ATERRIZAR

“. . .la producción de cítricos y quesos que inundarían al mundo, y muchísimas otras utopías que jamás ATERRIZARON en la vida real.”

Este es un ejemplo muy bueno de lo que el verbo aterrizar significa en América. Las acepciones de larga data en español son las que corresponden al artefacto volador que se posa sobre tierra firme o cualquier otra superficie que sirve para esta maniobra. La otra que es un poco más reciente es la que se refiere al pasajero, piloto o paracaidista para significar que llega a tierra. Más adelante añadieron a las anteriores la de la persona que se presenta inesperadamente en alguna parte y, la de la persona que cae al suelo o piso. Las dos últimas pertenecen al registro coloquial.

Ya en los años setenta en el Santo Domingo de entonces se utilizaba el verbo del título del modo en que lo hacen los mexicanos. No obstante lo relatado antes, en el DAA no consta la República Dominicana entre los países mencionados.

La primera significación es como verbo transitivo, “pasar alguien de las ideas a las propuestas concretas” y así se usa en México. En otros países se conoce el verbo con el valor que le otorgaban los dominicanos en los años citados: “Reconocer una persona la realidad existente”.

La idea que planea detrás del uso del verbo para expresar lo recién mencionado se entiende si se piensa que las personas que no reconocen la realidad lo hacen porque están “en el aire”.

De forma similar a los significados anteriores hay otro “aterrizar” que se refiere a “hablar alguien de cosas concretas”. Aquí de nuevo aparece la idea de descender a realidades y posar sus pies en la tierra en lugar de mantenerse en la estratosfera.

Se han dejado fuera las acepciones que no se escucharon en República Dominicana. Es más, casi siempre que se oyó el uso del verbo tratado aquí fue en conversaciones políticas cuando las circunstancias imponían un uso racional del tiempo y de los recursos.

PUNTAJE

De esta manera, si el conocimiento del idioma de un estudiante es mediano, solamente la mitad de su PUNTAJE se usaría en la fórmula.”

La primera reacción que experimenta un hispanohablante ante una voz del tipo de la que encabeza esta sección es preguntarse si tiene alguna relación con “punta”. La suposición no está fuera de realidad si se tiene en cuenta que por su formación eso es lo que sugiere.

Es natural que si se piensa en el contexto en que se encuentra este vocablo en la cita del ejemplo parece que se halla lejos de tener algo que ver con punta.

No es la primera vez que se tiene un encuentro cercano con esta voz. El inconveniente para conseguir comprender el mensaje con el empleo de este término es que la significación que se le atribuye no es amplia. Muchos lectores se quedan con las ansias de entender qué es lo que se pretende decir con esto.

Los diccionarios de uso del español no reconocen significado alguno para la voz del epígrafe. De la misma forma que se hace en casos similares, se hace una búsqueda en el DAA. Por fortuna esta búsqueda tocó a su fin. Allí se encuentra la información que proyecta luz sobre el significado de la voz en el contexto de la cita.

El diccionario antes mentado trae una lista de 17 países de América Latina en las que se utiliza “puntaje” para significar “conjunto de puntos obtenidos en algún tipo de prueba”. No está de más pensar con respecto al significado y el contexto para determinar si el empleo que se hace del vocablo tratado aquí está de acuerdo con lo reconocido por las Academias.

Si se lee derecho el texto de la cita, debe entenderse que se colige de este que el “puntaje” en este caso se refiere solo a los puntos obtenidos por un solo individuo y no al conjunto a que se alude en la definición del DAA.

Lo que se comprueba con la lectura de los párrafos anteriores es que la idea de lo que el puntaje es no está aun bien definida en las mentes de los hispanohablantes. Este tipo de “conceptuación borrosa” no es un fenómeno nuevo en la lengua y se suscita en los casos en que la noción no está todavía madura para alcanzar un consenso unánime entre los hablantes. Es muy posible que este sea uno de los motivos por el cual las autoridades de la lengua aun no le han conferido el espaldarazo de reconocimiento al término.

KESEDJO KESEKWANN

Las dos voces del título son extrañas al idioma español por su forma de escribir. Antes de apartar de sí esas dos voces, trate de leerlas pronunciándolas de una manera fonética. Si se logra hacer lo que se sugiere se llegará a la lectura de voces iguales o parecidas a algunas del español común.

Las dos voces del título se estudian aquí porque tienen relación con el español, y más que nada, con el español dominicano. Son dos voces que han penetrado el idioma haitiano del norte de ese país. La última afirmación se hace al acreditar las expresiones vertidas por Max Manigat en la obra Mots créoles du nord d´Haïti.

Sin necesidad de que se tomen como críticas las palabras que se introducen en esta sección, el autor de la obra citada no pudo dilucidar completamente el origen de las dos voces. La primera corresponde al español ¡Qué sé yo!, y la segunda a ¡Qué sé yo cuándo! Ambas deben aceptarse como exclamativas.

