Afincar – menta – aprehensión (aprensión)

AFINCAR

El verbo afincar posee una acepción exclusiva de la República Dominicana que todavía no ha sido recogida en los lexicones del habla dominicana. No hay que extrañarse si es así, porque es de uso casi exclusivo en una expresión muy dominicana que se traerá más adelante en este estudio para ilustrarlo.

Afincar desde hace largo tiempo cuenta con dos acepciones aceptadas y usadas en el lenguaje común. Una es la de comprar fincas; la otra, la de establecerse firmemente en un lugar. Existe otra acepción cuyo uso es menor (con respecto a esto hay opiniones), que es hincar, fijar, asegurar, apoyar o clavar.

Aparte de estas significaciones generales, existen otras particulares, como por ejemplo en Cuba, donde afincar es prepararse muy bien para un examen o una disertación. Así mismo, allí sirve para expresar ‘propinar un golpe’. En Venezuela, en la región del Zulia el verbo expresa ‘asegurar o sostener algo que se ha dicho’. El verbo desempeña además funciones pronominales, transitivas e intransitivas que le confieren a este, en algunos casos, variantes en el significado.

El Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias reconoce otros significados al verbo en otros países. En Puerto Rico es ‘pegarse mucho una pareja de bailadores’. En Cuba es prestar dinero con garantía hipotecaria sobre inmuebles.

Ya aquí puede adentrarse el estudio en la República Dominicana. En muchas ocasiones, se recuerda, cuando una persona propina un golpe a otra al mismo tiempo le dice que es “para que afinque”. Con ese sentido también se emplea en sentido figurado cuando una persona da una lección a otra lo hace “para que afinque”, como si le dijera “para que aprenda”.

El otro caso en el que tiene el verbo afincar un valor distinto al general, es cuando antes de marcharse una persona de un lugar en el que se ingieren bebidas alcohólicas, una de ellas invita al que está a punto de ausentarse a que tome otro trago “pa’ que afinque”. Aquí se piensa que es “para que aplome”, para “dar firmeza” a lo ya tomado con anterioridad.

Ha de dejarse bien claro que lo expuesto aquí con respecto del verbo afincar, sobre todo en los ejemplos, son casos específicos en que la locución fraseológica funciona como tal, es decir, como una unidad de significado.

 

MENTA

“Los padres han de estar pendientes de que las mascotas no ingieran caramelos de mascar con azúcares, MENTAS y pasas”.

La menta es un género de plantas herbáceas. El uso de esta planta se ha esparcido por todos los rincones del mundo porque se aprecia por su aroma refrescante. Una vez industrializada esta se reconoce por el color verde del caramelo o del licor.

El motivo principal por el cual se trae esta palabra y, por ende, la planta es porque el nombre en República Dominicana tiene un alcance mayor que en otros países. La prevalencia del vocablo menta en el uso del habla dominicana es tal que es el equivalente de “caramelo”.

El caramelo en sí es una golosina hecha con azúcar fundido y aromatizado con esencias y otros ingredientes. Los sabores varían con las preferencias y cubren una amplia gama: naranja, uva, chocolate, mandarina, limón y muchos otros más.

No se sabe a ciencia cierta el porqué, pero es un hecho que durante largo tiempo fue el caramelo preferido en la República Dominicana. Tampoco se sabe el fundamento para llamar a la menta real, la de ese sabor, la “menta de guardia”.

En el Santo Domingo de hace más de 60 años existían los paleteros que deambulaban por las calles pregonando sus productos y era casi un estribillo oírlos clamar: “paletero, llevo menta, cacaíto, llevo cigarrillos Hollywood y Cremas”. Entre los paleteros también había algunos que tenían su esquina o puesto fijo. Entre ellos algunos se situaban en los parques para detallar sus productos.

En aquellos años los únicos dominicanos que utilizaban la hierbabuena en su cocina eran los descendientes de árabes asentados en el país dominicano que  usaban la hoja para imprimirle un gusto distintivo a algunos de los platos que se conocían como “comida turca”. Si la memoria no falla incluían este condimento en el quipe (quibe) y en el tipile (tabouleh).

No era raro oír a un dominicano pedir una menta de frambuesa, de fresa, etc. Esta menta está debidamente documentada en el Diccionario del español dominicano (2013), con la acepción, “caramelo de cualquier sabor”.

 

APREHENSIÓN – APRENSIÓN

“Ante la gran oferta, algunos de estos compradores expresan cierta APREHENSIÓN y se preguntan qué pasará con el precio de estas unidades cuando todas salgan al mercado”.

Las dos palabras del título son casi homófonas. No se pronuncian igual, mas hay una manera descuidada de decir aprehensión que suena muy parecida a aprensión.

Este gran parecido que existe entre los dos vocablos ocasiona que en la práctica los hablantes incurran en el error de atribuir el significado de una de ellas a la otra. El caso que se trae en la cita es una prueba al canto de lo que se enunció más arriba.

Al abundar en el asunto se dejarán bien establecidas las diferencias que median entre los dos términos del epígrafe. Con eso se espera desterrar de la mente de algunas personas las confusiones que al respecto puedan perdurar.

El verbo aprehender deriva del latín apprehendère que en español pertenece el registro culto de la lengua. Este verbo posee varias significaciones: asir, coger, a través de los órganos aptos para ello, como por ejemplo captar intelectualmente (percibir), aprender, que equivale a comprender (reconocer el sentido de algo); o captar a través de alguno de los sentidos; coger, (atrapar), en el sentido de sorprender; apresar, capturar (apoderarse de algo).

De estas acepciones del verbo, al pasar al sustantivo femenino aprehensión, generalmente se refiere a la captura o a la percepción. Este sustantivo posee una acepción en psicología, de acuerdo con la Real Academia que se refiere a la ‘captación y aceptación subjetiva de un contenido de consciencia’.

La aprensión, en cambio, es el recelo, el temor instintivo que generalmente se refiere a un mal indefinido. Cuando este sustantivo femenino se utiliza con respecto de un rechazo que una persona hace de otra, este rechazo puede ser consecuencia de la existencia previa de un hecho real (escrúpulo), o de una idea extraña, sin fundamento (por opinión o figuración).

En ciertos casos puede tomarse la aprensión como un grado de reparo o vergüenza; o de inquietud, y hasta de presentimiento.

Conforme con lo que los diccionarios portugueses consignan, la voz apreensao, con una virgulilla sobre la segunda /a/, tiene su origen en el latín apprehensione. La Real Academia entiende que en español tiene su origen en el español aprehensión. En francés hay una sola voz para las dos vertientes semánticas, así como ocurre en inglés.

Algunas personas confunden los dos vocablos porque en algunas de sus significaciones las dos palabras del título pueden considerarse sinónimas. Quien estas notas escribe entiende que la sinonimia entre aprehensión y aprensión se reduce a la acción y efecto de coger, asir, prender a alguien o algo.

En el español cotidiano la aprensión se reserva para recelo, temor. Aunque no está expuesto de este modo, el Diccionario del español actual (2012) implícitamente comparte esta opinión, pues no cita a uno u otro como sinónimos. Ese es el uso que se impone destilado a través del tiempo. Ese mismo tipo de juicio se deduce de las acepciones que se encuentran en el Diccionario de uso del español actual (2011) de Clave.

© 2015, Roberto E. Guzmán.