Dominicana para designar la salida nocturna de juerga. Según Marcos Morínigo, en su Diccionario del español de América, el vocablo “corrida” con el último valor mencionado se utilizó o se utiliza en Chile.

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