BAJAR LAS DIRECTRICES

“Y del partido BAJABAN las directrices para círculos de estudio en escuelas. . . .”

En este ejemplo escogido en esta ocasión se trata de una frase que se escucha con frecuencia en los comentarios acerca de política partidista.


Es la misma combinación que se leía antes de modo diferente que ahora regresa con un toque de refinamiento. Antes era “bajar una línea” o “bajar la línea”. En una ocasión pasada se comentó el uso de línea. Ahora se trata más bien de examinar el verbo bajar.

Por desventura para el articulista que redactó la frase sometida a verificación el verbo bajar no lleva en sí los valores que le permitan un uso de este género.

La primera acepción del verbo se refiere a los objetos que se colocan en un lugar inferior al que ocupaban. Una acepción que cabe destacar es que el “descargar” de informática ya podrá decirse –con la venia de las autoridades- bajar para referirse a documentos.

El verbo bajar en la próxima edición del diccionario de las autoridades tendrá nueva redacción con algunas enmiendas que son del interés del redactor cuidadoso del idioma.

Una vez que se ha llegado a este estado de exposición vale la pena que se proponga un verbo que expresa cabalmente la acción que trató de transmitir el articulista en su malograda redacción. El verbo que se propone es “transmitir”, pues se trata de eso, de “pasar” a los círculos de estudios etc. las directrices. La acción lo que hace es “comunicar” las directrices. Se trata por lo tanto de informar, notificar, dar parte, o poner en conocimiento el asunto.

Las últimas equivalencias no se colocaron entre comillas porque son muchas. De todas formas, lo que se manifiesta con estas selecciones es que hay una vasta gama de formas de expresar lo que salió maltrecho en la redacción del articulista.

HACER EL AMOR

De la misma forma en que ha pasado a otras acciones, hace tiempo ya que el verbo hacer reemplazó a otros verbos en el español corriente. Hace largo tiempo ya que las personas están “haciendo” el amor, en lugar de otros giros propios de la lengua española.

Una de las razones que influyen con mayor peso para que se proceda de este modo es que las palabras de todos los días para este acto son malsonantes. Además el sentimiento del amor es sublime y le imprime un tinte de color rosa a la acción de tener relaciones sexuales.

En muchas ocasiones ni se percata uno de a quien está copiando cuando se expresa con la combinación del título.  En otras lenguas dicen exactamente la misma frase: Faire l´amour en francés, o Make love en inglés.

En tiempos idos ya acostumbraban a referirse al mismo acto de otras maneras. Casi todas las personas “decentes” evitan nombrar la acción por su nombre. Eso de coito suena crudo para muchos oídos castos. Lo de ayuntar se lo dejan a los animales.

Cuando se trae la palabra amor a la combinación que se comenta en este párrafo se le imprime un toque de elegancia al asunto porque el amor es un sentimiento muy respetado.

No deja de ser cierto, muy a pesar de todo lo anterior, que el pueblo que es soberano en materia de lengua demuestra gran inventiva cuando se trata de nombrar el acto ese. En los diferentes idiomas el vulgo se encarga de nombrarlo de muchas formas, aunque muchas de ellas no se las considere elegantes.

ALLANAMIENTO 

“…quien pese a haber sido condenado por robo a mano armada y haber cometido tres ALLANAMIENTOS, cinco hurtos, varios robos de autos. . .”

Al lector dominicano le llama mucho la atención que una persona civil pueda cometer un “allanamiento” porque está muy acostumbrado en su dialecto a que los allanamientos solo pueden ejecutarlo las autoridades investidas de poder para ello.

En la otra orilla del español usan el sustantivo para nombrar también el delito que comete quien sin habitar en ella entra o se mantiene en morada ajena contra la voluntad de su ocupante. Esa es la tipificación de lo que se conoce con el nombre de delito de allanamiento de morada.

En América el allanamiento es el registro policial de un domicilio. Se puede estar de acuerdo o disentir de las definiciones que se ofrecen para los dos allanamientos, pero esencialmente esos son los términos que trae el lexicón mayor de la lengua común.

Al verbo allanar se le consigna con una definición que es más ajustada a la realidad dominicana actual, pues es “registrar un domicilio con mandamiento judicial”.

De pasada puede mencionarse que el sustantivo estudiado en esta sección posee otras significaciones que son de muy escaso o ningún uso en la práctica jurídica dominicana.

CANTAR 

La razón para reflexionar sobre este verbo es porque en República Dominicana tiene un significado que no se conoce en otros países, ni siquiera de la América mestiza.

El verbo cantar dominicano comparte con otros países algunos significados, como la acción que ejecuta el detenido que confiesa sus delitos.

En esa misma vena puede escucharse con frecuencia que quien canta es el juez. En este caso el magistrado no confiesa sus pecados, fallas y deslices, sino que dicta sentencia. De este modo se suele decir que: “A Fulano de Tal el juez le cantó 30 años de prisión”. “Le cantaron 20 años de prisión a Mengano”.

