Academia celebra los cien años de Manuel Campos Navarro

Con la presentación de la obra Los cuentos de Juan Carabú, dedicada al académico correspondiente don Manuel Campos Navarro, se festejó en la Casa de las Palabras el centenario del nacimiento del intelectual dominicano. El acto literario de realizó en la sede de la Academia Dominicana de la Lengua y contó con la participación de Juan José Jimenes Sabater, Rafael Peralta Romero, Miguel Solano, Manuel Salvador Gautier, Ofelia Berrido, Manuel Campos Navarro y Bruno Rosario Candelier.

   El libro Los cuentos de Juan Carabú, de Miguel Solano, fue presentado por Rafael Peralta Romero, quien resaltó la hazaña narrativa de Solano, consignando que es un cuentista natural que narra historias a partir de lo ocurrido en su entorno y no muestra rubor para incluir a su propia gente en sus relatos y ficciones. A menudo él también aparece en sus cuentos, incluso con burlas de sí mismo, cual si fuese discípulo de su tocayo Cervantes.

Rafael Peralta Romero comentó que al parecer Miguel Solano “guarda  los personajes en algún rincón de la conciencia  para  irlos sacando en la medida en que los hechos se lo demandan, como hace un artesano que manufactura un objeto material y va empleando cada pieza en el momento preciso”. Este  personaje ha  comenzado a formarse desde que el autor sintió el primer flechado para la concepción de estos cuentos, aunque es generalizado que los cuentos que forman un libro se conciban y sean paridos en momentos diferentes.

¿De dónde salen los personajes de un cuento? –se preguntó Peralta Romero. Salen de la vida humana (oficinas, fincas, playas, iglesias, empresas, hogares, tabernas, calles, caminos, talleres, hospitales, cárceles…). Solano capta historias que pululan en el perímetro urbano (condominios, jardines, cuarteles, burdeles o calles), así como en el ámbito rural (bosques, bateyes, carreteras, caminos o pequeños pueblos), precisó el disertante.

El escritor Juan José Jimenes Sabater también rindió homenaje al académico con la lectura de un soneto escrito en su honor cuyos versos emocionaron al homenajeado. Siguió Miguel Solano quien en un enjundioso discurso explicó las motivaciones que le indujeron a escribir este libro y su admiración por el veterano académico.

La escritora y publicista Karina Sánchez Campos impregnó de emoción al público al agradecer el homenaje tributado a su abuelo. Sus palabras derrocharon elocuencia y amor, así como un caudal de emoción y generosidad hacia los presentes, especialmente a los directivos de la Academia. Dio con vivas palabras el testimonio de la vida de su abuelo. Confesó que constantemente aprende de él en el aspecto ortográfico, gramatical y ortográfico, incluso, hasta de cálculo, porque el ingeniero Campos Navarro vive los números y las letras. Confesó que su abuelo le enseñó el sentido de la honestidad, la nobleza y la pureza para hacer las cosas con entrega y esmero, sin importar lo que eso conlleve, y a superar los obstáculos. Sánchez Campos, así como Miguel Solano, agradecieron de manera muy especial al director de la Academia porque también ha formado parte de todo este trayecto, y subrayaron que es una persona que particularmente admiran por ser un intelectual fuera de serie.

El autor de Los cuentos de Juan Carabú agradeció a los asistentes a este acto tan especial para él. De manera muy gratificante expresó su admiración a Manuel Campos Navarro y a  Bruno Rosario Candelier, quienes para él cuentan con un alto nivel de enseñanza: “Me toca darle las gracias al arquitecto del Universo por estas bendiciones”, dijo Miguel Solano.

El narrador contó que hace unos años entró a su corazón don Manuel de Jesús Campos Navarro. Hace cinco años cuando se celebraron sus 95 años le prometió a Campos Navarro que si llagaba a cumplir los 100 años le iba a dedicar un libro: “Don Manuel supera en 10 años la edad que tiene la Academia Dominicana de la Lengua”, subrayó.

El redactor de esta crónica intervino para agradecer el masivo respaldo a una fructífera y fecunda vida a favor de nuestra lengua y nuestra cultura. Resaltó las cualidades del centenario académico, su incansable capacidad de trabajo, así como el entusiasmo o aliento divino que manifiesta don Manuel, ya que este varón es un ejemplo de quien pone pasión en lo que hace mediante su entrega solidaria: «Creo que esa consagración a tiempo completo para alcanzar el dominio de la lengua le ha permitido mantener su vitalidad, su laboriosidad y su energía en un accionar fecundo de su vocación; por eso ha multiplicado los dones recibidos por la Divinidad en su aporte valioso a favor de nuestra lengua», dijo.

El director de la Academia Dominicana de la Lengua felicitó a Karina Sánchez Campos por su hermoso discurso. Comentó que no recuerda la fecha exacta cuando contactó a don Manuel Campos Navarro para colaborar con la labor de la Academia Dominicana de la Lengua, pero el motivo de su encuentro fue la inquietud que siempre ha mostrado por la lengua. Desde que llegó a la institución se puso a nuestra disposición y dio demostraciones de que realmente tiene conocimiento de la ortografía, la gramática y la redacción: “A él le apasiona la lengua y esa pasión la demostró haciendo lo que hay que hacer cuando uno siente una identificación por una vocación, un ideal o un propósito de vida, y en él esa pasión se concretó en la devoción por la lengua española”, comentó.

Reconocimos la ejemplar capacidad de trabajo y disciplina de don Campos Navarro. Explicamos que en él hay una energía especial que le viene dada por un entusiasmo, pues la palabra entusiasmo viene del griego En Theos, que significa “en Dios”. Eso le ha permitido a él potenciar la vitalidad, porque nosotros somos una constitución física, psicológica y espiritual que se manifiesta en el cuerpo, el alma y el espíritu: “Quien asume lo que hace con entusiasmo, como lo ha hecho él, su acción se traduce en salud, eficiencia y creación que se vuelve edificante y ejemplar”, expresó.

Tras finalizar, Rosario Candelier destacó que el ejemplo que ha dado Manuel Campos Navarro en lo que hace, con la dotación lingüística de su talento y la vocación creadora que enaltece su vida, es una magnífica evidencia de un aporte que esta Academia ha valorado y, desde luego, agradece: “Nosotros estamos altamente agradecidos por todo lo que don Manuel Campos Navarro ha hecho a favor de nuestra lengua, en bien de nuestra institución y en beneficio de nuestra cultura”, consignó.

Santo Domingo, ADL, 18 de julio de 2017.