Celebran coloquio en homenaje a Rubén Darío

La Academia Dominicana de la Lengua, el grupo literario “Federico García Godoy” y el Ateneo Insular de La Vega organizaron un coloquio literario en homenaje al poeta nicaragüense Rubén Darío con motivo del primer centenario de su paso a la eternidad.

El encuentro, celebrado en el salón de actos del Policlínico La Vega, comenzó con la ponencia del promotor cultural de Miches y miembro correspondiente de la ADL, Sélvido Candelaria, quien se refirió a la estética del Modernismo destacando que el inspirador de este movimiento literario “vino a revolucionar no solo la forma de hacer poesía en la lengua castellana sino el concepto en sí de lo poético”.

El disertante destacó que “en el momento histórico que le correspondió vivir a Rubén Darío se necesitaban nuevas formas de expresión artística que, en consonancia con la dinámica cultural, se amoldaran a larealidad por lo que era necesario salir de la pesadumbre que hasta ese momento se desenvolvía la vida y que fueron reproducidas en las obras literarias escritas bajo la influencia de esta línea de creación”.

El poeta y ensayista dominicano aclara que “el Modernismo es una manifestación hispanoamericana ante una crisis universal desarrollada en un contexto de desazón”, y explicó que este término se aplicaba en el campo de las artes a una serie de tendencias europeas y americanas en los primeros años del siglo XX.

El expositor resaltó que en la época de vigencia del Modernismo, Rubén Darío“logró un extraordinario manejo del idioma, el enriquecimiento del léxico, así como poner de moda palabras como “unicornio”, “azul”, “cisne”, además de la intención de manifestar la preeminencia de lo sensorial en el uso de la sinestesia”.

El acto continuó con la exposición del narrador, lingüista y académico de la lengua, Rafael Peralta Romero, quien habló de los cuentos del escritor nicaragüense destacando que “en su narrativa difícilmente aparezca como telón de fondo un paisaje de Nicaragua, así como no encontrará la crónica amarga de la pobreza”.

Al hablar del insigne escritor, Peralta Romero se refirió a su biografía resaltando las escrituras que le dieron preeminencia, como Azul, una narración en prosa y una parte en versos, aclarando que para Darío la creación de cuentos era una extensión de su arte poética, “exuberante en descripciones y de magistral galanura”.

Peralta Romero puntualizó que en Rubén Darío “se da una igualdad de categoría entre la poesía y los relatos, pues aunque su proyección como poeta supera grandemente a la del narrador, sabemos que se inició simultáneamente en ambas formas de expresión”.

El director de la Academia Dominicana de la Lengua, Bruno Rosario Candelier, expuso sobre la lírica del bardo modernista. Subrayó la alta ponderación que ha merecido Rubén Darío entre los estudiosos de la literatura. Recordó que en todos los periódicos y revistas de la República Dominicana, desde principios del siglo XX, aparecen artículos y estudios sobre el poeta, a quien los grandes escritores de América le han dedicado páginas elogiosas y han ponderado el aporte literario del respetado escritor nicaragüense. De ese modo expresó que “escritores de la talla de Pedro y Max Henríquez Ureña, Federico García Godoy, Joaquín Balaguer, Carlos Federico Pérez y Mariano Lebrón Saviñón, entre otros, publicaron valiosos estudios en los que ponderan la obra de este nicaragüense inmortal”.

Rosario Candelier resaltó el hecho de que Rubén Darío“con su palabra, su estilo y su arte, modificó la forma de escribir poesía y contribuyó a generar una nueva conciencia lírica, estética, metafísica y simbólica”.

El director de la Academia dijo que en un reciente simposio celebrado en Nicaragua, en homenaje al grandioso poeta nicaragüense, junto a los directores de la Real Academia Española y la Academia Nicaragüense de la Lengua, don Darío Villanueva y don Francisco Arellano, estando en León“sintió el impacto de una irradiación metafísica que le hizo comprender la grandeza de Rubén Darío”. Y aprovechó este escenario para explicar que “en virtud del aliento telúrico la tierra produce una huella en la sensibilidad de la persona, y el poeta centroamericano recibió al mismo tiempo el influjo telúrico y el impacto celeste del espacio físico de León, fenómeno que contribuyó a conformar la sensibilidad espiritual y estética del famoso poeta americano”. Reiteró que en León, Nicaragua, tuvo la oportunidad de experimentar “una fuerza que más que fuerza espiritual era una energía divina, y el influjo de esa energía troqueló la personalidad metafísica de Rubén Darío”. Comentó que explicar esa experiencia es difícil porque “se trata de algo que se experimenta interiormente mediante una irradiación metafísica que está en el ambiente” y esa vivencia le permitió entender la categoría del poeta nicaragüense.

A juicio de Rosario Candelier, en León hay una energía latente, y confesó que esa ciudad “tiene un encanto y una magia que caló en Darío, y hay que reconocer, además, que León es tierra de poetas de todos los calibres, por lo que existe allí una confluencia de energías de la tierra y el cielo que insufla la onda de la creatividad trascendente”.

Al testimoniar su vivencia, este director resaltó que “la tierra impregna nuestra sensibilidad, y lo que sentí en León fue una combinación de la energía telúrica y la energía numénica que alumbra la creación poética, la inspiración metafísica, la vocación mística y la obra de alta espiritualidad porque inyecta la vocación creadora”.

En su mensaje literario, el director de la ADL dejó claro que en Rubén Darío se desarrolló a temprana edad la sensibilidad trascendente ya que recibió la impronta de la energía cósmica y la onda espiritual de lo viviente en su sensibilidad estética y espiritual, que lo llevó a concebir la creación poética como la expresión artística ideal para que el lector de  poesía experimente especiales sensaciones en el ámbito interior de su conciencia”.

Para culminar el acto, Rosario Candelier señaló que Darío “buscaba llamar la atención con las palabras, es decir, pretendía sensibilizar al lector a través de un lenguaje depurado, novedoso, profundo, exquisito y elegante en función de la capacidad intelectual que adquirió en los años de su formación escolar”.

La Vega, ADL, 18 de abril de 2016.