Naturalmente el juez no canta -aun cuando los hay que sí cantan- sino que dicta sentencia. Generalmente se reserva el verbo cantar para los casos en los cuales la sentencia pronunciada conlleva pena de prisión.

Aun en el caso en que el hablante se refiere de manera indirecta al hecho lo hace con el verbo cantar con ausencia del agente, como en este ejemplo: “Le cantó 10 años de prisión”. Naturalmente, en el caso de los dominicanos la frase se refiere al juez que pronunció esa sentencia.

PARIMUTUAL 

“. . .para que R. encabezara una campaña política en pro de las máquinas tragamonedas a nombre de la PARIMUTUAL.”

Aunque tenga las apariencias de palabra del español corriente esta no goza de carta de ciudadanía en la lengua común.

Es una voz adaptada  a las necesidades del hablante y del escribiente para nombrar un tipo de premio que se obtiene mediante el juego legal.

En su origen el vocablo es francés, lengua en la cual se escribe pari mutuel y es el sistema de premiación en el cual el monto de lo jugado se reparte entre los ganadores después de descontar una cantidad fijada por ley, estos premios se otorgan en proporción a lo apostado. Quienes han estado en París pueden recordar como en algunas tabaquerías o bares hay unos letreros que tienen tres letras PMU, esas tres letras se refieren al juego pari mutuel urbain.

Los norteamericanos ni cortos ni perezosos han adoptado el sistema de premiación para el juego y el nombre, solo que lo modificaron un poco: pari-mutuel.

La idea es la misma en los dos países, Francia y Estados Unidos de América, para la repartición de premios entre los ganadores de los premios quienes recibirán un monto calculado sobre la base de lo jugado, una vez que se haya descontado del monto jugado lo que establece la ley.

En el caso de esta palabra se está en presencia de una necesidad. El sistema de cálculo de pago tuvo su origen en Francia, por lo tanto lleva un nombre francés. Quien lo copia en inglés preserva el nombre en esa lengua para evitarse inconvenientes.

Al escribir en español acerca de esto algunas personas tratan de adaptar la palabra al español cambiándole un poco la grafía, de allí que sea “parimutual”. El contratiempo aparece cuando el lector trata de entender de qué rayos se trata. Si recurre al diccionario en español no encuentra nada. En diccionarios de inglés y de francés encontrará la voz en esas lenguas, pero escrita de manera diferente, lo que le enreda la madeja. Lo que se ha hecho es una adaptación a medias. Se tradujo la segunda parte de la combinación francesa, sin tocar la primera.

Si quien escribe desea que se le entienda, lo que procede que haga es que respete la forma de escribirlo de la lengua de la cual toma la voz y que explique en un paréntesis de qué se trata. No se puede negar que las dichosas computadoras ayudan mucho en la época moderna. No obstante lo último, no se debe abusar de la paciencia del lector.

CARRO-JAULA

“. . .agentes de la Seguridad del Estado que los subieron a la fuerza en CARROS-JAULA.”

El vehículo que se menciona en la cita es una curiosidad. Vale la pena verlo. La foto que acompañaba a la noticia no era tan buena como para hacerse una idea cabal de este.

Para comenzar, no era un carro. Tenía forma de un vehículo de tamaño mediano, más pequeño que un minibús, de esos que los dominicanos llaman guagüita y que a veces los usan hasta para el transporte de pasajeros.

No se veían barrotes por ninguna parte por lo cual no se entiende la razón para que le llamen jaula. El nombre de jaula quizá se aplica en este caso porque lo usan para transportar encerrados
a los detenidos.

En algunos países en el registro coloquial se llama jaula a la cárcel o prisión. Es posible que esto tenga algo que ver con el nombre con el que bautizaron el vehículo de la noticia.

En República Dominicana durante la Era de Trujillo a los vehículos que se usaban para recoger y llevar a los detenidos y prisioneros se les llamaba “perreras”. Eran perreras de la policía. Era un uso despectivo en grado máximo porque indirectamente se calificaba de perros a las personas que iban detenidas.

En algunos países utilizan autobuses para el transporte de los inculpados de los centros de reclusión a los tribunales y viceversa. Cuando el traslado de prisioneros es de poca cantidad de estos entonces usan furgonetas.

El Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española, 2010 no registra carro-jaula alguno. En el Diccionario del español de Cuba de Haensch y Werner del 2000, consta una acepción para carro-jaula y es el vagón en que se traslada la caña del centro de acopio al central.

Hay que tomar en consideración que en algunos casos los redactores eligen algunas expresiones porque desean atraer la atención del lector sobre algunos detalles. Al nombrar de esta manera al vehículo lo hace más despreciable, lo vilifica.

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