CERTIFICAR – *CORREAS PARA LA ESPALDA – IR *A CORTE – RECURRIR ANTE LOS TRIBUNALES

“…y le abrió la portañuela para CERTIFICARSE si el tiempo que llevaban separados…”

El verbo CERTIFICAR no es reflexivo ni pronominal ni cosa que se le parezca. Se lo usa en su sentido propio cuando se escribe como se hace a seguidas: “Pidió que le CERTIFICARAN la sentencia del tribunal”.


El vocablo que se le escurrió de entre los pliegues del cerebro al redactor fue: CERCIORARSE. Eso fue lo que la “Caperucita” hizo con su nieto cuando le abrió la portañuela. Se recuerda que en tiempos  idos ya, cada vez que alguien usaba una palabra como portañuela que termina por UELA, a coro, pero en voz baja se decía “…la pícara de tu abuela”. Se pide que el lector vierta al original la mención cuyo lenguaje se suavizó aquí, pero es que no se pudo refrenar el impulso. El niño que duerme dentro de cada adulto, afloró aquí.

Para los que no saben lo que significa la palabra PORTAÑUELA…ahí va: “Tira de tela con que se tapa la BRAGUETA o abertura que tienen los calzones o pantalones por delante”. Una vez copiada la definición de la Academia de Madrid, hay que dejar claro que se cree que el uso es impropio.

Lo que le abrieron no fue la abuela, perdón la porta… sino la BRAGUETA misma para poder mirar dentro. La PORTAÑUELA es lo que en otros contextos llaman un CUBRE-FALTAS. Es un dispositivo que sirve para disimular (tapar) un mecanismo o parte o accesorios que afearían el aspecto exterior al quedar expuestos.

*CORREAS PARA LA ESPALDA

Quien esto lea puede pensar muchas cosas. Para despejar las incógnitas vale añadir que en el texto se le usó para denominar así los accesorios que se usan para evitar o aminorar las lesiones en la espalda.

La primera definición que suministra el DRAE para CORREA es “tira de cuero”, luego “cinta de cuero para sujetar los pantalones”; la tercera acepción es “cinturón de cuero”. Si se revisan las definiciones ya citadas y otras que no se copian, se encuentra que el elemento común a todas ellas es el material que se usa, “cuero”.

Muchas de las FAJAS que se usan hoy para evitar estropearse la espalda no son de cuero, por lo tanto no debe usarse el término CORREA. Además, no son para sujetar los pantalones.

Si alguien se toma la molestia de revisar el Diccionario Oficial de la Lengua con respecto al vocablo propuesto, FAJA, se percatará de que la definición se ajusta muy bien a lo que se usa en nuestros tiempos para disminuir las probabilidades de lesionarse las vértebras lumbares. “tira de tela o de tejido de punto de algodón, lana o seda con que se rodea el cuerpo por la cintura…prenda interior elástica que cubre la cintura…” Después de reproducida esta definición no queda espacio para interpretaciones erradas.

IR *A CORTE – RECURRIR ANTE LOS TRIBUNALES

Eso de “ir a corte” no anda bien. En todo caso si se aceptara su legitimidad, sería IR A LA CORTE, o IR ANTE LA CORTE. Como uno no se siente conforme con ninguna de esas soluciones, se propone una que es más exacta y de mejor calidad: RECURRIR ANTE LOS TRIBUNALES, COMPARECER.

Esos son los verbos que conviene que se empleen en este caso. Eso de IR es muy vago… y como decía la vieja canción: “cualquiera va”. Los tribunales son los encargados de dirimir las diferencias que surgen, que no pueden resolverse de manera amigable fuera de las jurisdicciones judiciales.

CRISTALES NEVADOS – CRISTALES TINTADOS – CRISTALES AHUMADOS

De las tres expresiones, la primera es la más desafortunada. La palabra NEVADO significa cubierto de nieve. Esto no tiene nada que ver con que se le aplique un tratamiento especial a un cristal para hacerlo más oscuro, más opaco, más resistente a los rayos del sol, más resistente a las miradas del exterior. TINTAR es darle a una cosa un color distinto del que tenía, es TEÑIR. La última de las tres tampoco es conveniente porque lo que es “ahumado” es lo que se somete a tratamiento mediante humo, como se hace con algunos alimentos.

El lector de seguro habrá adivinado de qué se trata, con estos verbos en funciones de adjetivos se denominan los cristales que se tratan o se revisten de color, ya sea con colorante incorporado o por aplicación de un papel de material plástico translúcido y adhesivo que lo hace más oscuro, como se señaló con anterioridad.

La peor selección de todas es la primera, se repite, porque en la metáfora de la nieve no hay oscuridad, sino resplandor blanco, en el humo por lo menos hay un velo que no permite ver claramente.

Basándose en los verbos que se mentaron antes se pueden crear las palabras que convienen en los diferentes casos. Como ocurre siempre en estos casos, cada país favorece un vocablo, “vidrios tintados, teñidos, oscurecidos”.

CUESTIONES – PREGUNTAS

El vocablo CUESTIÓN en su primera significación no es pregunta, sino asunto, discusión. En su sentido negativo se puede retener como disputa o querella.

Cuando en inglés usan la palabra question, en español en principio hay que usar PREGUNTA. En algunos casos esa palabra inglesa hay que traducirla como CUESTIÓN, pero en el sentido de “asunto importante”. Buenas traducciones para el término en inglés son: problema, debate e INTERROGANTE. Esta última se la destaca porque casi siempre cae en el saco del olvido.

A causa de esta última palabra es que la Academia de la Lengua define a cuestión como: “Pregunta que se hace o propone para averiguar la verdad de una cosa controvertida”. De acuerdo con las circunstancias la CUESTIÓN del español habrá que interpretarla de muchas maneras: DISCUSIÓN, PROBLEMA, ASUNTO. En el plano comparativo es oportuno mencionar que en francés la palabra question retiene los dos significados, el del inglés, como pregunta y, el de asunto. Los portugueses definen la voz questâo como punto para discutir o para que se examine; asunto, tema, discusión. En todas las lenguas la palabra viene del latín que significaba interrogar.

Todo lo que antecede viene a cuento para que las personas que utilizan el vocablo cuestión estén concientes de que hay que usarlo de acuerdo con las circunstancias. El empleo propio depende del ambiente que le rodea.

*EN DEPENDENCIA

“En dependencia del dictamen judicial, el grupo…”

El término dependencia por sí mismo significa, subordinación a un poder mayor; situación de dependiente; sección de una oficina; habitación de un edificio grande; sucursal o delegación de un establecimiento dependiente de otro principal; es también la relación de parentesco o amistad; por otra parte son las cosas accesorias que acompañan a una principal. Por último el DRAE le reconoce el significado de negocio, encargo, agencia. Aquí termina la cita.

Las anteriores son las acepciones que el DRAE del año 1992 contenía para la palabra dependencia por sí misma. La redacción, la presentación y el orden cambiaron de una edición a la siguiente en el DRAE. La sección dedicada a este vocablo cambió en gran medida. La tercera acepción retiene un concepto nuevo: “Relación de origen o conexión”. Las acepciones pasaron de siete a nueve. No se mencionarán todas, pero se subrayará la importante para este tema en este caso.

Con los cambios introducidos en el DRAE parece que se puede establecer el lazo entre fuente de algo y su consecuencia. De allí que pueda considerarse afortunado que se use dependencia para la conexión o relación entre un hecho y su consecuencia.

Ahora bien, aun cuando se acepte la revisión de las acepciones y la inserción de la nueva acepción, cabe que se pregunte el hablante, ¿como aparece la preposición delante de este sustantivo?

Después de esa introducción, ¿cómo se presenta ante el hispanohablante? ¿Cómo puede tolerarse eso de escribir la preposición EN delante de DEPENDENCIA. ¿Qué de dónde lo sacan?, quizás del francés, lengua en la cual se usa “en dependant de”, que es el participio presente en funciones de gerundio. Esto traducido al cristiano sería “dependiendo de”.

Este tipo de redacción va ganando terreno. Aunque no se esté de acuerdo con eso, si el uso continúa y las plumas que lo usan tienen brillo propio, es posible que un día no muy lejano la Academia se vea en la necesidad de reconocerlo.

Para hacer este caso aún más patético, de patetismo gramatical, lo colocaron al principio del párrafo, que es este: “En dependencia del dictamen judicial, el grupo…” Hasta los más curiosos se interesan por saber como es eso de que alguien que escribe en español en los Estados Unidos traiga errores de sintaxis, o de semántica, que son más bien  galicismos. Como ya se ha expresado en otras ocasiones, aquí hay que estar preparado para lo peor, aunque de todas maneras, se goza mucho.

DESAFÍO

“…fracasó el viernes cuando un juez de circuito rechazó el DESAFÍO contra la decisión de un panel…”

Sale de nuevo este vocablo y hay que sugerir otros que expresen la misma idea, que podrían muy bien emplearse para rehuir la repetición del vocablo desafío.

La redacción que llamó la atención es esta: “…fracasó el viernes cuando un juez de circuito rechazó el DESAFÍO contra la decisión de un panel…”

En lugar de ese manoseado “desafío”, se sugieren otras palabras. En este caso específico RECURSO, DEMANDA, APELACIÓN, ALZADA, REVISIÓN, PROCEDIMIENTO, ESCRITO, MEMORIAL, PETICIÓN, TRÁMITE.

Con estos términos que anteceden, que pertenecen al ámbito jurídico, debe contentarse el más exigente. Una vez más se ve el autor de estos comentarios en la obligación de recordarle a los lectores que usen cautela en el uso de cada uno de los términos propuestos, porque no siempre pueden usarse todos, y en cada caso debe utilizarse el más conveniente.

*DESAFORO

“Confirma la Corte el *DESAFORO de P.”

Este vocablo como tal no consta en los diccionarios que de costumbre se consultan en caso de dudas. El verbo es DESAFORAR, que se conjuga como el verbo contar. No se tuvo contacto con este sustantivo hasta fecha reciente cuando se lo encontró utilizado en relación con el recurso seguido contra P. en su país. Con anterioridad a estos acontecimientos siempre se había leído que se le SUSPENDÍA o RETIRABA el fuero a alguien.

En general se usa cuando se alude al fuero militar, es decir al privilegio de que disfrutan algunos militares para ser juzgados solamente por los tribunales militares. También existe el privilegio del fuero para ciertas ciudades, regiones o universidades.
Lo que se ha localizado acerca de DESAFUERO es: acto de la cesación del fuero. Lo que se leyó en la primera plana del periódico, en el titular decía: “Confirma la Corte el *DESAFORO de P.”

DESAFUERO es el acto que priva de fuero al que lo tenía. El otro sentido de  DESAFUERO es ATROPELLO, y esto es precisamente lo que han hecho contra la lengua al colocar en la misma primera página este dislate.

No obstante las expresiones vertidas en la última frase del párrafo anterior, no anda muy descabellado quien utiliza el término desaforo para el acto de privar de privilegios a alguien. Esto así, pues como se mencionó antes, el verbo es desaforar.

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