El lector del español encontrará difícil de admitir en la segunda oración que el “yo” haya desaparecido de la pronunciación de la frase en el idioma haitiano. No es algo raro el que algo como esto suceda entre lenguas diferentes. En muchas ocasiones la lengua que adopta simplifica la pronunciación porque no racionaliza la expresión, sino que la acepta como un todo.

Como muy bien lo señala el lexicógrafo haitiano cuyo nombre se mencionó antes, la primera voz corresponde a “yo no sé”. En cuanto a la explicación de la segunda es cuando le faltó ayuda para entenderla porque sus fuentes de consulta (personas) no pudieron suministrar una interpretación conveniente.

Manigat trae en su libro una muy buena observación cuando anota que la expresión ¡Qué sé yo! Se utiliza en haitiano para denotar que no se recuerda el nombre de alguna persona de modo despectivo. Es un modo de destacar el poco respeto que merece el tema de que se habla.

En el habla de hace ya varias décadas se utilizaban las dos expresiones del español, de modo ininterrumpido para resaltar que no se recordaba el nombre ni la fecha en que algo que se narraba había ocurrido. Con ellas al mismo tiempo se minimizaba la importancia de recordar ambos datos.

Una vez más vale que se destaque la influencia del español dominicano en la lengua haitiana. No debe desdeñarse el valor de esta influencia. No se escriben estas reflexiones para presuponer la supremacía de un idioma sobre otro sino como el resultado de una interacción. De la misma forma en que se hizo aquí también puede comprobarse alguna intromisión del haitiano en el idioma dominicano.

RONDAR – RONDA

Desde entonces ha pasado por quimioterapia, amputación de una pierna y otra RONDA de quimo.”

En asuntos de la lengua, como en tantos otros de la vida, hay que mostrar cautela para no incurrir en errores que al leerlos más tarde produzcan serios trastornos de confianza y vergüenza.

En esta sección el título versa sobre un título que no debe representar problema alguno, el verbo rondar. Los problemas comienzan a aparecer en la lengua cuando los hablantes se alejan de los principios generales, es decir, de los lineamientos principales de la lengua. Cada vez que un hispanohablante se arriesga a aventurarse en aguas profundas, lo que hace es caer en terreno no muy bien conocido. El resultado de esta aventura puede comprobarse en esta sección.

Lo primero que hay que anotar con respecto del vocablo del título es que posee más de quince acepciones en español. Por desventura para el redactor, ninguna de ellas se presta para que empleen el término ronda del modo en que hace en la cita.

Existe la ronda del recorrido de vigilancia. La ronda es el grupo de personas que nadan rondando. Se llama ronda también al paseo que bordea una población. Está la ronda de los bebedores que es el conjunto de consumiciones de cada vez. Es la reunión de jóvenes que se juntan para cantar y tocar. En el juego es la mano o vuelta. Es la patrulla que vigila las calles. Es la vigilancia de esa patrulla. Vale la pena detenerse aquí y reclamar que le concedan crédito si se afirma que ninguna ronda ofrece apoyo al uso que se hizo en la cita.

Es posible que en el caso del texto copiado se haya tomado ronda en lugar de serie o ciclo de quimio, no de quimo; quimio como apócope de quimioterapia. Téngase en cuenta que “quimo” es otra cosa muy distinta.

Hay una ronda que ha caído en desuso en República Dominicano. Se trata del círculo que formaban los niños al tomarse de las manos para algunos juegos. Ni siquiera el DAA menciona este uso para el país dominicano.

AGRESIVO

“. . .quien murió de un cáncer metastático (sic) aunque era un tumor menos conocido y mucho menos AGRESIVO conocido como tumor neuroendocrino.”

Debió escribir metastásico en lugar de lo que escribió en lo criticado con el sic que se colocó junto a la palabra que puso. Muchas personas utilizan el vocablo que reprodujo la articulista, o el traductor.

El meollo de esta sección consiste en ocuparse del término del título, pero sobre todo en el campo de la medicina. En otras ocasiones se ha ventilado el significado de esta voz de un modo más general por medio de estos comentarios.

El vocablo que debe elegirse para traducir la voz aggressive del inglés en el ámbito de la medicina depende del contexto. No hay que olvidar que es un vocablo que funciona como adjetivo. En los casos en que en inglés expresan que es un aggressive cancer, lo adecuado es definirlo como un cáncer invasor o de gran malignidad.

Cuando se trata de la hepatitis, aggressive hepatitis, al llevarla al español se impone que se haga de este modo: hepatitis crónica activa. Si el caso es de un tratamiento que el médico califica de aggressive therapy, en español corresponde a: tratamiento intensivo, tratamiento radical.

Antes de cerrar la sección hay que reconocer la deuda que se tiene con la obra Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina de Fernando A. Navarro, 2006.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *